"Esto no le va a hacer ningún favor a la presión hospitalaria". Así se pronunciaba ayer el profesor de Microbiología de la UPV Joseba Bikandi nada más enterarse de que bares y restaurantes de municipios en zona roja podrán reabrir.
¿Qué le parece que la hostelería reabra en los municipios vascos con alta incidencia de coronavirus?
-La apertura de la hostelería me parece muy peligrosa en las circunstancias epidemiológicas actuales porque en ese tipo de negocios no actuamos de forma adecuada a la situación en que nos encontramos.
Con un auto judicial de por medio las autoridades lo tienen difícil...
-El Gobierno tendrá que tomar alguna medida para minimizar el impacto que pudiera tener esa reapertura. No sé si tiene capacidad, pero algo deberá hacer para que ese foco de peligrosidad sea mínimo.
¿Reducir aún más el aforo, aumentar las distancias...?
—Pueden plantear medidas de ese tipo, pero decir que, en vez de estar de cuatro en cuatro en las mesas, hay que estar de dos en dos o uno solo ¿es legal? Yo no lo sé. Es una cuestión jurídica en la que no entro.
¿Qué opina de que la hostelería haya recurrido su cierre?
-En los locales hosteleros la gente se quita la mascarilla y eso incrementa el riesgo de transmisión del virus, con lo cual hay que evitar esos ámbitos. Otra cuestión es si tienen derecho a tener abierto o no o la gente tiene derecho a arriesgarse o no.
Dicen los hosteleros que en sus locales "hay menos riesgo de contagio" que en otros lugares.
-En cualquier ámbito en que te quites la mascarilla hay peligro. En el caso de la hostelería, además, lo haces en presencia de personas que no son de tu ámbito familiar, a unas distancias que no son adecuadas y por más tiempo que el estrictamente necesario. ¿Cómo lo evitas si la gente no se comporta adecuadamente? Cerrando los locales. Eso es lo que ha decidido el Gobierno Vasco y, como microbiólogo, estoy de acuerdo con cerrar los ámbitos en los que hay un peligro.
En contra de su criterio, se ha permitido su reapertura precisamente en plena tercera ola.
-La apertura de los bares en estos momentos con las tasas de infectados que tenemos circulando es extremadamente peligrosa. Un poquito más adelante, cuando el número de vacunados sea mayor y, ante todo, el número de personas más susceptibles vacunadas haya aumentado, los bares lo que supondrían mayormente es que la gente se infectase y se tuviese que quedar en casa en cantidades importantes, que pueden ser muy problemáticas para la economía y otros ámbitos, pero el número de personas que irían a los hospitales no sería tan alto porque las más vulnerables ya estarían protegidas.
Las personas sin patologías previas también pueden acabar en las UCI.
-Entre la gente normal habrá gente que irá al hospital y gente que se muera, pero, en principio, la gran mayoría de los que ahora están muriendo tienen algún factor que les hace más susceptibles. La presión hospitalaria va a existir si las tasas de infección son muy altas, lo que pasa es que quizás todos no vayan a la UCI y el numero de fallecidos se reduciría. La vacunación y su eficacia son datos que se están recopilando ahora y que pueden permitir tomar algunas decisiones o hacer algún tipo de relajación desde el punto de vista del político, que tiene que mirar, ademas de a las cuestiones médicas, a la economía.
Para eso aún habrá que esperar.
-Ahora hay demasiada gente que no está vacunada, que es vulnerable y que si aumenta el número de casos, va a sufrir. Cualquier persona de 80 años si no está en una residencia no ha sido vacunada y es susceptible de ir a un hospital, a la UCI y morir. Tenemos mucha gente en esas circunstancias, con lo cual cualquier cosa que pueda incidir en que aumenten las transmisiones es extremadamente peligrosa. No estamos en un momento en el que podamos abrir las manos.
En bares y restaurantes las personas tienden a relajarse, sobre todo, si consumen alcohol. ¿Supone esto un factor de riesgo extra?
-No tengo ninguna duda de que es un ámbito en el que la relajación va a ocurrir. Cuanto más tiempo estés, más relajación. El problema está en que te quites la mascarilla y estés a una distancia que no es adecuada.
¿Qué me dice de las terrazas?
-Estar al aire libre es una ventaja con respecto al interior, donde tienes un problema si la ventilación no es adecuada. No obstante, las mesas no permiten mantener un metro y medio entre persona y persona.
Los hosteleros se sienten "criminalizados", pero son algunos clientes quienes no respetan las normas.
-El problema no está en el profesional hostelero, que está con la mascarilla y se limpia las manos, sino en los clientes que no hacen las cosas correctamente. Muchos clientes que se quejan de que les están cerrando los bares son parte del problema porque no cumplen. El hostelero no es el culpable, pero la hostelería sí es uno de los orígenes del problema. No el único, lo que pasa es que ese se puede controlar con cierta facilidad. Es mucho más difícil de controlar que se junten en un piso y hagan lo mismo que en un bar y sin vigilancia.
Al estar los bares cerrados, hay gente que consumía en la calle.
-Algunos cogían café para llevar, se alejaban un poco del bar y se lo tomaban juntos sin mascarilla. El bar no estaba generando el problema.
Muchos apuntan a los transportes públicos, donde las distancias de seguridad no se pueden respetar.
-Hay ámbitos en los que es importante controlar los aforos y la ventilación. Un metro muy abarrotado no es un sitio seguro porque la gente hace que sus mascarillas duren más de lo que deberían, no las ajustan bien... Tiene que haber una vigilancia para evitar que ocurran esas cosas. De todos modos, los rastreadores tienen bastante claro que bares y restaurantes son un sitio de infección, donde se han dado contactos y esos contactos se han convertido en positivos. Eso no tiene discusión.