Desde este jueves y hasta el próximo 30 de noviembre, todo aquel que quiera podrá ver en Álava con sus propios ojos el famoso cáliz de Qaraqosh, objeto litúrgico con el que ordinariamente los sacerdotes celebran la misa y que emula la copa con la que Jesús celebró su Última Cena compartiendo con sus discípulos el pan y el vino.

La diócesis de Vitoria explica que este caliz era utilizado en las celebraciones de la iglesia de la Inmaculada de esta ciudad del norte del país, "la cual quedó devastada por los ataques, y profanado por el islamismo radical durante la guerra de 2014 en Irak, pero un joven cura iraquí llamado Salar Kajo logró rescatar de entre los escombros este cáliz con un agujero fruto de un impacto de bala que lo atravesó. Desde ese momento, este vaso sagrado ha ido viajando por diferentes puntos del mundo para dar a conocer lo sucedido en aquella noche del 6 de agosto de 2014 en la ciudad de Qaraqosh".

Muerte, sometimiento o éxodo

Durante los años de ocupación del Daesh, uno de los principales objetivos a combatir eran los cristianos de esta zona del país, concretamente de la ciudad de Qaraqosh, la más grande de Irak con mayoría cristiana, a escasos 30 kilómetros de Mosul. En apenas nueve horas, los yihadistas derribaron todas las cruces de la ciudad y profanaron todos los templos, convirtiendo algunos de ellos en campos de tiro, como fue en el caso de la iglesia de la Inmaculada donde se encontró este cáliz.

La inmensa mayoría de sus 50.000 habitantes antes de agosto de 2014 eran cristianos. Con la ocupación yihadista, solo les quedaban tres opciones: morir, someterse o huir.

"Esta llegada del cáliz a nuestra tierra tiene como objetivo concienciar a sociedad civil e instituciones acerca del sufrimiento, persecución y martirio que están padeciendo en la actualidad miles de personas por su fe en Cristo, cientos asesinados a diario en muchos países de Asía y África. La Llanura de Nínive, donde se encuentra Qaraqosh, contaba en 2014 con 120.000 cristianos, cuya casi totalidad de habitantes se vio obligada a huir por su confesión cristiana hacia la zona del Kurdistán iraquí", destacan desde la diócesis.

La Iglesia les ayudó en su éxodo enviando más de 35 millones de euros para proveerles de alojamiento, alimentos, medicinas y demás bienes de primera necesidad, sin apenas más ayuda internacional.

El Papa Francisco, en su histórico viaje el pasado mes de marzo a Irak, visitó Qaraqosh para apoyar a la diezmada comunidad cristiana que poco a poco, tras la derrota del Estado Islámico, va volviendo a esta devastada ciudad aún en ruinas. "En menos de dos décadas, la población cristiana iraquí ha pasado de poco más del millón y medio a apenas 200.000 en la actualidad en un país de más de 40 millones de habitantes", precisa.

Visita a Vitoria

La agenda de esta visita a Vitoria comenzará en el Seminario el jueves, a las 19.30 horas, con una bienvenida por parte del delegado alavés de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, Enrique Díaz, quien hará una reseña detallada de la historia de este cáliz.

A continuación el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, presidirá una celebración usando este cáliz para la consagración en la Capilla Pública con la presencia de los actuales 22 seminaristas y todos aquellos que quieran sumarse. El viernes se trasladará a la Catedral nueva de María Inmaculada para celebrar una vigilia de oración con testimonios acerca de los cristianos perseguidos en el mundo desde las 19.30 horas.

El sábado, a las 19.00 horas, la primera parroquia que acogerá el cáliz será la de San Blas de Legutio, para después visitar parroquias tanto de Vitoria como de la zona rural. También visitará colegios y conventos de vida contemplativa. Se puede consultar el diario de esta peregrinación en la web diocesana. Su despedida será en la Catedral vieja de Santa María el 30 de noviembre rumbo a la ciudad de Nueva York, donde comenzará una larga visita a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

Enrique Díaz, responsable de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Vitoria y organizador de esta visita recuerda que "tenemos que abrir los ojos ante esta persecución que está sucediendo ahora mismo en muchas zonas del mundo".

Asimismo invita a "concienciarnos sobre esta realidad que sufren miles de cristianos, auténticos mártires del sigo XXI, por el mero hecho de ser cristianos". Díaz pide "tenerles muy presentes y no mirar para otro lado".

La Fundación Pontificia que él representa en Álava quiere testimoniar "la vida coherente de estos cristianos que se mantienen firmes en su seguimiento a Jesús, acudiendo incluso a misa los domingos a sabiendas de estar arriesgando con ello sus vidas" por lo que pide que "desde nuestra realidad les ayudemos a que tengan seguridad y libertad para ejercer su fe, especialmente en Oriente Medio y Asia, y que su ejemplo de fidelidad nos ayude aquí a ser mejores

cristianos".