El anhelo de las autoridades de alcanzar la siniestralidad cero en las carreteras alavesas continúa muy lejos de cumplirse, pese a la progresiva reducción de los accidentes y de los fallecimientos que ha traído consigo el paso de los años. 

Con todo, este verano que encara ya su último mes se está saldando hasta ahora sin muertes en la red viaria del territorio, así como con una disminución de los siniestros con y sin víctimas.

Trágico semestre

Una buena noticia enturbiada, eso sí, por un primer semestre de 2024 especialmente trágico en Álava, sobre todo en Vitoria, en el que hubo que lamentar al menos seis muertes en siniestros de muy distinta consideración. Tres de ellos en la propia capital vasca.

Los datos de lesividad recopilados por el área de Tráfico del Gobierno Vasco dan cuenta de tres accidentes con resultado de fallecimiento en vías interurbanas de la provincia en lo que va de año, todos entre enero y junio. 

Camión accidentado en una carretera alavesa. Efe

El primero tuvo lugar el 15 de marzo en el kilómetro 324 de la A-1, a su paso por el municipio de Ribera Baja, donde un joven que había sufrido un primer percance fue arrollado por una furgoneta cuando trataba de desplazar su vehículo fuera del arcén tras abandonarlo. Su acompañante resultó herido de carácter leve.

Apenas un mes después, el 14 de abril, las carreteras alavesas volvieron a teñirse de luto tras un nuevo siniestro acaecido en la AP-1 en sentido Gasteiz, en este caso a la altura de Armiñón.

En apenas dos días

Una persona que viajaba en un turismo que se salió de la calzada falleció en el mismo lugar del accidente, mientras una segunda ocupante del vehículo que también tuvo que ser rescatada por los Bomberos fue evacuada a Txagorritxu con heridas de diversa consideración. 

Solo un día antes, una mujer falleció en Trebiñu tras ser arrollada por el coche conducido por su marido dentro de la parcela en la que residía la pareja cuando este se disponía a realizar una maniobra de aparcamiento. Al tratarse de un accidente acaecido administrativamente hablando fuera de Álava, no aparece en las estadísticas oficiales. 

El tercer –y por ahora último– siniestro registrado en las carreteras del territorio en lo que va de año tuvo lugar el pasado 16 de junio. En este caso, la víctima fue un ciclista de 64 años de edad que falleció tras sufrir una caída en la A-3202, a la altura de Peñacerrada.

Este 2024 seguramente no pudo comenzar de una manera peor en el territorio hablando de siniestralidad. Dos jóvenes de solo 18 y 21 años murieron en el parque industrial de Jundiz en la madrugada del 13 de enero tras ser arrollado el coche que ocupaban a “extrema” velocidad por otro vehículo de alta gama que participaba en una quedada. 

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Dos jóvenes muertos tras un grave accidente de madrugada en Jundiz NTM

Este suceso no está recogido aún en las estadísticas oficiales del Gobierno Vasco, como tampoco aparece el que tuvo lugar el pasado 4 de junio también en Gasteiz, en este caso en los túneles subterráneos de la calle Zaramaga, junto al Boulevard, donde una conductora de 46 años murió tras chocar contra un pilar. 

El balance de 2023

Álava cerró el ejercicio 2023 con un total de seis muertes derivadas de accidentes de tráfico en sus carreteras, con lo que el territorio, sumando las ya contabilizadas por Tráfico y las que no, ya habría llegado a esa cifra en el transcurso de solo medio 2024.  

Afortunadamente, la época con más desplazamientos por carretera del año, este verano que ya enfila su recta final, está mostrando una cara bien distinta en Álava.

Por ahora sin fallecimientos y, además, con una sensible reducción de los accidentes de tráfico en comparación con el ejercicio previo.

Julio, el primer mes completo del presente estío del que ya existen datos, se saldó con 35 accidentes de tráfico con víctimas –fueron 43 en 2023– y 92 más sin víctimas, por los 107 del ejercicio previo.

Estado en el que quedaron los vehículos implicados en un accidente de tráfico en la rotonda de Alto Armentia. Pilar Barco

En el acumulado anual las cifras se mantienen estables, siempre según los datos del departamento de Tráfico. Álava ha sido escenario en los siete primeros meses de este año de 207 siniestros con víctimas de distinta consideración –habían sido 190 en el mismo periodo del año pasado– y de otros 693 con víctimas, por los 705 de 2023.

Un 1,73% de positivos

Sin dejar de lado los datos, Tráfico contabiliza 7.429 pruebas de alcoholemia realizadas en las carreteras del territorio entre los pasados meses de enero y julio con un resultado de 129 positivos, apenas un 1,73% del total. La mayoría, 6.644, se llevaron a cabo en controles preventivos.

Además, se completaron 764 test de drogas saldados con 194 resultados positivos: algo más del 25% del total de pruebas realizadas. 

Varón de mediana edad que viaja en automóvil durante el día y cuyo vehículo se sale de la carretera debido al factor humano, ya sea por el uso del teléfono móvil, por otro tipo de distracción, por el cansancio o el consumo de alcohol u otras drogas. En el siniestro solo muere él. Fue el perfil tipo del fallecido en accidente de tráfico durante el verano del pasado año 2023 en el conjunto de la CAV, un patrón que se mantuvo “prácticamente idéntico” respecto al de los anteriores ejercicios según el diagnóstico hecho público hace unos meses por el Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN). A la vista de los últimos siniestros con víctimas acaecidos en las carreteras del territorio, esta tendencia parece haberse roto al menos en lo que respecta a Álava en lo que va de este 2024. El club automovilista, que puso el foco en el importante impacto de los accidentes en vías urbanas –este año Gasteiz ha sido escenario ya de varias tragedias–, consideró entonces necesario trabajar “de forma decidida” por garantizar la “coexistencia pacífica, ordenada y segura de las distintas formas de movilidad y solventar los distintos problemas de seguridad que existen e incluso otros nuevos que se crean en áreas urbanas”. Por otra parte, el RACVN quiso alertar también sobre el “deficiente mantenimiento” tanto de las carreteras como de las señales de tráfico, no solo en las vías interurbanas, sino también en núcleos urbanos donde cada vez es más frecuente ver señales o semáforos tapados por vegetación o llenos de pintadas y pegatinas. “Pasan los meses y las pegatinas siguen tapando las señales, pierden el color pero no desaparecen y nadie las retira”, ejemplificó la entidad.