Ramiro González consiguió ayer el hito histórico de conducir al Partido Nacionalista Vasco a ganar las elecciones a las Juntas Generales de Álava por tercera vez consecutiva. Pero la única sonrisa de la noche en el seno del PNV no fue completa porque su reelección para un tercer mandato como diputado general de Álava no está completamente asegurada al haberse dejado dos junteros respecto a la última legislatura (17 en 2019 por los 15 actuales), lo que impide que la suma con el Partido Socialista de Euskadi –que pierde un asiento en el Salón de Plenos del Palacio de la Provincia para quedarse con nueve– sirva para alcanzar la mayoría absoluta sobre los 51 procuradores –se quedarían en 24, por los 27 que tenían hasta ahora– que conforman la institución. Una pérdida de la mayoría absoluta del gobierno de coalición que abre la puerta a posibles alternativas. Teniendo en cuenta que en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz se van a tener que producir negociaciones para la elección de la nueva alcaldesa, de esa aritmética podría depender Ramiro González para ser elegido de nuevo –sería lo lógico si se reedita el pacto con el PSE, aunque no tuviese mayoría absoluta en esta ocasión con solo esa suma– como máximo mandatario del territorio histórico y encadenar así su tercera legislatura como diputado general.
El PNV, pese a su victoria, fue el partido más castigado ayer en las urnas, pues esa pérdida de dos junteros –la bajada fue en la circunscripción de Vitoria, donde la victoria fue para Bildu, quedando en manos jeltzales Ayala y Tierras Esparsas– fue la mayor rebaja experimentada entre los que ya tenían asientos en las Juntas. EH Bildu, el gran triunfador de la noche, sumó dos junteros más que en 2019, hasta alcanzar los 14, una cifra que sitúa a Eva Lopez de Arroyabe como alternativa real a Ramiro González dependiendo de cómo se vayan conformando los pactos y, sobre todo, de lo que ocurra en el Ayuntamiento tras la victoria de Rocio Vitero en las urnas.
Una voz muy importante en los pactos la tendrá, de nuevo, el PSE de Cristina González, que se dejó por el camino un procurador (de 10 a 9) pero que se presenta de nuevo como pieza clave para determinar la gobernabilidad en Álava teniendo en cuenta las aspiraciones de Maider Etxebarria de alcanzar la Alcaldía de Gasteiz partiendo de la segunda posición en las urnas. La líder socialista ha defendido siempre el pacto de gobierno con el PNV, una fórmula que consideran que ha funcionado muy bien en Álava a lo largo de las dos últimas legislaturas.
Pese a ganar un juntero, pasando de ocho a nueve, el Partido Popular de Iñaki Oyarzabal parece encaminado de nuevo a ejercer un papel de comparsa y quedarse fuera de los pactos. Todo lo contrario que Elkarrekin, ya que, a pesar de perder un juntero –se queda con tres cuando tenía cuatro en 2019–, la coalición que encabeza David Rodríguez puede ser clave para determinar la identidad del diputado general, siempre teniendo en cuenta que esta negociación va a ir asociada a la que se llevará en el Ayuntamiento.
Por último, se consumó el ingreso de Vox en las Juntas Generales. La formación ultraderechista alcanzó el mínimo del 3% de los votos necesarios para tener presencia en la cámara y Jonathan Romero tendrá un sillón en el Salón de Plenos en el Palacio de la Provincia.