- La actividad en el Palacio foral toca a su fin en unos días para aprovechar el parón veraniego tras unos últimos meses atípicos y con mucho trabajo en los despachos para hacer frente a las consecuencias del covid-19. La pandemia lo ha cambiado todo y afectado a todos los sectores, pero en el caso de la diputada Cristina González su departamento gestiona algunos de los grandes damnificados por el coronavirus: el turismo, el comercio y el empleo. Con un calor sofocante fuera, el despacho de la segunda teniente de diputado general se convierte en un refugio más fresco para mantener la entrevista, mascarillas incluidas.
¿Podemos hablar ya de un verano perdido para el turismo en Álava?
-Hay matices. No se puede decir que sea un verano perdido, pero sí atípico. Por eso hay que reinventarse. Primero lanzamos la campaña Quédate, porque sabíamos que la movilidad no iba a ser como otros años y queríamos que los propios alaveses conocieran el territorio desde el punto de vista turístico y comprasen en el comercio local. Eso ha dado sus frutos porque los alaveses se han dado cuenta de que lo local tiene mucha importancia y está dando apoyo al comercio y turístico en el territorio. Luego vimos que el mercado internacional iba a ser complicado, así que sacamos una campaña a nivel nacional, con el vídeo protagonizado por Antonio Resines. Ahora acabamos de lanzar otra campaña, Tómate un respiro en Álava, para que no sólo los alaveses, sino también la gente de provincias limítrofes, haga esos viajes de día o de dos días por Álava, que no es un territorio masificado y eso hace que ahora podamos ser más atractivos que otros sitios más multitudinarios, donde el turista tiene miedo de ir.
¿Qué situación le transmite entonces el sector turístico ahora mismo?
-Desde luego el sector turístico es uno de los que más está sufriendo, junto al cultural, porque existe miedo y la movilidad está reducida. Se va a tardar en salir, así que todo lo que podamos hacer mezclando ocio, turismo y seguridad ayudará. En los hoteles la cifra de ocupación que nos trasladan es más o menos el 30%, pero en las casas rurales en julio hemos aumentado las pernoctaciones respecto al año pasado, porque la gente busca la máxima seguridad y en una casa rural puede estar sola una familia o un grupo de amigos. Para agosto, pese a las cancelaciones que llegan sobre todo desde Catalunya, se prevén cifras sólo un poco menores que el año pasado. Los datos no son buenos, pero dentro de estas circunstancias son de mantenimiento para el año que viene, si existe vacuna o tratamiento, volvernos a recuperar
Pero esto ha sucedido precisamente cuando Álava estaba enfrascada en una lucha por posicionarse como destino turístico tras unos años en los que nunca ha llegado a arrancar en este aspecto.
-Álava viene de unos años récord de turismo, año tras año, y eso es difícil de mantener. Que la oferta de hoteles sea limitada ahora pasa de ser una debilidad a una fortaleza, porque eso hace que haya menos masificación y seamos más atractivos. Hemos exprimido siempre nuestros mejores recursos y hemos hecho una política contando con cuadrilla y ayuntamientos que ha sido muy positiva para hacer una promoción general del territorio, por lo que ahora no es que demos pasos atrás, sino que debemos adaptarnos a lo que quiere el consumidor. De ahí que toda la política turística que íbamos a llevar a cabo este año con campañas en Inglaterra, Francia y Alemania se haya roto, y lo hemos cambiado por campañas en el ámbito local y nacional. Es el año que más recursos hemos dedicado a comercio, turismo y empleo.
¿Los bonos de consumo y turismo que se van a poner en marcha serán un incentivo suficiente para reactivar el sector?
-Los bonos son un éxito de todas las instituciones que participamos, aunque fueron difíciles de coordinar porque al final somos muchas las administraciones que estamos en ese proyecto, y están hechos, por supuesto, para incentivar el consumo local y hacer turismo una vez que pase la temporada alta. Son bonos con los que pagas 20 euros y puedes gastar 30 euros, lo que es un aliciente. Cuando nos pusimos a elaborarlos lo que nos dijeron desde el sector turístico y el comercial era que en este momento estaban bien y la demanda estaba funcionando, dentro de unos límites, pero que tenían miedo sobre todo a lo que iba a pasar a partir de octubre.
¿Cuándo estarán disponibles?
-Cuando nos lo ha pedido el sector, a partir de septiembre, pero no tenemos una fecha concreta aún. Estamos trabajando en los convenios de colaboración y saldrá primero la campaña de adhesión, porque será algo voluntario para los establecimientos. El impacto económico en Álava será de cinco millones de euros, así que será un dinero bien empleado.
¿Cómo va a quedar finalmente la situación económica de su departamento tras los ajustes por la bajada de la recaudación?
