Ingeniero agrónomo y medioambiental y director del Centro de Estudios Ambientales (CEA) desde hace casi un año, Imanol Zabaleta impartirá la primera ponencia de este ciclo, organizado por el Instituto de investigación sanitaria Bioaraba, que se celebrará en el Palacio Europa (18.00 horas). El experto analizará cómo puede incidir el entorno ambiental en las distintas ramas que engloba la salud pública, desde el bienestar social o la epidemiología hasta el sistema sanitario, tomando como referencia los proyectos que está desarrollando el propio CEA en Gasteiz. "La idea es compartir a qué nos referimos con salud pública, que va muchísimo más allá de erradicar una enfermedad concreta en un individuo concreto, y ver qué rol puede jugar en ella el medio ambiente", resume Zabaleta.
¿En qué medida puede contribuir el entorno ambiental a la mejora de la salud pública?
-Se puede incidir desde muchos ámbitos, pero destacaría el ejemplo de la calidad del aire. Si hablamos de las micropartículas flotantes, que es uno de los cinco factores con mayor carga de enfermedad a nivel global, una labor muy importante consiste en reducir los agentes que generan esa contaminación, como el transporte motorizado por combustión. Todo lo que se está trabajando en la estrategia de movilidad sostenible y espacio público de Vitoria incide de manera directa en reducir esa exposición de la ciudadanía. Otro aspecto clave es aumentar la cobertura arbórea de las ciudades, su infraestructura verde. Pueden ser hierbas, césped, setos o, evidentemente, arbolado de gran porte. En este ámbito, desde CEA gestionamos una estrategia de infraestructura verde que busca incrementar esa superficie de hoja que actúa como filtro contra la contaminación.
¿Vitoria parte desde una posición privilegiada en esta carrera global?
-En función de con quién nos comparemos, desde luego que sí. Si nos comparamos con la Vitoria de hace 30 años, la posición no tiene nada que ver. Se ha mejorado muchísimo, como con la tasa de uso de bicicletas. La de motorización seguimos teniéndola alta, pero ya hay perfiles, sobre todo personas jóvenes, que trabajan en lugares como el Parque tecnológico de Miñano y no es que no tengan coche porque no pueden, sino porque no quieren y lo que exigen es que haya una línea de transporte. Hace 30 años no existía esta reticencia hacia el uso de los vehículos motorizados. Si podías, lo tenías. Esa conciencia y esas ganas de cambio están penetrando en el tejido social. Hablamos de un punto de partida totalmente diferente.
En medio de la actual crisis climática, ¿se acaba ya el tiempo para poner en marcha este tipo de actuaciones en las ciudades?
-Bueno, uno puede responder de mil maneras, pero yo diría que hay que seguir trabajando y que no hay que perder la esperanza. Que esto lo hacemos entre todos y nunca es tarde. Hay mil cosas que se pueden hacer tanto a nivel individual como colectivo, desde lo público y desde lo privado, y todo suma.
¿La pandemia y ese parón vital que ha supuesto, sobre todo en sus primeros momentos, está suponiendo una buena oportunidad?
-Esperemos que sí. Uno duda, porque vemos que empiezan a abrirse las opciones de volar por todo el mundo y nos echamos otra vez de cabeza a este tipo de consumo. Está por ver, pero creo que mucha gente le ha dado vueltas a todo esto. La pandemia sí que ha generado mucha sed en todo lo que es el ámbito social, en compartir, estar con gente, poder ir a un concierto... se nos ha privado de todo eso. Desde lo medioambiental, creo que también hay parte de la sociedad que se ha dado cuenta de que podemos vivir bien y quizá sin tanto. Habrá tendencias que se recuperarán, aunque es muy probable que tarde o temprano nos venga otro parón.
Volviendo al caso concreto de Gasteiz, ¿dónde se han dado más pasos adelante en los últimos años?
-Aquí se ha trabajado muchísimo en lo que son inversiones físicas, tangibles. Me refiero al aumento del kilometraje de los carriles bici, de la puesta en marcha de transportes más sostenibles, del Anillo Verde, que es el clásico... Aunque muchas veces se dan dos pasos hacia delante y otro atrás, aquí hay una vía de trabajo que ya está marcada.
¿Y a partir de ahora, qué queda por hacer para seguir mejorando?
-Sobre todo, cosas que son más intangibles, más de gestión, de mentalidad o de hábitos de consumo. Dónde voy a comprar, por ejemplo, qué compro, cuál es mi principal criterio para hacerlo. Por ejemplo, si prefiero comprar ropa de segunda mano, que ya es una tendencia en diferentes partes de Europa. Esto suena aquí todavía un poco a ciencia ficción, pero ¿cómo llegamos a que la sociedad demande este tipo de cosas? Aquí hay todavía un trabajo por hacer. El de los patios escolares es otro tema muy candente, con una demanda palpable en la sociedad. ¿Cómo incide el hecho de que cambie la superficie de un patio en el consumo de este espacio? ¿Qué presencia tienen unos deportes u otras actividades? Hay mucha gente que dice que no estamos equilibrados en estos aspectos. Se trata de replantearse cosas y prioridades.
Programa. El encuentro que Bioaraba organiza hoy en el Europa servirá como pistoletazo de salida para las XXII Jornadas de Investigación e Innovación que el instituto participado por Osakidetza, Bioef y la UPV/EHU celebrarán el 25 de noviembre. Al margen de Zabaleta, participarán como ponentes en esta cita abierta a toda la ciudadanía Gorka Orive y Unax Lertxundi, que impartirán una ponencia en torno al impacto medioambiental de los medicamentos, y los científicos del Instituto de salud Carlos III Julio Díaz y Cristina Linares, que departirán sobre las implicaciones del cambio climático en la salud humana. La entrada será gratuita previa inscripción.
"Aunque muchas veces se dan dos pasos hacia delante y uno atrás, en Vitoria hay una vía de trabajo que ya está marcada"