En imágenes: Madrugadora romería al santuario de Estíbaliz
Las delicias de Estíbaliz acercan muy de mañana a los alaveses hasta la ‘joya’ del románico alavés para degustar gastronomía y conocer a las nuevas monjas
A pie, en coche, bici o autobús, todos los caminos llevan a a Estíbaliz. Desde las nueve de la mañana, los primeros peregrinos suben, bastón en mano, los ochenta escalones que separan el aparcamiento del monasterio. Los artesanos preparan las viandas de sus puestos y los cocineros apilan cazuelas, mientras Dulce María pasa el aspirador dentro del templo para que la joya del románico alavés luzca el día grande de la patrona. La romería de Estíbaliz pone el broche a las fiestas más gastronómicas de Álava con infinidad de delicias culinarias que degustar. Delicias del cielo, como llaman las monjas a las tartas y pastas de su obrador.
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A la entrada del monasterio, los hermanos Peregrinos de la Eucaristía echan una mano en los preparativos y ensayan sus voces para el posterior concierto junto a las monjas, que piden silencio en el interior del monasterio a los pasajeros del autobús que han invadido con sus móviles el recogimiento que aún se vive en lo alto del cerro antes de que un hervidero de gente colapse el santuario y comience a formarse una larga caravana de vehículos a los poco kilómetros de salir de Salburua. “Silencio; estamos en el templo”, recuerda una joven hermana peregrina ante las bancadas reservadas para la congregación, autoridades y cofradía”.
Fuera comienza el bullicio festivo. Se escucha trikitixa y se ven kaikus entre los puestos de talo, sidra, txakoli y pastel vasco. Los participantes en el XXVIII Concurso de pintura rápida al aire libre eligen la mejor ubicación para su obra y marcan con sus pinceles los primeros trazos. La mayoría se decanta por el románico monasterio, aunque también se puede pintar el entorno del santuario.
Esteban Oroz, navarro afincado en Eibar, aficionado y entusiasta de la pintura, se decanta en esta ocasión por un óleo, pero reconoce que le gustan todos los estilos. El santuario lo ve mejor que nunca y el premio, también, ya que la cuantía ha subido a mil euros. “Me gusta el románico”, asiente este veterano que sólo se ha perdido tres o cuatro ediciones del certamen. A su lado, por contra, el pamplonés Félix Flamarique es la primera vez que se presenta. Elige la técnica de acrílico sobre lienzo porque “es versátil y se seca fácilmente”, argumenta. Ya venía desde casa con la ubicación elegida para tener la mejor perspectiva del templo y ahí planta su caballete. Comenta que este año hay más participantes que en pasadas ediciones, quizá porque no coincide con otros certámenes conocidos. A pesar de que todavía no ha salido el sol, Félix lo incluye en el cuadro. “Pinto lo que veo, pero también lo interpreto”, indica este pintor profesional que en una ocasión ya ganó el concurso de Estíbaliz.
La vitoriana Goyi se estrena en el certamen de pintura rápida al aire libre de Estíbaliz. Al lado de los pinceles tiene en la tablet una fotografía que el día anterior sacó del santuario al que ha decidido añadirle una monja, ya que “su presencia es la novedad de este año; significan el relevo”, piensa. Aunque tiene en su haber alguna exposición y ha vendido cuadros, se considera una amateur. “Aquí viene mucho profesional”, constata.
A unos metros, Koldo, de la sociedad gastronómica Azkenean, echa una mano con los preparativos de la calderada popular, mientras Berna Santidrián, presidente de Boilur, marca las pautas a seguir a los quince cocineros y una cocinera encargados de preparar las entre 1.500 y 2.000 raciones que gratuitamente repartirán después entre la gente “Tenemos dos menús: patatas con carne y carne con patatas”, bromea Koldo. “Muy ajetreadas las fiestas de San Prudencio; hoy ponemos el colofón, pero si es como el año pasado, nos van a a comer”, prevé este txokero de la sociedad Gure Zadorra para la que también ha cocinado 600 raciones de costilla con patata. Y es que, este tubérculo tan típico en Álava es el auténtico protagonista de las fiestas de Álava. Si no, que se lo digan a los cocineros de las diez sociedades gastronómicas que se presentan a concurso con elaborados platos a base de patatas: Azkenean, Kukubarre, Burduntzi, Xilikiturri, Sutajai, Arabarrak, Eskola Zaharra, Txoritokieta, Abendaño y Amairu bat ya tienen sobre la mesa todos los ingredientes para guisar patatas rebozadas, con canónigos, rellenas de cecina, con perretxikos o vieras, con conejo y caracoles, a la riojana, con boletus, puré trufado, huevos y hasta con tripa de bacalao.
Y ello, antes de que las autoridades, con el diputado general de Álava, Ramiro González; el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi, y la consejera Nerea Melgosa a la cabeza entren a la misa de once de este Día de los Desagravios en el que el obispo, coincidiendo con el 1 de mayo, Día del Trabajador, recuerda en su homilía a la treintena de personas fallecidas el año pasado en Euskadi en sus puestos de trabajo y a las más de 800 vidas “sesgadas por unas condiciones laborales que truncan proyectos y esperanzas familiares”, reconoce Juan Carlos Elizalde.
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