A las puertas del 45º aniversario de la masacre, la asociación de víctimas del 3 de marzo denuncia la discriminación que sufren como víctimas de la violencia del Estado español y reivindica un lugar en el centro memorial proyectado en el edificio del antiguo Banco de España, en Vitoria.
Andoni Txasko subraya que se sienten discriminados. "La gota que ha colmado el vaso es el memorial de las víctimas de Gasteiz, que debería dar cabida a todas las vulneraciones de derechos humanos que se dan", indica. "A igual vulneración de derechos tiene que haber igual reparación", añade.
Para explicar su desacuerdo, el 4 de marzo, el colectivo comparecerá en el Ayuntamiento de la capital alavesa para mostrar su disconformidad con la decisión de dejarles fuera del centro memorial. "Debería ser un espacio incluyente en lugar de excluyente, y recoger los trágicos sucesos del 3 de marzo, así como otras vulneraciones de derechos humanos", subraya Txasko. "El modelo español de impunidad no ha cambiado ni un milímetro", censura.
Sin justicia
La justicia también sigue bloqueada. Martxoak 3 no confía en que se vaya a juzgar a los responsables de la masacre. "Han pasado 45 años y en algunas cosas estamos igual", lamenta Txasko. "Parece que es imposible conseguir justicia, ya que no nos admiten las querellas y escritos que presentamos argumentando que los hechos han prescrito. El Estado español ni juzga ni deja juzgar", acusa.
Las víctimas del 3 de marzo tampoco están esperanzadas con que prospere el proceso argentino abierto por la jueza Servini, ya que suponen que el Estado español "está presionando para que Martín Villa no se siente en el banquillo". Pese al bloqueo judicial, aseguran que seguirán adelante con su lucha.
Espacio para la memoria
En cambio, sí que ha dado sus frutos el trabajo que han realizado hasta conseguir que la iglesia de San Francisco de Asís sea, finalmente, un centro memorial, dedicado al 3 de marzo.
La asociación se congratula de que la iniciativa por la que tanto ha peleado salga adelante y el memorial se abra en el espacio "idóneo", en el escenario de los sucesos de 1976. "Ahora es imprescindible saber cómo se va a gestionar", apunta Txasko.
"No sabemos si será mediante una fundación, un patronato..., lo que tenemos claro es que los afectados tenemos que tomar parte en el proceso, tanto en el órgano de gestión como en las decisiones que adopte", reclama Txasko.
De momento, las víctimas del 3 de marzo ya han presentado un extenso proyecto a Gogora, de más de cien páginas. "Queremos que sea un espacio vivo, dinámico, que recoja los hechos del 3 de marzo y otras vulneraciones de derechos humanos; no queremos que sea sólo un espacio con unos paneles colgados", emplaza Txasko.