- La vuelta al cole está cada vez más cerca. Tras el final abrupto del curso pasado por la pandemia, la preocupación de padres, madres y profesores por las condiciones en las que se desarrollará la docencia en el nuevo año escolar crece de forma exponencial según avanzan los días, con medidas sanitarias que parecen complicadas, sino imposibles, de cumplir en los niños de corta edad y la incertidumbre que supone una crisis sanitaria que, lejos de amainar, sigue extendiéndose día a día.

El Gobierno Vasco, a través del servicio de prevención de riesgos laborales, ha elaborado un protocolo con las medidas que los colegios deberán poner en marcha en la vuelta a las aulas, con diferentes planes de contingencia en función de los distintos escenarios posibles de la pandemia a partir de septiembre, pero si cumplirlo ya es difícil de por sí para todos los centros educativos, desde Lagundu NEE Euskadi, la asociación de familias que defienden los derechos de los alumnos con necesidades especiales de cualquier tipo, denuncian que las medidas planteadas por el Gobierno "son mero papel mojado para trasladar en última instancia toda la responsabilidad a los centros educativos, a los cuales en ningún caso se les va a dotar de medidas extraordinarias de personal para evitar los contagios". Como apunta su presidenta, Raquel García, a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la situación en las escuelas vascas con el regreso a las aulas en septiembre va a derivar en situaciones "ridículas" a consecuencia de la falta de planificación con todos los alumnos en general y con aquellos con necesidades especiales en particular, como el hecho de que los más de 500 especialistas de apoyo educativo contratados por el ejecutivo autonómico sean "en más del 80% a media jornada" y no se haya llevado a cabo "un aumento de la plantilla de docentes" real y efectiva de cara a un curso plagado de dudas y temores como será el que arranque en poco más de un mes. Para Lagundu NEE Euskadi, el Gobierno Vasco debe tomar ya "medidas reales para los tiempos actuales", en lugar de "medidas preciosas en el papel pero que no aguantan la cruda realidad de los centros educativos".

El documento de 43 páginas que el ejecutivo autonómico pone sobre la mesa de cara al nuevo curso con las "medidas de prevención de riesgos laborales" en los centros vascos para la vuelta al cole, en el que se recoge que "si fuera preciso priorizar la asistencia de parte del alumnado, por la evolución de la pandemia, se mantendrá la presencia en los niveles y etapas Educación Infantil y hasta el 2º curso de Educación Primaria", incluye diferentes medidas para limitar los contactos y evitar que los niños compartan material en las diferentes etapas educativas. Medidas que, en el caso de los menores con necesidades especiales, se antojan "totalmente inviables de aplicar de forma correcta, por la propia naturaleza en el desempeño de las labores profesionales" de los especialistas destinadas al apoyo de estos niños y niñas. Una labor en la que el contacto directo es fundamental para atender a los estudiantes que o bien tengan dificultades para el aprendizaje o cuenten con altas capacidades y sea necesario estimular sus procesos educativos.

Por ejemplo, según explican desde la asociación, los tutores y profesores del alumnado con necesidades especiales deben colocarse a su altura para poder hablar con ellos y tratar de tener una mejor comunicación, dar de comer a quienes no son capaces de realizar dicha función, realizar un cambio de pañales y asearles en el baño o, en definitiva, estar en contacto permanente con fluidos. Además, recuerdan, al igual que ocurre con los menores de seis años, los alumnos con necesidades especiales de todas las edades están exentos de llevar la mascarilla debido a sus casuísticas particulares.

"No pueden ir con una mascarilla y un equipo que parece un disfraz de astronauta porque los niños no se van a acercar ellos", resume en definitiva la presidenta de Lagundu NEE Euskadi. Ante esta situación y lo que consideran una evidente falta de previsión por parte del departamento de Educación, las familias de niños y niñas con necesidades educativas especiales piden al Gobierno Vasco que active más y mejores medidas de prevención, incluido un plan de actuación para que este colectivo de estudiantes y sus familias "no se vea abandonado nuevamente a su suerte como ya ocurrió a finales del curso pasado, que en su mayoría no tuvieron contactos, han sufrido involuciones bestiales y una pérdida irrecuperable y vital del tiempo en su desarrollo".

Además, reclaman ratios de no más de diez niños por clase y "libertad total para que las familias decidan si sus hijos acuden al centro de manera presencial", sin "amenazas con absentismo escolar y llamar a servicios sociales". "Estos alumnos no pueden ser los grandes olvidados, se deben tomar medidas reales, asumibles y responsables", concluye Raquel García. "No hemos estado confinados cuatro meses para ahora volver a empezar de cero", advierte.

Nuevo curso. Las familias con niños y niñas con necesidades especiales sostienen que las medidas que Educación propone para el nuevo curso "son mero papel mojado para trasladar en última instancia toda la responsabilidad a los centros educativos".

Desde la asociación Lagundu NEE Euskadi para la defensa de los derechos de los niños con necesidades especiales de cualquier tipo recuerdan que "la propia naturaleza del desempeño de las labores profesionales de los tutores y profesores de referencia" de estos alumnos complica la implantación de medidas "preciosas sobre el papel pero que no aguantan la cruda realidad de los centros educativos".

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Entre las medidas que las familias reclaman al departamento de Educación del Gobierno Vasco figura la reducción del ratio a no más de diez alumnos por aula.