El Ayuntamiento de Llodio está estudiando y valorando cómo la situación de crisis sociosanitaria derivada de la pandemia y la necesidad de priorizar los presupuestos pueden afectar a la rehabilitación de la antigua residencia de ancianos, para su transformación en un centro cultural de usos musicales. De hecho, el proyecto cuenta con una subvención del Plan Foral de Obras y Servicios de 600.000 euros, pero con base en el documento redactado en 2015, el coste de ejecución de obra ascenderá a 2,2 millones.
Es decir, la ayuda foral solo cubre el 27%, por lo que el Ayuntamiento “debe estudiar con minuciosidad si está capacitado para asumir el 73% restante, y no es fácil en la situación de crisis en la que nos encontramos”, reconoció el alcalde, Ander Añibarro. Con todo, “nuestra intención es sacar adelante todo lo contemplado en nuestro plan de gobierno, y la rehabilitación de ese inmueble está incluida”. A este respecto, el regidor también avanzó que “estamos pendientes de una reunión con la Diputación alavesa para abordar este tema y ver qué otras posibilidades podría haber”.
Una de ellas sería tirar de remanente de tesorería, teniendo en cuenta que este Consistorio finalizó 2020 con unos ahorros de en torno a siete millones de euros, aunque también está sobre la mesa la búsqueda de financiación para abordar el largamente demandado Antzoki en Altzarrate. De hecho, está a punto de culminar la redacción definitiva del proyecto que marcará el coste con el que sacarlo a licitación, aunque su ejecución se estima en tres millones de euros, a los que habrá que sumar otros dos para el equipamiento. Unos cinco millones en total.
El edificio que albergaba la antigua residencia de Llodio -conocida como Asilo-Hospital de San Roque- fue inaugurado en 1887, tras ser promovida su construcción por parte de Don Estanislao Urquijo Landaluce, primer Marqués de Urquijo. Desde aquel final del siglo XIX mantuvo su función de asilo hasta que, en 2002, se abrió el nuevo Geriátrico y Centro de Día en Tres Cruces.
El característico inmueble de fachada rosa se encuentra, desde entonces, cerrado y en desuso y su recuperación ha estado en varias ocasiones en el centro del debate político y social. Una de las ideas que en su día lanzó el partido socialista fue la ubicación allí de un centro de salud mental, pero nunca se llegó a avanzar en esa línea.
En el año 2010, la Fundación ArteOn planteó la propuesta de crear y ubicar en ese inmueble una Escuela de Música y Artes Escénicas y fue muy recibida por el entonces gobierno jeltzale de Jon Karla Menoio.
Desde entonces, la iniciativa sigue en stand by ante la importante inversión económica que requiere la rehabilitación del inmueble y que, en el ya citado proyecto de 2015, quedó estimada en 2,2 millones de euros. Ese documento planteaba la creación en su interior de espacios diáfanos para su uso por agrupaciones de música y garantizar la accesibilidad y, con ello, dar respuesta a las necesidades de espacio de ensayo para los grupos musicales del municipio.
Hay que recordar que la Diputación Foral de Araba ya concedió en 2016 una ayuda de 313.717 euros para esta actuación, pero el entonces equipo de gobierno de EH Bildu renunció a su ejecución y a la subvención obtenida ante la falta de acuerdo con los grupos de la oposición para recoger este proyecto en el plan de inversiones para el ejercicio económico de 2018.
Ahora sí está contemplado en la agenda de gobierno, pero habrá que esperar para saber si logra capear la pandemia.