- Ayer quedaron prorrogadas hasta el próximo 10 de diciembre las medidas restrictivas que el Gobierno Vasco viene aplicando desde el pasado 26 de octubre para tratar de contener los contagios por coronavirus al haber entrado Euskadi en una situación de riesgo que se ha ido mitigando aunque a día de hoy sigue siendo preocupante. Las restricciones se mantienen en la misma línea anterior, sin novedades que limiten más la actividad y la vida diaria, pero sin que se vaya a producir por el momento una relajación de las mismas porque la situación sigue siendo grave a pesar del lento descenso de los casos. Una firmeza que, como señaló ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu, en una entrevista en Onda Vasca, sirve para descartar que, en la situación actual, vaya a producirse un nuevo confinamiento domiciliario total en Euskadi.
"El confinamiento domiciliario está descartado hoy por hoy. Yo no soy partidario de esta medida, pero está ahí y yo planteé que a nivel del conjunto del Estado merecía la pena tenerla presente sobre la mesa si la situación se agrava. Lo estamos viviendo en nuestro entorno más próximo, en Portugal, en Italia, en Francia, en Reino Unido... Esto nos tiene que servir para tener presente que cuanto más disciplinados seamos en el cumplimiento de las medidas vigentes, menos riesgo habrá de llegar a unas medidas más extremas que yo no quiero", advirtió.
Esa amenaza del confinamiento total no planea en estos momentos sobre Euskadi, que con las últimas restricciones ha conseguido ir mitigando las cifras de la actual oleada del virus. Pero, aunque los números hayan mejorado en los últimos días, el lehendakari realizó un llamamiento a no bajar la guardia y de ahí la insistencia en mantener al menos hasta el próximo 10 de diciembre las restricciones que vienen marcando el día a día de la ciudadanía vasca durante las últimas semanas.
"Tenemos que seguir insistiendo en las medidas adoptadas hace quince días, que entraron en vigor el pasado 7 de noviembre, para, al mismo tiempo que estamos conteniendo esta ola en la tasa de contagios, seguir también pronunciando mucho más si cabe la pendiente descendente de esa tasa. Por eso hemos mantenido las mismas medidas. No hemos impuesto otras nuevas más restrictivas, pero tampoco hemos considerado pertinente aligerarlas porque seguimos estando en una situación de tensión muy alta. La tasa de contagios acumulada está en los últimos catorce días en 780 y por encima del 35 % de ocupación de camas UCI. Aunque el índice de reproducción esté por debajo del 1 y los casos van descendiendo, nos alimenta el propósito de seguir siendo muy celosos en el cumplimiento de las medidas que hace dos semanas pusimos en marcha", detalló.
Con esta decisión de ampliar la vigencia de las medidas restrictivas, desde el Gobierno Vasco se pretende mantener a la población en estado de alerta para que no se relajen las medidas de autoprotección y distanciamiento social que se requieren para evitar la expansión del virus. "Está en las manos de cada uno de nosotros hacer que esta ola descienda lo más rápido posible. Los vascos estamos acostumbrados a retos y no sé si ya es cuestión de plantearnos como reto individual y colectivo bajar de los 700 casos a los 300, por ejemplo. Este tiene que ser uno de los llamamientos al compromiso individual y colectivo. Hay que aprender a vivir de una nueva manera; tenemos que ser comprometidos y solidarios individualmente para preservar el bien común de la salud pública. Nuestro reto es bajar de los 700 a los 300 casos, pero una situación buena sería una tasa de contagios de 60. Y estamos en 780. Estamos planteando cómo descender a menos de 500, que es el límite que nos pone en una situación de luz roja. Los plazos que he manejado en diciembre es superar el puente, dar fin al cuatrimestre académico, superar unas Navidades que van a ser completamente distintas", relató Urkullu.
Aunque las cifras de contagios se han ido mitigando, a nivel hospitalario la situación sigue siendo preocupante. Si bien las luces rojas no están encendidas como en los momentos más crudos de la pandemia durante la primavera, la presión sobre el sistema sanitario está siendo elevada en estos momentos, aunque, según el lehendakari, está resistiendo bien esta ola: "La preocupación está en la atención primaria y en la asistencia en los hospitales. Y está resistiendo. No estamos en la misma situación que en primavera, pero la tensión es muy alta. Los ciudadanos deben saberlo. Estamos por encima del 35 % de camas UCI de ocupación y hay que reducir esa situación".
Por último, el lehendakari señaló que su Ejecutivo también se encuentra trabajando ya en las necesidades que se van a producir a nivel logístico cuando lleguen las vacunas y marcó como prioridad ayudar a todos los sectores que se han visto afectados por la pandemia, así como reforzar aquellos que están siendo fundamentales para combatir el virus.
"La prioridad es que haya recursos para los que los necesiten. Hemos dedicado 940 millones de euros hasta el momento para las consecuencias de la pandemia y en el presupuesto para 2021, la prioridad va a ser atender las consecuencias del coronavirus", concluyó.