La hija de Ana Belén, la mujer asesinada por su marido en 2017 en Turiso, ha afirmado este martes que quiere que su padre "cumpla por lo que ha hecho" y, aunque ha reconocido que no le van a devolver a su madre, también piensa que su progenitor "no va a dejar de serlo" y le "vale" con que él reconociera lo que hizo.
Este martes ha continuado en la Audiencia Provincial de Álava el juicio contra el autor confeso de la muerte a martillazos de su mujer en octubre de 2017 en Turiso, una pequeña localidad del municipio alavés de Lantarón, para quien las acusaciones en este caso piden 25 años de cárcel por un asesinato con alevosía y ensañamiento con la agravante de la comisión del delito por razones de género.
La defensa solicita un máximo de 15 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y reclama que se tenga en cuenta que ha reconocido los hechos, ha pedido perdón y hecho entrega a sus hijos de todos sus bienes.
En el arranque de la sesión de hoy ha declarado su hija como testigo. Ella estuvo en este proceso personada como acusación pero finalmente se retiró porque, según ha dicho, no se entendió con el abogado de oficio que tenía y no ha querido seguir con ello.
La joven, que vive con un hermano de su padre, ha asegurado que aunque "se vea raro desde fuera", ella no está "defendiendo ni acusando a su padre", que quiere que cumpla por lo que ha hecho, "nada más", y que nadie le "está comiendo la cabeza", ni siquiera él, al que ha dicho visita en la cárcel, en unos encuentros que ha afirmado le vienen "demasiado bien".
"Un abrazo, un beso, darle la mano a mí me sirve de mucho", ha afirmado la joven entre lágrimas, quien ha relatado que la primera vez que le vio tras la muerte de su madre le pido una "explicación" de lo sucedido. Ha indicado que su padre le contó que discutió con su madre, que se hicieron "daño mutuamente a nivel sentimental" y que a él "se le debió ir de las manos y le dio un golpe".
"Le dije que no quería saber nada más de ese tema, que con eso me valía, que me reconociera lo que hizo y punto. No le pedí más explicaciones", ha afirmado la joven, quien ha dicho que tampoco ahora quiere saber más.
"A mi madre no me la van a devolver". "Lo único que tengo es a mi hermano y a mi padre, a pesar de que esté en prisión y tengo que pelear por ello, por poder verle, estar con él el tiempo que pueda y se acabó, no va a dejar de ser mi padre", ha remarcado.
A preguntas de las distintas acusaciones también ha reconocido que no se ha sentido apoyada por la familia de su madre, que ni ella ni su hermano tienen ninguna culpa de lo sucedido y que "indirectamente" ha sentido que se lo han echado en cara, por lo que ambos se han ido ir a vivir con un hermano de su padre.
Preguntada por la relación de sus padres, ha afirmado que delante de ellos no discutían aunque ha dicho que una noche, un mes antes de la muerte de su madre, esta les dijo que se iba a separar. La joven ha afirmado que pensó que se trató de un "calentón" y que no volvió a hablar del tema ni con ella ni con su padre.
También ha comentado que desconocía si su padre controlaba a su madre, y ha añadido a preguntas del abogado de su progenitor, que esta "no estaba aislada" en Turiso, que "tenía coche, subía, bajaba, quedaba con sus amigas" y hacía "lo que quería".
La joven ha añadido que ha estado en tratamiento psicológico pero lo dejó porque "no le venía bien" y que no han querido vender la casa familiar porque el "plan de futuro" es volver a allí. En la vista de hoy también se ha escuchado la declaración grabada en 2018 del hermano, menor de edad, quien entonces afirmó que estaba "un poco" enfadado con su padre por lo que había hecho.
Ayer en el arranque del juicio el acusado reconoció ayer una vez más que mató a su mujer golpeándola en la cabeza con un martillo, dijo que está arrepentido y que ha pedido perdón a los dos hijos de la pareja, unas disculpas que extendió al resto de la familia de su víctima.