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Álex Dorado NájeraComisionado para la Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica

“Si inviertes en economía circular, ganas en competitividad”

"Podemos discutir las formas de llegar a esos objetivos, pero no podemos entrar a debatir los objetivos ni la base de ese Pacto Verde"

“Si inviertes en economía circular, ganas en competitividad”DNA

“Todo el mundo entiende qué es la descarbonización, pero en la circularidad es verdad que todavía tenemos que avanzar”, reconoce el comisionado de Economía Circular. La inauguración de la planta de SteelPhalt el pasado miércoles trajo al comisionado para la Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica hasta Murga.

Estas nuevas instalaciones para la fabricación de ecoasfalto con escoria de las acerías del entorno han contado con financiación del Perte de Economía Circular; “un muy buen ejemplo” de lo que la circularidad puede aportar a la economía y a la competitividad, explica.

El caso de SteelPhalt en Álava es un ejemplo de los proyectos que está impulsando el Perte de Economía Circular. ¿Qué ofrece? 

–Creo que es un muy buen ejemplo de lo que aporta la economía circular. En el vertedero, materiales que tienen todavía valor se pierden para el conjunto de la economía y encima tienen un impacto ambiental. Y luego la extracción de recursos también tiene unos impactos ambientales. Si ese residuo lo conviertes a través de la valorización con criterios de economía circular en una materia prima secundaria, lo que consigues es ahorrarte esos impactos ambientales de la extracción y de la eliminación, pero además a la empresa que tiene residuo algo que es un gasto se lo conviertes en algo que potencialmente tiene valor y, además, nutres de materias primas a otra industria. Además, este es un ejemplo muy bonito de simbiosis industrial, de cómo los residuos o subproductos de una determinada industria o sector pueden servir de materia prima secundaria para otra. Cierras el círculo, ganas competitividad por ambos lados: reduces impactos ambientales, creas empleo y te aseguras el suministro de materiales. 

En imágenes: SteelPhalt se instala en Aiaraldea para fabricar asfalto con residuos de las acerías vascas

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La economía circular como palanca para la seguridad en los suministros...

–La pandemia de la covid, la invasión rusa en Ucrania, el conflicto de Israel en Oriente Medio o ahora el contexto geopolítico que nos llega desde el Despacho Oval, nos demuestran lo importante que es contar con proveedores confiables y con medios propios. Entonces, la economía circular también aporta seguridad. Todo lo que ahora importa o tiene el foco en la Unión Europea, tanto Pacto Verde como seguridad, como obviamente creación de empleo y creación de ganancias de competitividad, te lo da la economía circular. Entonces, es un ejemplo como muy de libro de lo que se puede hacer con la economía circular.

“El de SteelPhalt es un ejemplo muy bonito de simbiosis industrial, de cómo los residuos de una industria pueden servir de materia prima secundaria para otra”

Con la perspectiva que puede dar el Perte en marcha, ¿qué sensibilidad perciben en Euskadi y Álava respecto a la economía circular?

–Todo el mundo entiende qué es la descarbonización y vamos por buen camino en la descarbonización de los procesos industriales y de la actividad económica en general. Pero en la circularidad, la parte de materiales, es verdad que todavía tenemos que avanzar. Euskadi ha sido, centrándome en el Perte, de los territorios con mayor éxito a la hora de captar fondos. Esto se debe a que hay un tejido industrial más desarrollado, pero también mayor conciencia de las oportunidades para la competitividad o para la creación de empleo que trae la economía circular

¿Y cómo se ha traducido eso en el Perte?

–Ha habido en el conjunto de Euskadi 12 proyectos, 21 millones de euros de inversiones en esos 12 proyectos. El de SteelPhalt en concreto son 2,4 millones de euros. En Álava hay otros dos y el total de la inversión es 2,6 millones de euros en el conjunto del territorio foral

Perte de Economía Circular

Cuenta con una financiación global de 492 millones de euros. Su línea transversal, orientada a cualquier sector económico, ha recibido 351 solicitudes, de las que 27 pertenecían a empresas vascas y 12 de esos proyectos han recibido ayudas, un total de 21,4 millones de euros.  

El caso de Álava. Tres de los proyectos beneficiarios en Euskadi de este Perte se ubican en territorio alavés y el principal de ellos es el de SteelPhalt, en Murga, con 2,4 millones de euros.

La mayoría de los proyectos financiados por el Perte responde a la categoría de mejora de gestión de residuos, por delante de la reducción de consumo de materias primas vírgenes, digitalización y ecodiseño. ¿Qué lectura hay que hacer de eso?

