gurain estuvo ayer de fiesta. Celebraba San Juan, su patrón. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha impedido honrar al santo como otros años. Sin apenas actos en las calles la localidad apeló a la responsabilidad. Tres sencillos detalles, cargados de simbolismo, respeto y responsabilidad, exentos de excesos y pomposidad, "que nos demuestran cómo se puede recordar a nuestro patrón, aún en situaciones como esta", explicaba el alcalde, Ernesto Sainz Lanchares. Sin embargo, no todos lo entendieron.

La plaza de San Juan acogió las actuaciones de Jeiki dantza taldea y de la Banda municipal de música, acatando todas las medidas de seguridad. "Agradecerles estar ahí, por hacerse presentes, y por hacerlo con la naturalidad y la responsabilidad que nos habéis mostrado", apuntó el primer edil, quien también agradeció a los vecinos "por saber estar, por responder ante la llamada a evitar concentración de personas". Se da la circunstancia de que ambas agrupaciones se han unido este año en la grabación de un vídeo difundido a través de las redes sociales en las que tocan y bailan la tradicional melodía de San Juan. El chopo que se planta en la plaza de San Juan es el principal protagonista de las fiestas. Este año, pese a no llevarse a cabo la plantada, se ha colocado una rama en la fachada de la iglesia de San Juan. Tradicionalmente a la una de la madrugada, tiene lugar la tradicional plantada. Los jóvenes cargan con el árbol y lo trasladan hasta la plaza donde, después de asegurarlo con cuerdas, lo elevan para insertarlo en un agujero. El árbol mide de diez a quince metros que un joven recorre para soltar las sogas que lo sujetan en la izada. Tras hacerlo, la Banda municipal interpreta la San Juanada, mientras los vecinos bailan alrededor del mástil.

Este año el coronavirus ha privado a vecinos y visitantes de disfrutar también de los actos del día. "Todo aguraindarra sabe lo que significa el día de San Juan. