En la plaza del Renacimiento, al lado del antiguo coso taurino, asoman los cimientos del que va a ser el edificio de uso terciario con mayor capacidad para alojar personas de Europa, edificado bajo el estándar Passivhaus, subraya Kepa Apraiz, CEO fundador de la empresa Kategora. Se trata de una construcción que va a avanzar al ritmo de "una planta cada diez días" y que "encaja a la percepción en una green capital como Vitoria", aprecia Apraiz.

Las edificaciones Passivhaus disponen de un gran aislamiento térmico, un riguroso control de infiltraciones y una máxima calidad del aire interior. Además, aprovechan la energía del sol para una mejor climatización, reduciendo el consumo energético si se compara con una construcción convencional. "En nuestro caso, además, hemos introducido la geotermia, perforando hasta 150 metros bajo el suelo, casi la altura de la torre Iberdrola, para obtener del subsuelo la energía necesaria para la calefacción. También hemos colocado placas fotovoltaicas en la cubierta, etc", detalla Apraiz.

La fecha de entrega de este inmueble de viviendas destinadas al alquiler está prevista para junio de 2022, tras una inversión de entre 20 y 22 millones de euros. Se trata de un complejo de 180 apartamentos de bajo consumo energético, un 80% menos que un inmueble convencional, distribuidos en nueve plantas, con veinte pisos cada una, y rodeadas de zonas comunes: txoko, solarium, piscina en la azotea, salas para el estudio y trabajo y áreas lúdicas para conversar o desconectar.

Un alojamiento enfocado a un público joven y emprendedor, "un ecosistema atractivo para universitarios de cursos avanzados e inquilinos con inquietudes emprendedoras", define Apraiz. Pero también, un edificio "dinámico", dispuesto para fundirse con la actividad de la ciudad, ya que otra de sus funciones será celebrar distintos eventos en sus instalaciones.

Y es que, tal y como explica Apraiz, el denominado edificio URA (Urban Resident Apartments) va a tener dos usos, principalmente. El primero, un alquiler ágil, rápido, de media estancia, de tres, seis o nueve meses, para dar respuesta a ciudadanos que llegan a Vitoria y necesitan un alojamiento ya. "Ya sé que está el sector hotelero, pero muchas personas cuando recalan en una ciudad nueva precisan una habitación y se ven abocados a bucear en inmobiliarias... una locura. "Aquí, por un precio de 600 euros al mes, aproximadamente, dispondrán de todos los servicios: luz, calefacción, internet, lavandería, txoko, recepción, salas de encuentro, etc", detalla el promotor. El segundo uso es un arrendamiento de corta estancia, de un día, una semana, un fin de semana, por ejemplo, pensando en el verano, una época en la que hay más movimiento y rotación de gente y Gasteiz necesita una mayor oferta de alojamientos.

Lo novedoso del proyecto radica en que particulares y empresas adquieren estas viviendas y ceden la gestión del alquiler a la empresa Kategora, que explota los apartamentos. De momento, la comercialización va "bien", con 151 de los 180 pisos ya vendidos, el 85%. "Creo que la ubicación del edificio, situado junto al Iradier, ha sido clave; también el hecho de que se trata de un edificio sostenible, construido bajo el estándar Passivhaus, y su diseño", opina Apraiz.

En cuanto al perfil de los inversores, el 30% son alaveses, pero también los hay de Bizkaia, Gipuzkoa, Navarra, Madrid y Barcelona. "las ventas actuales están reapartidas entre 110 particulares y empresas, que han apostado por una inversión más profesionalizada,". Y es que, el negocio de esta inversión está en que Kategora ofrece una renta fija del 4% a los propietarios, independientemente de la ocupación de las viviendas. Además, a final de año se reparten los beneficios entre los dueños, en base a su cuota de participación en el complejo. "Calculo que un 2% adicional en variable", dice.

Este modelo alternativo de alojamiento surgió a las puertas de la crisis de 2008 en países emergentes del centro de Europa, para dar respuesta a la movilidad ciudadana. "No es una vivienda habitual, para residir. Es un negocio". Budapest y Varsovia estrenaron los primeros edificios. Tenerife también cuenta con un complejo de 122 apartamentos en primera línea de playa y otro proyecto en marcha. "La respuesta es buena; ahora, además, con el teletrabajo, funcionan bien". El siguiente destino será Valencia, con una iniciativa similar a la de Gasteiz. No obstante, "el de Vitoria va a ser el edificio terciario de mayor capacidad alojativa con certificado Passivhaus de toda Europa", resalta con orgullo Kepa Apraiz.

¿Qué es? Consiste en levantar construcciones con un gran aislamiento térmico, un riguroso control de infiltraciones y una máxima calidad del aire interior. Además, aprovechan la energía del sol para una mejor climatización, reduciendo el consumo energético si se compara con una construcción convencional.

Concepto. Passivhaus viene del alemán casa pasiva y del inglés passive house standard. Es un estándar para la edificación de viviendas originado a partir de una conversación en mayo de 1988 entre los profesores Bo Adamson, de la Lund University sueca y Wolfgang Feist, del Institut für Wohnen und Umwelt.

Primer edificio. Se levantó en la localidad alemana de Darmstadt en 1990. Desde entonces han sido miles los construidos, sobre todo en Alemania y Austria.

Otros ejemplos. En Bilbao se alza el rascacielos Passivhaus más alto del mundo, la torre Bolueta, de 88 metros de altura. A España, la fiebre Passivhaus llegó en 2009. El primer edificio que se levantó fue la vivienda Assyce-Ecoholística en Moraleda de Zafayona (Granada). Pero hay más ejemplos: la biblioteca de Villamediana de Iregua en La Rioja, el barracón 4 del antiguo hospital militar de Burgos, un edificio de oficinas en Valencia, la residencia para la tercera edad de Camarzana de Tera, en Castilla y León, y el denominado Espacio Futura en Burgos.

En Gasteiz. Está el ejemplo del rehabilitado Palacio Europa, un edificio construido en los años 80, aunque la certificación es menos estricta que en el caso de las nuevas construcciones.