La transición energética en el territorio alavés se enfrenta a la paradoja de que para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera es necesario ocupar suelos que en muchos casos son de un alto valor ecológico. El propio diputado general, Ramiro González, firme defensor de estas instalaciones, ha reiterado en varias ocasiones que hay que asumir un coste de ocupación de suelo para poder instalar energías renovables, aunque a la par insiste en que se hará con todas las garantías medioambientales.
Enfrente, formaciones como EH Bildu y Elkarrekin Araba consideran que buena parte de los proyectos que se están planteando para el territorio, y en particular los promovidos por Aixeindar, pasan por encima del patrimonio natural alavés y pugnan por visibilizar esta postura en las Juntas Generales. Mientras, la llegada de promotores como Statkraft a Gipuzkoa ha sido bien recibida por EH Bildu, si bien uno de los municipios en los que se ubicaría el parque Piaspe, el de Zestoa, gobernado por la formación abertzale, ha rechazado su implantación.