Este 2024 será, sin duda, el año que marcará un antes y un después en las navidades de Amurrio. Y es que Manuel Plaza Bedmar, quien ha sido durante los últimos 42 años Olentzero (sí, sin artículo, porque Olentzero en Amurrio es nombre propio y solo hay uno), ha decidido que ya es hora de ceder el testigo a las nuevas generaciones.

No es una decisión impulsiva sino, como todo en él, muy meditada y trabajada. De hecho, se lo explicó a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, en un encuentro fortuito por su querido barrio San Roque (en su elemento: el monte) allá por agosto, y dado que se aproxima la fecha de su despedida, ha llegado el momento de contarlo.

“Llevo ya años diciendo a los niños y niñas que tengo un ayudante, porque yo estoy mayor y me cuesta bajar del monte, para que lo vean como mi sucesor natural y, por eso, este último año estará conmigo en todos los actos”, ha apuntado en relación a la intensa agenda que, con el apoyo fundamental del grupo Ohiturak, deberá afrontar durante las próximas semanas hasta esa entrañable visita a las residencias de ancianos del municipio el mismo día de Navidad.

Relevo escogido

De su sustituto solo ha desvelado que “ya está escogido”, no así su identidad, para ayudarle en eso de preservar la magia. Esa que tan bien ha sabido él fraguar desde que con tan solo 21 años se enfundó el personaje, recurriendo al truco de dejarse barba exclusivamente para estos días.

“Sé lo que ha implicado para mí, sobre todo en la época que me estrené como aitatxu y ese temor a que mi hija me reconociese privándola de toda esa ilusión que es Olentzero, aunque luego resultó ir todo sobre ruedas y ha ayudado en la asociación desde bien txiki; y por eso mismo, porque soy consciente del nivel de implicación personal y actividad al que hemos llegado con los años, no se le va a exigir que siga esa dinámica, sino que vaya poco a poco”, ha explicado.

Por querer hablar Euskera

Para Manolo, como le conocen en el pueblo, todo empezó a raíz de escuchar a compañeros en la mili hablar en euskera. “Decidí que yo también quería aprenderlo y, a mi regreso, me apunté en AEK. Me tocó en una clase que era el único hombre, cuando un profesor entró buscando voluntarios para hacer de Olentzero, así que me tocó y hasta hoy”, recuerda risueño, “porque he sido muy feliz durante todos estos años.

He aprendido y disfrutado mucho de todos los niños y niñas, de su espontaneidad, de la ilusión con la que siempre me reciben…”, ha reconocido echando la vista atrás.

Y es que se ha tratado de un auténtico feedback, porque el amor sembrado también le fue devuelto cuando en 2016 Amurrio le otorgó el Guk de oro y le nombró pregonero de las fiestas patronales. Un reconocimiento que tenía que estar sí o sí en manos de quien ha visto pasar por sus rodillas a todas y cada una de las personas nacidas en el pueblo en las últimas cuatro décadas.

Durante su reinado, por definirlo de alguna forma, se han convertido en tradición –kalejira de Nochebuena y periplo por colegios y centros de educación especial, a parte– citas como la visita prenavideña a la carbonera de Goikomendi o ese otro encuentro en la cima del monte Babio que, cada mañana de Nochebuena, pone el broche de oro a la solidaria 16 horas Non Stop del club local de Trail, acompañando a hacer cima a personas que no pueden hacerlo por sus propios medios.

También lo es el encuentro de mediados de diciembre en San Roque, aunque en este caso ha reconocido que “se está pensando en descartarlo”, por el problema de que se pone un aforo y horario que, generalmente, resultan imposibles de cumplir “porque se alarga la cosa y luego no llegamos a todo”, ha lamentado.

Maridomingi

A Manolo, que aunque cederá el testigo de protagonista no dejará de apoyar una tradición que no se puede perder, también le preocupa el no haber dado con la tecla para hacer natural la inclusión de Maridomingi. “En la asociación ya saben que no soy partidario de hacerlo por cumplir, única y exclusivamente, con aquello de la paridad de género. Aquí de lo que se trata es de articular un personaje en igualdad de protagonismo y responsabilidades que Olentzero, y ahí es donde hay que centrar los esfuerzos”, ha apostillado.