Las actitudes y la posición de la población vasca hacia la diversidad sexual y de género y las personas LGTBI, aun siendo “positivas”, presentan también “claroscuros y un claro margen de mejora”.

Es una de las principales conclusiones del Barómetro sobre la diversidad Neurtu 2021, un informe elaborado por el Observatorio Vasco de la Inmigración (Ikuspegi), que ha sido presentado este martes con motivo del Día del Orgullo.

El estudio destaca que más del 85% de la población manifiesta estar de acuerdo con la inclusión de informaciones relativas a diversidad sexual y de género como materia educativa en los centros escolares o que el 95,2% se posiciona “de acuerdo o muy de acuerdo” con que se garantice la formación permanente del profesorado en diversidad sexual, identidad y expresión de género.

Además, el 86,8% de la población se muestra a favor de que el sistema sanitario público cubra el derecho a la reasignación de sexo. 

Menor aceptación

Sin embargo, el estudio también subraya que hay tendencias que reflejan que, aun predominando claramente estos posicionamientos favorables, “el grado de aceptación y expresión de comodidad es más comedido cuando tiene que ver con realidades intersexuales y trans que cuando se vincula con personas lesbianas, gais o bisexuales”.

Ikuspegi evidencia, asimismo, que el matrimonio entre personas del mismo sexo goza de una aceptación algo mayor que la creación de familias con menores a cargo por parte de personas LGTBI.

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El informe destaca al mismo tiempo que, aun siendo baja la percepción de “mucha o bastante” discriminación hacia el colectivo LGTBI en general, más del 50% de la población vasca declara haber escuchado o presenciado comentarios negativos o rumores sobre alguien debido a su orientación sexual y/o identidad sexual o de género, así como burlas, bromas, chistes, imitaciones, gesto. 

Además, el 42,5% de la población también declara haber escuchado o presenciado insultos –maricón, bollera, travelo…– y el 22% declara haber conocido situaciones en las que se ignora, no se deja participar o se aísla a la persona o grupo en cuestión; por otra parte, el 17,9% manifiesta haber sabido de amenazas y el 13,5% de agresiones físicas.