El Ayuntamiento de Ayala ha abierto esta semana el plazo para solicitar la instalación de puestos de venta y exposición de productos de alimentación y artesanales en la tradicional feria de San Isidro, que volverá a acoger la localidad de Respaldiza el próximo 15 de mayo. Éste se cerrará el próximo 5 de mayo y no se admitirán inscripciones fuera de plazo.

Cada persona expositora dispondrá de un máximo de dos puestos de dos metros, que serán facilitados por el Consistorio en colaboración con la entidad Kutxabank y no se admitirán puestos propios. Asimismo, se podrá instalar únicamente una txosna con su propia estructura, por lo que en caso de existir más de una solicitud se adjudicará por sorteo.

Las solicitudes se pueden presentar en las oficinas municipales o a través de la sede electrónica (www.aiarakoudala.eus), y por cada puesto solicitado hay que abonar 10 euros, que no se devolverán si no se asiste al evento.

La feria de San Isidro de Respaldiza mantiene su fecha de celebración en el día del patrón del sector primario, caiga como caiga (este año en lunes), y además del citado mercado de productos agroalimentarios, artesanos y de maquinaria agrícola, siempre hace hueco a la degustación de productos locales como son el queso y el txakoli, en lo que suele marcar la previa al Txakoli Eguna de Amurrio que, este 2023, debido a las elecciones municipales del 28 de mayo, se verá atrasado al 4 de junio.

Asimismo, siempre lleva parejo una exposición de ganado ovino, caprino, asnal y equino, entre otras actividades para el disfrute en familia; aunque su plato fuerte vendrá de la mano del séptimo certamen provincial de vacas pirenaicas, cuyo objetivo no es otro que poner de manifiesto el estado colectivo de esta especie de ganado y la mejora que se viene realizando, así como servir de estímulo y orientación hacia la cría de ganado selecto como base para la mejora de las explotaciones, de cara a que puedan competir en los mercados tanto interior como exterior.

Vaca ancestral

Y es que hablamos de una raza autóctona que, aunque en la actualidad se encuentra en auge con 5.000 cabezas en Euskadi (3.500 de ellas en Álava), en los años setenta del pasado siglo estuvo al borde de su extinción por la introducción masiva de la raza Parda Alpina, por lo que sigue necesitando el apoyo y ayuda de todos, tal y como se merece toda raza autóctona y todo patrimonio genético. “Es la raza ancestral del caserío vasco, hoy día muy especializada en producción cárnica, gracias al trabajo de nuestros ganaderos, que siempre nos traen lo mejor de sus cabañas”, subrayó el veterinario de Aberekin, Josu Paia, en relación a los 50 ejemplares de esta raza (cinco de ellos machos) de un total de cinco ganaderías alavesas que se presentaron a la última edición del certamen en 2022.

Con todo no estamos ante una vaca autóctona exclusiva de Euskadi, sino de toda la cornisa cantábrica. “En Navarra es donde esta más extendida con 12.000 cabezas, le sigue Euskadi con 5.000, Cantabria con 1.500, Aragón con 1.000 y Cataluña con unas 600, pero también hay registradas explotaciones en Soria, Rioja, Burgos y Cáceres”, explicó Paia; que también apuntó que es Abere, en Arkaute, quien lleva todo lo concerniente a esta raza en Álava.