A falta de conocer el cierre de los datos del recién concluido 2022, los registros definitivos del año previo dan cuenta de que siguen contándose por miles las personas residentes en Álava y Euskadi que atraviesan por situaciones vitales de extrema necesidad.

Familias con derecho a percibir las Ayudas de Emergencia Social (AES), que constituyen el primer escudo frente a la exclusión, y que son concedidas de forma finalista por los ayuntamientos como paso previo a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI).

Según los datos en poder del Gobierno Vasco, los ayuntamientos formalizaron en 2021 un total de 61.604 concesiones de AES que beneficiaron a 53.556 personas y 27.478 unidades convivenciales en Euskadi.

Las ayudas destinadas a paliar la pobreza energética tuvieron un peso muy importante, con 16.295 personas beneficiarias. En Álava, fueron un total de 2.925 correspondientes a 2.611 unidades convivenciales.

Las personas usuarias de AES tienen que sumar un mínimo de seis meses de empadronamiento en la CAV, pero Lakua va a habilitar de nuevo este año otra línea de ayudas a través de Cáritas que mira a las personas que han llegado huyendo de la guerra en Ucrania.

Menos perceptores de RGI

Afortunadamente, Euskadi terminó el pasado año 2022 con el menor número de perceptores de la RGI en Euskadi desde que en 2012 Lanbide comenzase a gestionar esta prestación. Por aquel entonces, la RGI cubría las necesidades básicas de 55.000 personas vulnerables.

Por primera vez en una década, el pasado mes de junio se logró bajar de los 50.000 perceptores y al cierre de diciembre un total de 49.413 personas eran titulares de la RGI, 3.310 menos que un año antes (-6,28 %) tras encadenar siete meses consecutivos de descenso.

Según el Departamento vasco de Trabajo y Empleo, la reducción paulatina desde febrero de 2021 responde a la consolidación de la fase de recuperación del empleo, que en el año recién terminado ha superado los máximos de afiliación a la Seguridad Social.