-Hemos sacado ya todas las convocatorias de ayudas de comercio, turismo y empleo, y nos hemos dedicado a las cosas que realmente nos pedía el sector. Nunca hemos tenido más presupuesto en el departamento, y de hecho la cantidad de dinero con la que contamos ha sido algo más de lo que estaba previsto. Se han eliminado patrocinios de eventos que no se van a producir, pero en general diría que hemos volcado todos sus recursos y un poco más en atender las demandas de los sectores de empleo, comercio y turismo. En empleo, por ejemplo, tenemos un millón de euros para fomentar la contratación, y lo que se ha eliminado es la formación, porque la última convocatoria contaba con cursos presenciales. Pero seguimos con las lanzaderas de empleo para otoño y alguna medida más que queremos presentar en septiembre para ayudar a las personas a encontrar trabajo.
¿Qué tipo de medidas?
-Estamos estudiando la posibilidad de unir las demandas de trabajo con las personas que buscan trabajo, especialmente a partir de septiembre en función de cómo vayan los ERTE. Hay empresas que lo están pasando muy mal por la crisis, pero hay sectores que están necesitando personas, todo lo que tiene que ver con la telefonía, las farmacéuticas... Hay sectores a los que les ha ido peor y otros mejor, y en estos últimos hay demanda de profesionales. Queremos poner en contacto directamente a estas empresas con las personas que están buscando empleo y encajan en los perfiles que buscan. También en octubre queremos poner en marcha los programas de formación para el sector comercial. El turismo y el comercio local tienen mucho futuro en Álava, pero hay que adaptarse a los nuevos hábitos. Vamos a ir a cada establecimiento para enseñarles in situ cómo digitalizar su negocio, una formación prácticamente a la carta.
¿Cómo asiste la responsable foral de empleo a las noticias que surgen de despidos masivos en empresas como Tubacex y Aernnova?
-Asisto con preocupación, como no puede ser de otra manera. Porque son empresas grandes, pero eso también afecta a empresas más pequeñas que trabajan para ellas. La negociación colectiva va a ser fundamental. Los acuerdos a los que lleguen los sindicatos y las empresas tienen que ser buenos para ambos, buscando la viabilidad de la empresa pero también de la vida de los propios trabajadores. De cualquier forma también hay noticias positivas, como la salida del ERTE de Michelin el día 10. La fortaleza que tiene la economía alavesa es la industria y la venta en los mercados internacionales, que en este momento están sufriendo por la caída de la demanda a nivel internacional pero cuando la situación sanitaria mejore va a haber un periodo de recuperación mucho más rápido que en otras crisis surgidas por problemas económicos estructurales.
¿Esperan que después del verano la situación en las empresas empeore, con más despidos y ajustes en grandes firmas del territorio?
-Puede pasar. Sabemos que la situación no va a ser fácil, pero dependerá de la crisis sanitaria. Ahí el esfuerzo del Gobierno de España con un desarrollo de políticas sociales tan amplio en una crisis tan rápida no tiene parangón. Los ERTE han hecho que no aumente el desempleo.
¿Qué capacidad de presión tiene la Diputación para que estas empresas cambien o minimicen en Álava algunas de sus decisiones?
-Más que la Diputación, quien controla que no haya abusos en los ERTE o cualquier despido es el Gobierno Vasco a través de Trabajo, que es donde se vigilan los expedientes y está la inspección, además del servicio de mediación si no se llega a un acuerdo. Desde las instituciones no podemos suplir la demanda que no existe en el mercado, pero desde luego tenemos que colaborar para que esa negociación vaya lo mejor posible y sea lo más justa para todos.
¿Debería buscar Álava una mayor diversificación de su economía, como piden algunas voces?
-El sector industrial es el que da riqueza a este territorio. Se pueden diversificar sectores, como se empezó a trabajar en el sector farmacéutico la legislatura pasada para que empresas de ese sector puedan venir a Álava. Todo lo que sea atraer diferentes sectores es positivo, pero la diversificación nunca debe olvidar a quien realmente durante todos estos años ha dado riqueza a este territorio, que es el mercado de la automoción, y que en este momento también está atravesando una importante transición.
¿Las OPE de la Diputación se van a mantener como estaban previstas?
-Se van a mantener. Que las personas que están estudiando sigan estudiando que el año que viene se examinarán. Ahora estaríamos casi preparando los exámenes de la próxima oposición, pero por un problema de gestión de personas en esta crisis no hemos podido. Las oposiciones con menos personas se están llevando a cabo, como ha sido la de los inspectores fiscales, y para octubre o noviembre son los exámenes de los técnicos informáticos de Hacienda. Los exámenes del grupo A y del grupo C, que teníamos previsto que fuesen a final de año, se van a pasar al año que viene, calculamos que para finales del primer semestre. Las ofertas de empleo público no implican un mayor gasto, sino estabilidad para la plantilla, lo que repercute en la atención.
"Que las personas que están estudiando para presentarse a una OPE sigan haciéndolo. El año que viene se examinarán"
"Álava puede apostar por una mayor diversificación, pero sin olvidar que quien ha generado riqueza estos años es la automoción"
"No podemos decir que vaya a ser un verano perdido para el turismo en nuestro territorio. Será atípico, hace falta reinventarse"