En el juicio por el doble asesinato machista que se celebra en Vitoria han declarado esta mañana personas del entorno de las víctimas con el fin de demostrar la mala relación de María José y Florentina con el acusado tras la ruptura matrimonial de la pareja.

Muy nerviosa, tapándose la cara con las manos y acompañada ha iniciado su relato Consuelo, hermana de Florentina y tía de María José, además de la última persona que habló con su sobrina el día de los hechos, poco antes de los crímenes. María José le tocó el timbre del portal de casa, vivían cerca, para ayudarle más tarde con la declaración de la renta; le dijo que estaba con su madre y que iban a tender la ropa. No llegaron a verse. Sí que lo hicieron la víspera de los asesinatos, ya que estuvo por la tarde con su sobrina en La Florida.

"Irresponsable, celoso y envidioso"

La hermana de Florentina ha contado que la relación de pareja de María José y el acusado iba mal tras el divorcio, que ella misma le apoyó en su decisión de separarse: "haced las cosas bien, por los niños", le dije. También ha detallado que en una ocasión fue testigo de cómo Javier R. interrogó por teléfono a su hijo con el fin de controlar a María José y enterarse de si estaba con otro hombre, preguntándole "dónde está el otro". Define al acusado como "irresponsable, celoso y envidioso", un hombre que "se ocupaba poco de los niños". Una vez le preguntó a su sobrina si no tenía miedo de Javier R. y ella le respodió que no, pero le contó que estaba preocupada por lo que agobiaba a los niños.

Florentina, un pilar fundamental en la familia

Sobre la figura de su hermana Florentina, subraya que "lo era todo en la familia", un pilar fundamental para su marido, sus hijos y sus nietos. "Mi hermana era lo más grande del mundo para todos". Ha relatado cómo entre ella y María José eran las que cuidaban y se encargaban de los chiquillos. "Esos niños comían porque su abuela les daba de comer".

Del acusado, en cambio, dice que se ocupaba poco de sus hijos, que no considera que tuviera ningún trastorno mental y que la relación con su hermana Florentina empeoró tras el divorcio de su hija y su exyerno. "Mi hermana se cabreaba mucho porque Javier le dejaba los niños en casa y se marchaba, le gustaba mucho jugar a las maquinitas, y cuando se iba los niños se quedaban llorando porque no les daba un beso".

El lunes comenzó en la Audiencia Provincial el juicio por el mayor crimen machista sucedido en Álava, vista que se prologará hasta el 9 o 10 de marzo. Un jurado popular, integrado por nueve ciudadanos, juzga al acusado de asesinar a cuchilladas hace cuatro años a su exmujer, María José, y a su exsuegra, Florentina, en el domicilio antes familiar de Lakua-Arriaga, en Vitoria.