Se comenzó con pequeños proyectos impulsados por iniciativas muy concretas, como el caso de los jóvenes panaderos de Maeztu y con la colaboración de los también jóvenes agricultores de Salcedo de Tierrapapelytijera y el uso de semillas de cereales antiguos.
Aquello fue creciendo. Por un lado, con la paulatina incorporación de cultivos ecológicos y la reducción del uso de fitosanitarios para mejorar la calidad del suelo, garantizando su fertilidad y sostenibilidad. A ello se sumó que los consumidores son cada vez más exigentes y reclaman alimentos más saludables, que satisfagan sus necesidades sin comprometer las de las generaciones futuras.
Por ello, el centro tecnológico Neiker, miembro de Basque Research and Technology Alliance (BRTA), decidió participar en el proyecto Lanirina, que planteó el objetivo de conectar todos los eslabones de la cadena de valor del cultivo de cereal ecológico desde los productores hasta los consumidores, sin necesidad de intermediarios.
Asesoramiento
Dentro de Lanirina, se llevan a cabo diferentes tareas que abarcan desde el trabajo de campo hasta el consumo final. De esta manera, entre otras acciones, se ofrece asesoramiento y formación a profesionales de la agricultura para guiarlos en el camino hacia la transición a cultivos ecológicos. Estas acciones formativas también están indicadas para el personal encargado de la limpia y la molienda del trigo para que sea capaz de dar mayor valor al cereal.
Asimismo, el pequeño comercio, los obradores artesanales y los consumidores finales también tienen un gran peso en la iniciativa. Sus valoraciones y opiniones sirven para medir el grado de aceptación del producto y crear nuevas oportunidades de mercado.
Por su parte, Neiker se encarga de transferir sus conocimientos sobre la selección de variedades de cereal que mejor rendimiento ofrecen en agricultura ecológica, de proponer pautas para asegurar la calidad de los cereales o de explicar los manejos más adecuados.
De esta manera, los participantes del proyecto Lanirina asumen la responsabilidad de conservar el paisaje natural a través del cultivo de cereal ecológico, que transfiere propiedades beneficiosas a la tierra conservando su fertilidad y generando nuevas oportunidades de actividades ligadas a esta cadena de valor. Su impulso, además, forma parte de la estrategia de apoyo al sector agrícola para realizar una transición hacia el cultivo ecológico y se suma al Plan para el Fomento de la Producción Ecológica (FOPE) que impulsa el Departamento de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco desde 2014 para incrementar la producción ecológica y desarrollar la cadena de transformación y comercialización asociada.