- Conscientes de la situación actual, el Ayuntamiento de Agurain ha decido suspender por segundo año consecutivo las fiestas en honor a la Virgen de Sallurtegi que debían celebrarse los días 4 y 5 de abril. “Lo que es claro es que en Sallurtegi no haremos nada. La programación fijada es la de un fin de semana normal”, explica el primer edil de la villa, Ernesto Sainz Lanchares.
El máximo mandatario señala que “el año pasado la situación era distinta: todos los peques confinados en sus casas, sin poder salir, y se nos ocurrió hacer la comparsa de cabezudos en el camión municipal. Este año no hay confinamiento y preferimos lanzar el mensaje, ya repetido muchas veces de, este año no toca, lanzando con ello un mensaje claro y rotundo: no podemos celebrar Sallurtegi, al igual que hicimos en agosto y en fiestas de octubre”.
Sainz Lanchares recalca que “la situación sigue sin mejorar en exceso, y esa es la opinión del equipo de gobierno. Queda poco, eso espero, pero ahora, menos que nunca, no nos podemos permitir pasos en falso”.
La localidad de Agurain celebra cada año la festividad de la Virgen de Sallurtegi para felicitar a la virgen la Resurrección de su hijo, del mismo modo que el Viernes Santo se la acompaña en su dolor y soledad. Música, el canto de la aurora, la procesión con la virgen por las calles de la localidad, el parto de los bollos y la romería son algunos de los actos de una fiesta que podría remontarse a la Guerra Civil que celebraba el encuentro entre la Virgen y Jesús Resucitado. Las imágenes todavía se guardan en la parroquia de Santa María de la localidad.
La festividad coincide cada año con el lunes de Pascua en la localidad. Es una de las fiestas más antiguas de Agurain, habiendo ya referencias de ella en 1597. La fiesta comienza en el pueblo de Salvatierra la víspera del lunes de pascua con bailables y fiesta nocturna para todo el que se anime. La fiesta, que une la tradición religiosa con los actos festivos, comienza desde la primera luz del día, se inicia a las siete de la mañana con el canto de la aurora, que se prolonga hasta las nueve. Hace años, los actos y cultos comenzaban a las 6 de la mañana.