–Creo que todavía nos falta un poco llamar la atención sobre la importancia de la economía circular y sobre qué es. Muchas veces se relaciona exclusivamente con gestión de residuos. Pero también hay que decir que prácticamente la misma cantidad de recursos se ha llevado otra de las categorías de financiación, que es la de mejoras ambientales, que son reducción en la generación de residuos o en la extracción, en el uso de materias primas. Con lo cual, yo creo que la industria está dándose cuenta que todo esto repercute en la competitividad; que si yo soy capaz de recuperar mis mermas o un subproducto es bueno a nivel competitivo. Es verdad que la categoría de I+D para ecodiseño, de momento pues no ha tenido tanto éxito como nos hubiera gustado, pero eso no quiere decir que las empresas no estén invirtiendo. Hay centros tecnológicos muy punteros en Euskadi y me consta que a través del Ihobe, por ejemplo, que tiene además documentos e iniciativas muy potentes en cuanto a ecodiseño... no porque no se haya acudido al Perte significa que no se esté invirtiendo.

“La pandemia, la invasión de Ucrania... nos demuestran lo importante que es contar con medios propios; la economía circular también aporta seguridad”

¿Cómo se rompe el tópico de que producir apostando por la sostenibilidad, en términos de economía circular, es más caro para una empresa?

–Con el ejemplo. Y luego yo creo que hay que tener también pensamiento estratégico a largo plazo. Si inviertes en economía circular, ganas en competitividad porque vas a necesitar menos insumos. En un contexto en el que además la ciudadanía cada vez es más consciente del deterioro ambiental, buscan cada vez más también productos o servicios que se comporten bien con el medio ambiente; entonces puedes hacer esa apelación también, siempre que sea una apelación justa y que no haya greenwashing. Y luego también cada vez más, están los condicionamientos ambientales de la contratación pública. Las propias administraciones cada vez vamos a ir favoreciendo en nuestras compras públicas el criterio ambiental sobre el económico

La implicación de las instituciones parece clave, ¿hasta qué punto tienen esa sensibilidad? ¿Y cómo se acompasan esos pasos para no perjudicar al tejido productivo?

–No es fácil. Es verdad que falta mucho por hacer, que estos productos para muchas administraciones ni siquiera son conocidos y el hecho de que se puedan meter condicionantes ambientales en las licitaciones públicas también necesita de una formación por parte del funcionariado que muchas veces no existe. Las administraciones tenemos que ser capaces de informar hacia adentro de que esta posibilidad existe y además muchas veces es en cumplimiento de una normativa y que si no es obligatorio lo será. La propuesta de la Comisión Europea para el nuevo reglamento de economía circular, que está previsto que se publique en 2026, va a incluir criterios obligatorios de compra pública verde para que se modifiquen las leyes de contratos.

No obstante, acabamos de ver que en Bruselas se ha frenado la exigencia de limitación de emisiones por ejemplo para la industria del automóvil.

–A nivel europeo, en lo que concierne a la nueva Comisión, el Pacto Verde Europeo está en la base de ese entendimiento al que se llegó para dar lugar a la legislatura actual. Podemos discutir las formas de llegar a esos objetivos, pero no podemos entrar a debatir los objetivos ni la base de ese Pacto Verde. Tanto la Brújula para la Competitividad, que es un poco la hoja de ruta de la Comisión, como el Pacto Industrial Limpio, que se publicó hace unas semanas, ponen mucho foco en la circularidad; quizás la parte más débil de la economía circular son los mercados de materias primas secundarias, entonces ponen el foco en garantizar un mercado único también para esas materias primas secundarias, para los residuos, y también empujar de la demanda con la compra pública y con otras legislaciones que vienen de la legislatura pasada pero que están en negociación, como por ejemplo la de alegaciones ambientales, la green claims. O otras normas, como la relativa a la reparación, que está aprobada ya y la tenemos que transponer. Es verdad que ahora la vinculación está con la competitividad, pero descarbonización es competitividad, restauración y conservación de ecosistemas es competitividad, circularidad es competitividad. Se puede conseguir competitividad aplicando políticas ambientales

Bueno, ese es otro de los temores de la empresa ¿no?, que una alta exigencia medioambiental acabe lastrando su competitividad en los mercados internacionales.

–Lo bueno que tienen estas normativas es que son iguales para los productores europeos que para los que quieran vender en suelo europeo. Lo que luego hay que asegurar, eso es verdad, es inspección de mercado.