Sucedió el 3 de febrero de 2020, justo hoy hace un año. La vida transcurría aún sin grandes sobresaltos en Álava, más allá de unas temperaturas que aquel día llegaron a superar los 20 grados en buena parte del territorio, pero una alerta lanzada por Osakidetza pasadas las 21.00 horas no tardaría en sembrar la inquietud y colarse en todas las conversaciones. El HUA-Txagorritxu acababa de detectar el primer caso sospechoso de infección por el nuevo coronavirus originado en China, que aunque seguía siendo un enemigo muy lejano en esta parte del mundo, mediáticamente ya era de sobra conocido. Los análisis posteriores descartaron la presencia del patógeno, pero su entrada en la provincia no se dilataría mucho más, si no se había producido ya.
Las primeras noticias acerca del virus llegaron a Álava ya a mediados de enero, cuando el agente comenzaba a provocar sus primeras muertes por neumonía en la metrópoli de Wuhan en un constante goteo. El Consejo asesor de enfermedades infecciosas emergentes del Gobierno Vasco mantuvo su primera reunión para analizar la nueva situación epidemiológica el 22 enero, tras la que se lanzó "un mensaje de tranquilidad", pero sólo dos días después las alarmas saltarían en el Hospital de Cruces, donde apareció el primer caso sospechoso de toda la CAV.
Una mujer que recientemente había regresado de China tuvo que ser ingresada en aislamiento en el centro sanitario vizcaíno con una neumonía compatible con el virus, aunque resultó ser un falso positivo. La secuencia se repetiría poco más de una semana después también en Txagorritxu. El caso sospechoso, que correspondía a otra mujer que acababa de volver del gigante asiático y presentaba sintomatología respiratoria leve, se convirtió en un segundo falso positivo tras las pruebas realizadas en laboratorios vascos y de Majadahonda (Madrid). No obstante, la luz de emergencia ya no sólo estaba encendida en Vitoria, sino en todo el Estado, en Europa y el resto mundo.
Por aquel entonces, los casos de coronavirus se contaban ya por miles y el organismo se había extendido a numerosos países asiáticos como Tailandia, Japón o Corea del Sur, así como a Estados Unidos, Francia o Alemania. Aunque el primer contagio no fue detectado en Álava hasta el último día de febrero, Vitoria se habría convertido casi tres semanas antes en la puerta de entrada del virus en el conjunto del Estado.
Así lo sugirió un estudio presentado el pasado verano por expertos en genómica de la Universidad de Santiago de Compostela, que situaron a Euskadi, y más concretamente a la capital alavesa, como la comunidad "con más probabilidades de albergar el origen de la pandemia" a nivel local. En concreto, la irrupción del virus estaría datada el 11 de febrero. Fue, curiosamente, el mismo día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) renombró al nuevo coronavirus como SARS-CoV-2 y a la enfermedad que generaba como covid-19, ese acrónimo del inglés coronavirus disease 2019 que tantas crónicas ha escrito y vidas ha marcado después.
Fue a última hora del viernes 28 de febrero cuando Osakidetza confirmó, finalmente, la primera infección por el nuevo patógeno en el territorio alavés. Se trataba de una médica del HUA-Txagorritxu que había viajado a Andalucía recientemente, a la que siguió como segundo contagiado otro profesional del hospital gasteiztarra. El centro se convirtió en pocos días en lo que las autoridades sanitarias querían evitar a toda costa aquellos días, uno de los focos primigenios de la enfermedad en el territorio, que comenzaba a adentrarse en un escenario nunca antes conocido.
Tras varios días en una fase de pretendida contención, sin más medidas que las recomendaciones higiénicas básicas, uno de los grandes puntos de inflexión iniciales en esta crisis tuvo lugar el lunes 9 de marzo, cuando los positivos por covid-19 confirmados en Álava experimentaron su incremento más importante hasta entonces, de 79 a 122 en sólo un día.
Fue la antesala de la escalada de restricciones que las autoridades de Madrid y Vitoria irían decretando durante toda esa semana, comenzando por el cierre de los centros educativos o la suspensión de todas las actividades colectivas en espacios cerrados. A ellas siguieron el cierre voluntario de un gran número de establecimientos hosteleros y comerciales de Gasteiz para hacer frente a la rápida expansión del virus. Apenas 48 horas después de que la OMS elevara el brote de coronavirus a pandemia, el Gobierno central decretó el estado de alarma el sábado 14 de marzo, lo cual derivó en el histórico confinamiento de la población al día siguiente.
Varias oleadas del virus después, las cifras hablan por sí solas. El covid-19 ha dejado ya en el Álava más de 20.000 personas contagiadas y cerca de 3.500 fallecidas en el conjunto de Euskadi, al menos 89 con la enfermedad como causa directa.
La primera sospecha. El HUA-Txagorritxu detectó el primer caso sospechoso de infección por el nuevo coronavirus originado en China el 3 de febrero de 2020, una mujer que acababa de regresar del gigante asiático y presentaba sintomatología respiratoria leve. Los análisis descartaron la presencia del patógeno, pero su entrada en la provincia no se dilataría mucho más, si no se había producido ya.
El primer positivo. Aunque expertos de la Universidad de Santiago de Compostela situaron en el 11 de febrero la irrupción del virus en Álava, el primer contagio no fue confirmado por Osakidetza hasta el viernes 28 de ese mismo mes. Fue una médica del HUA-Txagorritxu que recientemente había viajado a Andalucía. A ella siguió sólo un día después un segundo profesional del centro hospitalario gasteiztarra.
Casi un año después. Tras sus sucesivas oleadas, cuando pronto se cumplirá un año del primer estado de alarma, el impacto que el virus ha tenido en Álava y Euskadi deja cifras que hablan por sí solas. El número de positivos por coronavirus supera ya en el territorio histórico los 20.000 -eran 20.680 a fecha del pasado 24 de enero- y los fallecimientos se acercan a los 3.500 en el conjunto de la CAV. De todas ellos, al menos 89 han tenido al covid-19 como causa directa.