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El Valle Salado impulsa un proyecto para la recuperación de sus hábitats

Destina 180.000 euros para eliminar la flora invasora y mantener las plantas halófilas, entre otros objetivos

El Valle Salado impulsa un proyecto para la recuperación de sus hábitatsCedida

La Fundación Valle Salado de Añana ha licitado el contrato de la segunda fase de ejecución del proyecto de recuperación y mejora de los hábitats del valle alavés, con un presupuesto de 180.176 euros (IVA incluido) y una duración estimada de los trabajos de cuatro meses.

El objetivo del proyecto es llevar a cabo la recuperación y mejora de los hábitats del Valle Salado de Salinas de Añana, mediante la creación de una infraestructura de riego a base de salmuera para la zona situada por encima de la cota de los canales de transporte de la misma.

El plan pretende, así, eliminar la flora invasora y oportunista, mantener las plantas halófilas existentes y la salinidad del suelo en la zona oeste, tras la ejecución de la primera fase el pasado año y que se centró en la red de riego de la zona este del valle.

La zona que se encuentra por encima de la cota de la red de manantiales y canales que transportan la salmuera conforma el área de valor ambiental del Valle Salado, la cual cuenta con una superficie de unos 24.970 m2. Según apunta en su informe de necesidades, esta zona se encontraba colonizada por especies vegetales invasoras, motivo por el cual se llevó a cabo un proceso de inventariado y marcado de especies protegidas a conservar y se procedió al desbroce de la misma.

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Esta segunda fase consiste en recuperar y generar el hábitat mediante la realización de riegos periódicos del sustrato con agua salina en días de lluvia, de forma que la lluvia lave las plantas, manteniendo la sal en el suelo, consiguiendo de este modo “mantener la salinidad necesaria para favorecer la vegetación salina, pero evitando provocar un daño a las propias plantas halófilas existentes”.

El propósito es “favorecer la implantación de las especies propias del hábitat, mejorar las condiciones ecológicas que precisan las especies halófilas y minimizar las oportunidades de colonización de flora no tolerante a la sal en las concentraciones que aquí existen”.

Lugar de referencia

El Valle Salado se emplaza sobre un antiguo mar que se secó hace más de 200 millones de años. La sal que quedó depositada en su fondo salió a la superficie terrestre debido, a un fenómeno geológico denominado Diapiro. Gracias a él, en Salinas de Añana surge de forma natural y continua agua salada –o salmuera– que, tras exponerla al sol y al viento sobre plataformas de evaporación, se convierte en sal.

La explotación salinera actual es el resultado de un complejo proceso constructivo que se ha desarrollado durante cientos de años y que ha dado lugar a la presencia en el Valle de más de 5.000 eras, 767 terrazas, 2.040 muros, 848 pozos y 248 almacenes. Todo ello distribuido en una superficie de más de 111.000 metros cuadrados.

El agua salada la proporcionan cuatro manantiales, de los que surgen unos tres litros por segundo con una salinidad de uno 210 gramos por litro. Los manantiales de salmuera se sitúan en la cabecera del Valle y un sistema de canales de madera de pino distribuye la salmuera por gravedad por toda la explotación salinera.