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Artziniega regresa por diez horas al Siglo XV

El mercado de antaño más longevo de Euskadi supera su XXVI edición con un nuevo éxito de público y puestos

Artziniega regresa por diez horas al Siglo XVAraceli Oiarzabal

Cuando ya se ha superado el cuarto de siglo organizando cualquier cosa lo difícil no son los preparativos en sí, que también, sino dar con ese toque innovador que haga que el público se tome la molestia de volver a visitarte. Y en eso el Mercado de Antaño de Artziniega -que este sábado ha cumplido la friolera de 26 ediciones, manteniéndose en lo alto del podio en cuanto a longevidad de este tipo de eventos en Euskadi- cuenta con un activo único: la asociación Artea, creadora hace ya 41 años del famoso Museo Etnográfico local e impulsora del propio mercado, que año tras año no deja de sorprender.

Miembros de la asociación etnográfica Artea enseñando a elaborar escobas de brezo

Nos han enseñado a amasar y hornear pan desde el sembrado del trigo, a elaborar ungüentos medicinales con las plantas de nuestro entorno, o a entender la importancia que supuso para el tráfico de mercancías de antaño la rueda de reja o ayalesa que se inventó en las fraguas de la localidad, por citar alguno; y en esta ocasión, nos han ofrecido toda una masterclass en la fabricación de escobas de brezo, siguiendo en su empeño por demostrar que ese término moderno de economía circular, era algo que ya dominaban y llevaban a la práctica, en su día a día, nuestros ancestros.

"Nuestros ancestros ya dominaban y practicaban la economía circular, y un ejemplo son las escobas que elaboraban con brezo, cuya recogida ayudaba a mantener limpios de maleza nuestros montes y prevenir incendios"

Luis Ángel Villate . Miembro de la asociación etnográfica Artea de Artziniega

“Puede parecer una simple escoba, y bastante tosca y rudimentaria, ya que se elaboraban a mano, de una en una, y con bastante esfuerzo, dicho sea de paso, porque requería de muchas horas, pero hay que saber mirar más allá: estamos ante un sistema infalible para mantener limpio el monte, y por tanto, de prevención de incendios”, ha asegurado uno de los miembros de Artea, Luis Ángel Villate, refiriéndose a que el material, también válido para leña, se recogía en el campo, librándolo de maleza.

Oficios ancestrales 

“Y el palo del mango, así como la piedra que usaban de contrapeso para aplastar el brezo mientras se secaba, se reutilizaban. ¿Os suena lo de las 3R de la ecología: reduce, recicla, reutiliza? Pues eso es lo que hacían”, ha subrayado.

Encaje de bolillos en el rincón de las doncellas

Por allí también andaba su presidenta, Paki Ofizialdegi, al frente del rincón de las doncellas, entretenidas con otro ancestral oficio: el del encaje de bolillos, del que resultaban puntillas de esplendorosa factura; el escultor Xabier Santxotena, preparando el condumio junto a la fragua de Pablo Respaldiza; o el pintor Fernando Ureta, inmortalizando instantes con sus pinceles. “Como ya no les queda espacio en el mural de Goikoplaza, lo han dado por terminado, y le hemos pedido que venga al puesto de Artea a hacer bulto”, apuntaba socarrona Ofizialdegi.

Artesanos de talla y decoración de cuerno junto a la parroquia

Otros infaltables, en las inmediaciones de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, han sido los artesanos de talla y decoración de cuernos, dirigidos por el maestro Alaña, que siempre escogen de telón de fondo las pinturas de las bóvedas del pórtico.

Al cepo por traviesa en el campamento de guerra

Un auténtico reclamo para visitantes, buscando los anacronismos que recogen; al igual que lo son, edición tras edición, las rosquillas de las Madres Agustinas, los pases de tocados medievales que –elaborados por Estíbaliz Santisteban y su amatxu Maribi Cañibe- han vuelto a lucir, de forma insinuante, las chamorras de la villa; o el rincón de infantes y el campamento de guerra de Artekale, con sus juegos y bailes al más puro estilo medieval, aunque a quien se portaba mal lo metían directo al cepo.

Cientos de vecinos ataviados de época animaron las calles del Casco Histórico

Más de cien puestos 

Con todo, el ya consabido despliegue de vecinos ataviados de época, también ha contado con refuerzos foráneos. “Hay más de un centenar de puestos de venta, y hemos repetido con varias compañías de teatro y animación de calle dado el éxito del año pasado”, ha matizado Unai Gotxi, portavoz del equipo vecinal organizador de la cita.

Espectáculo de magia en Goikoplaza

Así, los herreros han vuelto a forjar espadas y acuñar moneda local de 50 maravedíes al pie de la torre del Alcaide, mientras los galenos han prevenido de la peste, y Oliver y Liuba, asombrado a infantes, damas y caballeros con sus trucos de magia.

Taller de alquimia

Tampoco ha faltado la dicharachera Eulalia con sus cuenta cuentos y títeres, el taller de alquimia, maestros en el arte de la espada y en el hilado de lana, la batalla de catapulta lanzando globos de agua o músicos de calle como los gaiteros de Ixera o los tambores locales de Builaka, acompañados de Turdion y Grimorium, una bailarina zingara, y una tétrica comitiva de orcos y seres mágicos surgidos de las entrañas del bosque.

Taller de hilado de lana de oveja

En resumen, un paseo por el Siglo XV coronado por un espectáculo de fuego que ha devuelto al municipio al presente.