El desmantelamiento de Garoña empezará este primer semestre de 2023

Inversión de 90 millones

Con este plazo del "primer semestre" como figura en el documento de respuesta, se marca ya un horizonte temporal para el inicio de unos trabajos que se prolongarán durante tres años y que van a suponer la contratación de diversos servicios por un valor aproximado de 90 millones de euros.

Desmantelar la central nuclear es un trabajo que se estima puede tener una duración total de una década. Después de estos tres primeros años llegará la segunda fase, por espacio de siete años, de la que todavía no hay solicitada la pertinente autorización para el desarrollo de los trabajos.

Trabajadores subcontratados

La ingente tarea y volumen de trabajo que requiere empezar a desmontar el complejo nuclear supondrá un total de 300 trabajadores con un alto nivel de especialización. De esos centenares de operarios unos 70 son mano de obra de Nuclenor, mientras otros 30 pertenecerán a Enresa y los otros 200 llegarán a través de subcontratas encargadas del desmantelamiento, según recoge Enresa.

En esta primera fase de 36 meses de trabajos se llevará a cabo la "remodelación del edificio de turbinas", según recoge la respuesta del Gobierno y que ha publicado Diario de Burgos. Esa zona de turbinas terminará por convertirse en un área desde donde dirigir todo el proceso de desmantelamiento en su segunda fase.

Combustible en contenedores

Antes de dar comienzo de forma oficial a la primera fase se han llevado a cabo labores previas como retirar el material calorífugo y el amianto que puede haber en la central. Las labores más importantes de los tres años de la primera fase, serán el trasvase del combustible ya utilizado y gastado a los contenedores herméticos y especiales.

Estos gigantescos depósitos permanecerán en el Almacén Temporal Individualizado (ATI) que estará en la misma instalación de Garoña.