Rioja Alavesa tendrá una sociedad pública comarcal, en sustitución del Consorcio de Aguas, ya que es la fórmula elegida por todos los ayuntamientos de la comarca, excepto por Labastida, que todavía no ha iniciado el proceso para elegir la fórmula que prefiere.
El último Ayuntamiento en tomar una decisión fue el de Oion, que anoche lo hizo en sesión plenaria a pesar de que el informa del secretario-interventor era “desfavorable” a la creación de la sociedad pública por tres razones. Estas atendían a la exposición pública de la memoria por un plazo inferior a 30 días naturales después de haber sido tomado en consideración; la falta aprobación del proyecto de estatutos de la sociedad anónima; y la falta de la disolución del consorcio y cesión de activos y pasivos que correspondan a la corporación y que en su momento fueron transferidos al Consorcio.
A pesar de esos reparos, el Pleno tomó la decisión de sumarse a la futura nueva sociedad pública, pues como explicó al alcalde, Eduardo Terroba, “es la única salida que tenemos en estos momentos”, ya que el depósito nuevo acaba de iniciar su servicio, tras haberlo construido el Consorcio, y aceptar otra fórmula, como la que se proponía de autogestionar el agua era una tarea difícil y costosa. Y es que el Ayuntamiento solo es propietario de la red de distribución, que tiene más de 30 años y el dinero que costaría en reparaciones en el futuro y la contratación de personal, lo hacen inviable para Oion.
Hace ya siete años que el Congreso de los Diputados aprobó la ley 27/13 que ponía en marcha los mecanismos para que los consorcios actualizaran su forma jurídica como entes instrumentales, es decir, con personalidad jurídica pública diferenciada, patrimonio y tesorería propios, así como autonomía de gestión y potestades administrativas precisas para el cumplimiento de sus fines.
Ante esa situación, como ha explicado el presidente del Consorcio de Aguas de Rioja Alavesa, Juan José Barrueco, había cuatro alternativas de cara al futuro: la adscripción de todos los pueblos a un Ayuntamiento como sería el de Laguardia; la constitución de una sociedad pública; la creación de una hermandad de servicios, o la incorporación al proyecto desarrollado por la Diputación de Álava. Una quinta, según el informe jurídico encargado en su día por el Consorcio, era que cada Ayuntamiento gestione su ciclo del agua en solitario y con sus medios, ya que al fin y al cabo esa es una competencia municipal y casi todos los ayuntamientos son los titulares de sus recursos hídricos o de parte de ellos.
En cualquier caso eran los propios socios, los ayuntamientos y juntas administrativas, y en ningún caso, empresas de ningún tipo, las que tenían que tomar una decisión por mayoría. Una vez que haya finalizado este proceso se convocará una asamblea de ayuntamientos y juntas administrativas, con el fin de elegir presidente e iniciar una nueva vida con todos los recursos que tiene actualmente el Consorcio, pero con una configuración acorde a la legislación.
En cuanto a Labastida, si finalmente decide incorporarse a la sociedad pública se la aceptará y se la reasignarán sus medios. Pero, de momento, no ha comenzado el proceso.
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Municipio aún no ha dado un paso al respecto de qué figura administrativa se encargará de la gestión del agua. Se trata del municipio de Labastida, que aún no ha decidido si sumarse a la iniciativa compartida en Rioja Alavesa o apostar por otro tipo de fórmulas.