Con la llegada de la primavera reaparecen en el esquema sanitario los casos de alergia provocados por los pólenes, que, según expone a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la médica adjunta de Alergología en el Hospital Universitario de Álava (HUA), Marta Frías, “están supeditados al tiempo que haga”.

En este sentido, matiza que, por el momento, lo único de lo disponen los expertos en esta rama es de previsiones. Teniendo en cuenta las últimas lluvias que ha dejado el recién concluido invierno, y si se suman en los próximos meses de primavera buenas temperaturas, “probablemente haya bastantes picos de pólenes”; tales como el plátano de sombra u olivo. “Son los clásicos que dan problemas en esas fechas ya de primavera”, apostilla la profesional gasteiztarra en este sentido.

De cara a los meses de mayo y junio, Frías rescata la aparición de la gramínea clásica, aunque apostilla que ya se ha empezado a ver algún caso en abril. “Con el cambio climático se está alterando también toda la polinización. Por ejemplo, el ciprés, que clásicamente, es un polen de invierno, sobre todo de febrero, el año pasado se vieron picos puntuales en noviembre. Están cambiando todas las estaciones polínicas ahora mismo”, explica la especialista.

Un polen más agresivo

Cuando las partículas de polen entran en contacto con las de diésel, “pueden hacer que el polen sea más agresivo”. Así lo explica Frías. “Aunque en las ciudades haya menos pico de polen, porque hay menos vegetación, las partículas diésel hacen que sea más agresivo, mientras que, en una zona rural, aunque hay más pico de polen, no es tan agresivo”.

En Gasteiz en concreto, según estima el informe publicado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC),  se prevé que vaya a haber cerca de 5.200 granos/m3. “Teniendo en cuenta que Vitoria es una ciudad que ha tenido un clima más bien fresco y lluvioso comparado con otras zonas de España y que, al llover no se alcanzaban grandes picos, estamos en una intensidad alta de polen este año, para lo que es Vitoria”, subraya Frías. Aún y todo, insiste en que son previsiones. “Podemos estar pensando que va a venir una época muy mala, con mucho pico de polen. Si llueve va a ser muy tranquila”, comenta.

Más allá de que la edad no sea un factor que “influya especialmente” en este tipo de alergias, la especialista apunta que “cuando aparece la rinoconjuntivitis alérgica se suele hallar entre las edades tempranas”. Aún y todo, recalca que “la intensidad puede afectar a cualquiera”. “Cada individuo es uno propio y siente los síntomas de una forma”, precisa. Asimismo, señala que los síntomas de las personas alérgicas a estos granos varían de intensidad; desde leve hasta moderado y grave, llegando incluso a afectar “a todo lo que es la vía respiratoria y conjuntival”. 

Por otro lado, señala que, en algunos casos, también puede afectar a los bronquios. “Hay gente que incluso tiene síntomas de asma cuando está expuesto al polen. Es una progresión de síntomas que pueden ir a mayor gravedad si no se controlan”, explica la profesional.

Consejos para controlarlo

A fin de suavizar el malestar o las afecciones que las partículas de polen erigen en algunas personas, existen una serie de medidas de protección básicas. “Si tú ya sabes que eres alérgico al polen, intenta estar en sitios cerrados, no abrir ventanas y cuando salgas a la calle, intenta ponerte unas gafas que te protejan y no te impacte el polen en la vía conjuntiva”, cita Frías.

Asimismo, señala el uso de mascarillas como posible freno al impacto del polen. “La gente que con el covid empezó a utilizarlas notó que eso le protegía frente al polen”.

Y es que, aunque no sean mascarillas preparadas con filtros para ello, puede aislar una parte. Si bien, además de ese listado de consejos que desde el sistema sanitario recomiendan a los pacientes, existen tratamientos sintomáticos “Hay antihistamínicos, corticoides nasales para la inflamación y se valoran inhaladores para los casos de asma”, expone Frías.