El calendario de actividades culturales que ha ideado el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz para suplir de alguna manera la falta de fiestas ha querido que Gorka Aguinagalde pisara ayer, junto con Álvaro Salinero, el Rincón del Humor.
El actor considera estos eventos "una especie de mal menor, pero están bien, al menos se pueden hacer cosas". Sin embargo, desea que "dentro de un año la situación haya cambiado y poder tener unas fiestas de la Blanca normales" porque él ha disfrutado mucho las fiestas y quiere seguir haciéndolo.
"Soy fiestero", señala sin ambages. "Me gusta el día 4, me encanta el primer día y lo doy todo" apostilla mientras recalca que le gustan "el Celedón y las fiestas".
"Vitoria sigue teniendo ese aroma de pueblo, de saludar al vecino y disfrutar, y yo he disfrutado mucho". Echa mano de los recuerdos y enumera su rutina preferida para ese primer día de La Blanca.
"Eran días de aprovechar desde la mañana. Mi aita ya no está, pero me encantaba estar con él y sobre las 12 echar un pote con Gorka Ortiz de Urbina, que es más majo que la leche, y luego dar una vuelta, comer y al txupinazo", recuerda.
Para ver la bajada lo tiene claro: "poder hacerlo desde la balconada es algo especial e impresionante. Ver esa marea humana pone la piel de gallina. Verlo desde ahí es otra perspectiva, no tiene nada que ver con hacerlo desde otro lado".
El plan para después de la bajada tampoco ofrece ninguna duda: "Kutxi arriba, Kutxi abajo, me encanta el Casco Viejo, ir encontrando gente... A algún concierto que me interese también voy, pero la parte vieja tira".
Callejear y disfrutar es algo que, cuando el trabajo no le ha alejado de Vitoria-Gasteiz, ha hecho. "De más joven tocaba con la fanfarre de Indarra y con los gaiteros. Era un no parar desde las dianas y por la noche trabajaba en el bar de mis primos. Dormía dos horas al día... He vivido las fiestas a tope, y tenía 20 años, claro", bromea.
"Me acuerdo de pasar por casa para darme una ducha, ponerme el traje y salir a tocar el tambor. Aquella parada en La Unión para comerte un par de huevos con jamón es inolvidable".
Y es que si algo le encanta a Gorka de las fiestas de Vitoria-Gasteiz es "que se viven en la calle". "Comes por ahí, aunque sea un bocata o unos pintxos, te encuentras con gente que no ves hace tiempo o estas con la cuadrilla de siempre que se junta en esos días", señala.
Como sabe que habrá gente que este año querrá seguir celebrando pese a no a haber programa oficial, Aguinagalde aprovecha para recordar que "este año lo que toca es seguir cuidándose y no hacer el inconsciente, que cada vez que hay aglomeraciones suben los contagios". "Hay que intentar que no se nos vaya la olla, que enseguida nos venimos arriba", finaliza.