- Las valoraciones de Tim Atkin sobre los vinos de la Denominación de Origen Calificada Rioja, especialmente sobre los de la zona de Rioja Alavesa, han ido adquiriendo con el paso del tiempo un importante peso mediático, comercial y cultural. No en vano, aunque 2020 fue un año raro hasta en el procedimiento de cata, este Master of Wine se recorre y patea las bodegas, el consejo y las asociaciones para probar los vinos de casi todo el mundo y para hablar con quienes los elaboran.
Por esta razón, sus valoraciones no son como otras muchas, con muchos catadores alrededor de un proyecto. Y para que no quede duda de su cercanía con la tierra, el informe de este año comienza contando cómo en sus "visitas habituales a Rioja, siempre encuentro tiempo para visitar La Hechicera, en Elvillar". Descrito por el visitante inglés como un "Stonehenge en miniatura", esta "tumba megalítica se remonta a 3.850 a. C., según las personas que saben más sobre estas cosas que yo. Si mi peregrinaje suena un poco triste, un poco sepulcral, no debería ser así. La Hechicera es de una belleza simple, con una vista deslumbrante de la Sierra Cantabria y una penetrante sensación de paz. Tómate tu tiempo", parece que dice el sitio, "mantén las cosas en perspectiva". Por eso su análisis comienza recordando que "cuando comenzó el confinamiento en Rioja la primavera pasada, la predicción inicial era que Rioja perdería el 30% de sus ventas. Sin embargo, con un toque de queda en vigor casi un año después, las cosas han salido mejor de lo que dijeron los pesimistas".
Su informe se adelantó unos días a los datos facilitados por el consejo regulador en cuanto a la comercialización y exportación. Ya entonces aseguraba que "las cifras oficiales no son desastrosas. Rioja perdió el 19% de su volumen nacional en 2020, pero aumentó un 8% en los mercados de exportación, incluido Reino Unido. En general, la pérdida fue del 9%, un déficit que se ha compensado en parte con las medidas tomadas para limitar la producción de la cosecha de 2020", apostilla.
Añade en la presentación que "la primera razón para estar alegre es que las cosas podrían haber sido mucho peor para el conjunto de Rioja" y explica que "las bodegas con un fuerte enfoque exportador lo han hecho bien, incluso aquellas que han tenido que lidiar con aranceles más altos en Estados Unidos, mientras que las que venden a través de supermercados, vinotecas y canales online han aprovechado el boom de la comida y bebida en casa", relata.
Sin embargo, "para otras bodegas, 2020 ha sido un desastre. La gente va a acabar regalando vino", pone en boca de Eva Fernández, de Maisulán, en Elvillar. "O eso, o lo venderán por debajo del coste para alguien que se muere de hambre", recoge de Pablo Sampedro de la cooperativa Covila en Lapuebla de Labarca, quien matizaba que "medio pollo es mejor que nada". En definitiva, Tim Atkin reconoce que "Rioja lo va a tener muy difícil los próximos diez meses, mientras el mercado recupera algo de equilibrio, pero confío en que saldrá adelante". Y a continuación aporta las claves que justifican que haya "razones para estar alegre, por difícil que sea sonreír en este momento", precisa.
En primer lugar, sobresale "la excelencia de la cosecha 2019, que es la mejor desde 2010. Los tintos en particular seguramente resultarán tan especiales como los de los grandes años de Rioja del pasado reciente: 1964, 1970, 2001, 2004, 2005 y 2010. Mi esperanza es que finalmente, tardíamente, establezcan a Rioja como una región de vinos finos de importancia". La segunda razón se basa en la experiencia que lleva a cabo cada año y su apreciación de la realidad que va mostrando el Rioja en su evolución. Por ello habla "de la diversidad de lo que se está produciendo en Rioja en estos momentos". Y pone el énfasis en circunstancias como que "el cambio climático ha hecho posible cultivar uvas de manera más confiable en áreas previamente marginales como ElVillar, Kripan y Labraza". También destaca "las nuevas variedades de uva que se introdujeron, o reintrodujeron, en 2008, que han desarrollado cierta edad en el viñedo". Finalmente, reconoce la voluntad del sector "de arriesgar y superar las seguras categorías tradicionales de crianza, reserva y gran reserva". Y como muestra invita a fijarse "en el número de bodegas que elaboran vinos de baja intervención sin azufre añadido, o que eligen fermentar y envejecer sus blancos y tintos en ánfora. Y luego están los que han optado por honrar y replicar la maceración carbónica, vinos cosecheros de antaño", para terminar aclamando que "nunca había probado tanta abundancia de grandes e interesantes vinos de Rioja. Ninguna otra región vinícola española se le acerca".
Por último, se refiere a las manos, a los conocimientos y a las ganas de innovar de las personas que elaboran los vinos. "Mi tercera razón para estar alegre es la juventud. No la mía, sino la de muchos de los enólogos que ahora están dejando huella en Rioja. La lista no es exhaustiva, pero este año me ha impresionado enormemente el talento, la energía y la ética de trabajo de Sandra Bravo, de Sierra de Toloño, en Villabuena; Ana Gómez de Segura Ibáñez, de Bodegas Gómez de Segura Ibáñez, en El Campillar; Arturo y Kike de Miguel de Artuke, en Baños de Ebro; Roberto Oliván, de Tentenublo, de Lantziego; y Ainhoa y Jaione Ruiz de Viñaspre, de Bodegas Ruiz de Viñaspre, en Laguardia; y de Erika y Juan Carlos Viteri de Señorío de las Viñas, en Laserna.
El informe 2020 de Tim Atkin ha resultado complicado de realizar a causa de la pandemia y los problemas de movilidad. Para poder realizarlo ha contado con la ayuda de su Brand Manager en nuestro país, en Rioja Alavesa, además, Marisa Velilla, que ha tenido que coordinar una impresionante operación para el envío a Londres de 1.200 muestras de vino de 266 bodegas y además ha tenido que actualizar la lista anual de restaurantes y bares de copas con que se cierra el informe. De ella dice Atkin "No podría pedir una mejor mano derecha o representante en Rioja y en España". Por su parte, además de realizar las correspondientes catas, Tim Atkin para el sexto monográfico anual que dedica a Rioja, llevó a cabo 180 videoconferencias con elaboradores de Rioja.
Al final, el pódium de Tim Atkin de 2020 destaca hasta 793 vinos de Rioja por encima de los 90 puntos, de los cuales 322 son de Rioja Alavesa y 73 de ellos por están por encima de 93 puntos. Entre ellos sobresalen, como Grower of the Year, Carlos Fernández, de Bodegas Tierra, de Labastida, encumbrado como el mejor de todos. De los vinos tintos, como Red Wine of the Year, sobresale Las Beatas, de Bodega Lanzaga, de Lantziego; como White Wine Discovery of the Year, Colección Exclusiva Malvasía, de Bodegas Amaren, de Samaniego, del grupo Luis Cañas; y como Best Value White of the Year 2019, el Caecus blanco fermentado en barrica, de Pago de Larrea, de Elciego.
Podium 2020 de Tim Atkin. Sobresalen como Grower of the Year, Carlos Fernández, de Bodegas Tierra, de Labastida, encumbrado como el mejor de todos. De los vinos tintos, como Red Wine orf the Year, sobresalen, Las Beatas, de Bodega Lanzaga, de Lantziego. Como White Wine Discovery of the Year, Colección Exclusiva Malvasía, del grupo Luis Cañas; y como Best Value White of the Year 2019, el Caecus blanco fermentado en barrica, de Pago de Larrea, de la localidad del Elciego.