El alcalde de Bernedo, Rubén Martínez, pidió ayer perdón por los incidentes del fin de semana en la localidad, donde la Ertzaintza tuvo que intervenir para disolver lo que fue, en inicio, una celebración que derivó en una suerte de fiesta participada por más de cien personas.
En el transcurso de un pleno extraordinario, Rubén Martínez reconoció su error al estar presente en los incidentes y puso su cargo a disposición de la corporación municipal. Ninguno de los tres partidos del Consistorio, PNV -al que pertenece- PP o EH Bildu, pidió su dimisión. En la calle, el alcalde también recibió amplias muestras de apoyo de sus vecinos y vecinas.
"El sábado celebramos la fiesta de San Tirso. Yo estuve en la cena que se había organizado por un grupo de jóvenes, y como ya es conocido se alargó mucho más de lo previsto y agrupó a más personas de las debidas", reconoció Martínez, para admitir que, en todo caso, "deberíamos haber cumplido las medidas sanitarias como teníamos previsto pero el encuentro se nos fue de las manos".
"Pido sinceras disculpas por este acto irreflexivo, por el daño que hubiera podido ocasionar al buen nombre de la institución que represento y por comprometer su credibilidad ante los vecinos y vecinas de Bernedo. Fue un error que lamento profundamente. Desde el respeto a la Ertzaintza y a las autoridades sanitarias, pido que no se criminalice a la juventud y a otras decenas de vecinos y vecinas de Bernedo que participaron conmigo en un acto que nunca debió prolongarse más allá del horario regulado", añadió.