Asajer, la asociación alavesa de jugadores en rehabilitación, alerta de que el juego se está normalizando entre los menores de edad. "Los menores siempre han jugado, pero ahora se ha banalizado. Puedes ser el bicho raro si no lo haces. Incluso la familia tiene un papel de complicidad porque como la mayoría saben que están apostando, no lo ven tanto como un problema. A veces son los propios padres los que cobran los premios, porque el menor por su edad no puede hacerlo", avisa Ana Herrezuelo, psicóloga de Asajer, colectivo que anualmente atiende en su sede vitoriana de General Álava a 200 personas, de las que el 20% son jóvenes y un 2% de ellos tiene menos de 18 años.

Cuando ya se convierte en un problema, es cuando la familia reacciona y se empieza a preocupar. "Suele ser, sobre todo, el momento en el que han robado dinero, pero no vienen de familias desestructuradas, sino que suelen ser de un nivel bien, con padres que trabajen de médico, profesor, abogado...".

Hijos perfectos

Y describen hasta ese momento a sus hijos como "perfectos", hasta que descubren que falta dinero. "El hijo puede utilizar la tarjeta en pequeñas cantidades", precisa Herrezuelo que recuerda un caso de uno que llegó a gastar 9.000 euros de la tarjeta familiar "y sus padres no se habían percatado de esa situación hasta dos años después. Como se mueven muy bien económicamente, no son tan cuidadosos a la hora de ver sus movimientos de dinero", destaca.

También entre los jóvenes lo que se aprecia es que el proceso de adicción lo hacen mucho más rápido. "Hay personas que desde que tienen su primer contacto con el juego hasta que desarrollan el problema, lo hacen en menos de un año", detalla Herrezuelo.

Suelen empezar en cuadrilla y tienden a jugar de manera presencial (69,1%, según los datos del Observatorio Vasco del Juego 2021), al tener dificultades para acceder a una tarjeta crédito, "saben, por ejemplo, qué locales y camareros hacen la vista gorda o utilizan DNI falsos" -matiza esta psicóloga- y sus juegos preferidos son las apuestas deportivas, "de las que no son conscientes del peligro por creer que tienen conocimientos del deporte y creer que no dependen del azar", o la ruleta. "Son juegos mucho más activos, con lo cual, las consecuencias llegan de una forma mucho más rápida", agrega.

Entre los factores de riesgo que hacen que empiecen con esta adicción son sus ganas de ganar dinero, el no tolerar el aburrimiento, ya que "el juego les propicia el salir de esa monotonía", o la propia frustración, algo que se ve cuando empiezan a tener pérdidas, puesto que "se obcecan en que pueden ganar".

Deudas importantes

Al llegar a ese punto, intentan conseguir dinero como sea, ya sea entre la familia, los amigos o personas ajenas. "En la asociación hemos tenido a personas que han hecho estafas, gente superjoven de 19-20 años, que tienen a nivel judicial una cantidad de causas pendientes, como vender un móvil que luego no entregan, y luego está el tema de los multicréditos que piden muchos y llegan a un momento al que se enfrentan a una deuda muy importante".

En general, como la gente tiene una imagen muy positiva de ellos, "se saben mover muy bien en el engaño. Hay personas que por ejemplo se autoprohiben el acceso al juego online y luego utilizan datos de otras personas". Una lástima, como dice Herrezuelo, que desperdicien así sus capacidades ya que "son personas muy inteligentes y en muchas ocasiones muy emprendedoras, que si sus conocimientos y sus recursos los utilizasen en otra dirección, tendrían unos negocios importantes".

La mejor herramienta de prevención, sigue siendo la formación y educación desde las familias, pero no la única. "Echamos de menos que las campañas de concienciación se coordinen entre las propias instituciones y que las consulten a las asociaciones. Los juegos siguen siendo la hermanita pobre de las adicciones: no se destinan los mismos recursos ni se sanciona de la misma forma a alguien que consume a alguien que juegue", censura.

Observatorio vasco del juego

Informe 2021 'Juventud y juego en la Comunidad Autónoma de Euskadi' del Observatorio vasco del juego. Según las 750 encuestas a pie de calle a personas entre 18 y 30 años, realizadas entre septiembre y octubre de 2021, el porcentaje de jóvenes que reconocen haber jugado a juegos de azar y a apuestas en el último año es del 24,9%. El 31,8% de la juventud se inició en el juego siendo menor de edad.

Juego presencial. Es el más habitual (69,1%), aunque el juego online tiene cada vez más cabida.

Frecuencia de juego. Un día al mes o menos (55,4% en el juego presencial y un 29,8% en el juego online). 2-4 días al mes lo hace el 23% de los que juegan de forma presencial y el 30,7% que lo hace online.

En compañía. La mayoría juega en cuadrilla (42,6%) o con alguna amistad (15,6%).

Dinero jugado. De media, la juventud vasca gasta 13,13 euros semanales y 45,67 euros mensuales en juegos presenciales. En juegos online gastan 19,7 euros y 64,66 euros, respectivamente.