- En las fiestas de Álava manda la tradición. En su regreso tras los años más duros de pandemia, también; de ahí el cielo encapotado y la constante lluvia, un clásico por San Prudencio que, sin embargo, no impidió a la ciudadanía escuchar en directo los toques de retreta en las plazas Nueva y de la Provincia.
La gente sustituyó las mascarillas por paraguas y se plantó frente al Palacio Foral para tararear los tuntunes de cada cuarto de hora bajo la atenta mirada del lehendakari, Iñigo Urkullu, y del diputado general de Álava, Ramiro González, acompañado por los miembros de su gabinete y otras autoridades.
Trompeteros y atabaleros interpretan la marcha desde los balcones de la Diputación. Suena el tun tun... Y entre toque y toque de retreta actúa sobre el escenario Hutsun+Ortzi con la adaptación de su obra Urbasa. “Suena la txalaparta y la niebla pone marco a una montaña que respira naturaleza y calma, pero que se verá alterada por un visitante que romperá este entorno a través de la fuerza y la tecnología”, desgrana el programa festivo.
Actúa también Hika Teatroa con la adaptación de su obra Gazte. “Impulsado por la búsqueda de un lenguaje propio, y partiendo de la danza tradicional vasca, el espectáculo transcurre hacia el mundo de la danza contemporánea y otro tipo de danzas modernas, además de dar espacio a la voz y al texto”, cuenta el cartel de las fiestas de Álava.
En el interior del Palacio Foral, los invitados conversan, intercambian opiniones y se cuentan sus planes para hoy, día del patrón, entre pintxo y pintxo. “Está a tope” -se escucha-; “había ganas”, tras dos años sin celebrar.
Reza la tradición que alaveses y alavesas festejan su fiesta grande con la repetitiva melodía castrense desde finales del siglo XIX o principios del XX, ya que sobre el origen de la retreta, nada está claro.
Una de las teorías que ha llegado hasta nuestra época es la afrancesada. Cuenta que coincidiendo con la época en la que Napoleón y sus soldados convirtieron Vitoria en un gran cuartel amurallado, con toque de queda incluido, los días de fiesta, los pregoneros utilizaban esta música para advertir a las gentes de la ciudad sobre el cierre nocturno de la muralla y repetían varias veces la tonadilla ante la reticencia del pueblo a aparcar la fiesta y volver a casa.
Quien sí logró documentar los inicios de la retreta de San Prudencio conocida fue el investigador Joaquín Jiménez. Sus estudios sitúan la primera retreta desde el Ayuntamiento en 1879, con atabaleros y clarineros marcando los tuntunes. Ya en 1927 se tocó en ambos espacios, en el Ayuntamiento y en la Diputación. Y así llegaron los trompeteros, músicos que sustituyeron los clarines por trompetas.
Sobre lo que no hay incertidumbre es sobre el efecto que la marcha tiene entre el público que se emociona al escuchar el toque militar refinado por el viejo maestro Aramburu, con letra de Venancio del Val; los hay que confiesan que se les ponen los pelos de punta, algo que de nuevo quedó patente ayer.
Este 2022, la llamada a las fiesta la lanzó el pasado viernes la directora científica del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, María Ángeles García Fidalgo, que estrenó el nuevo escenario de la Plaza de la Provincia con el fin de acercar el pregón a la ciudadanía,
Suena el tun tun... Y tras el último toque, estruendo, luz y color de fuegos artificiales que dan paso a la concentración de los tambores de las sociedades gastronómicas. “Ha sido una larga espera, demasiado larga (...) El lejano redoblar de los tambores nos despierta del letargo que durante los dos últimos años nos ha privado de una de las semanas más queridas por alavesas y alaveses”, indica el diputado general en la presentación de las fiestas. “Hemos sufrido, hemos cambiado, nos hemos recuperado y nos hemos reinventado”, añade. Jai zorion-tsuak! ¡Felices fiestas!