Los agricultores vuelven este martes a cosechar, tras dos días sin poder faenar debido a las prohibiciones instauradas por la alarma roja ante el elevado riesgo de incendios. Lo harán “en cuanto amanezca y hasta el mediodía”, ya que el paso a alerta naranja por peligro de fuegos mantiene las restricciones del uso de maquinaria en el entorno agroforestal desde la 13.00 y hasta las 21.00 horas. El presidente de la UAGA, Javier Torre, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que “todo el sector saldrá a cosechar” en cuanto se haga de día, pararán al mediodía y volverán a trabajar por la noche “hasta que se meta el sol”.

“Hay que aprovechar al máximo todo el tiempo que tengamos, ya que necesitamos días para terminar. La cosecha iba adelantada y todavía vamos a acabar más tarde de lo normal”, expone. La ola de calor ha afectado de pleno al sector agrario en plena campaña de recolección por lo que Torre apremia a laborar todas las horas que se les permita y “sobre todo, el miércoles que parece que las temperaturas van a bajar más” y se prevé se relaje la alerta por incendios. Aún así, los agricultores no se fían de la adversa climatología y prefieren llenar ya los graneros para estar “más seguros”. En plena campaña del cereal, Torre aclara que el intenso calor vivido no mermará aún más su producción, que estima se reduzca “entre un 30 y un 40%”, respecto al pasado año. “Al trigo no le afecta, lo único a la cebada que el calor propicia que se seque muy rápido y el grano se cae al suelo”, comenta.

Incendios Torre muestra su “preocupación” por los episodios de fuegos vividos en los últimos días, así como su malestar porque se culpe a los agricultores de provocarlos. Reconoce que el sector ha ocasionado “algún pequeño” incendio fruto de su trabajo “en el medio rural” y con “unas condiciones extremas de diez días de intenso calor”. “Los agricultores hemos ayudado a que no se extiendan las llamas haciendo cortafuegos”, defiende y “somos los primeros en tener miedo, ya que afectan a nuestras tierras y fincas”.

Necesidad de lluvia

Las predicciones meteorológicas descartan la posibilidad de lluvia para los próximos días y el campo alavés está muy seco, puesto que “no llueve desde hace más de dos meses, desde finales de abril”, a lo que se une las condiciones extremas padecidas durante estos días. Por ello, el presidente de la UAGA anhela que llueva porque “necesitamos agua para la remolacha, la patata y la viña que ya está sufriendo”. Agua que no tormentas eléctricas porque el sector vive “atemorizado” ante la eventualidad de que caiga un rayo y provoque “incendios por todos los lados”. Un cóctel indeseado de rayos, viento y sequedad de la vegetación que podría provocar un desastre natural por nadie deseado.