usto al lado del taller de Formula Student Vitoria, 18 estudiantes construyen durante un año y medio otro vehículo en el que ganar en otra competición muy similar, pero con una diferencia clave: aquí compiten motos, no coches.

Aunque comparte algunos elementos de su competición hermana como la búsqueda de patrocinadores, la atención al detalle a cada pieza antes de incorporarla en el vehículo o la búsqueda de la mejor pieza de ingeniería posible, Motor Student Vitoria desarrolla un vehículo durante un año y medio en el que, esta vez, piezas como el motor son escogidas por la propia organización. Un motor que es eléctrico no porque la gasolina sea muy cara, sino porque “es el futuro”, afirma el miembro del departamento electrónico Unai Fernández. “Para que sea todo más justo partimos todos del mismo motor”.

Los demás elementos, como podrían ser las baterías o el chasis, son diseñados desde cero cada edición. Diseño, producción, programación... “En clase es todo más teórico y tienes que buscarte la vida para hacer gran parte de la moto”, explica Fernández.

En esta competición se permite que los pilotos no sean estudiantes y el coordinador del equipo, Camilo Cock, explica el motivo: “Una moto es más peligrosa que un coche, una caída en una carrera de moto es o palmarla o quedar mal”. El piloto tiene que estar federado, con experiencia, pero que no sea profesional. “No podemos coger 300.000 euros y contratar a Marc Márquez”, apunta.

Fernández explica qué le impulsa a continuar con el proyecto: “¡Electrónica, moto, coche! A mí todo eso me gusta. Dos semanas antes (de la competición) arrancas la moto y un año y medio dejándose la piel por fin da sus frutos”. Por no mencionar la adquisición de conocimientos técnicos, empresariales y de otra índole que son un gran añadido al currículum de cualquier estudiante universitario.

Cualquier universidad puede inscribirse en esta competición si rellena a tiempo los formularios necesarios y será en otoño de 2023 cuando podremos ver el trabajo del equipo gasteiztarra en pista mientras trata de ganar una competición de cuatro días que, por cierto, concluye con una gran carrera.

“Dos semanas antes arrancas la moto y un año y medio dejándose la piel por fin da sus frutos”

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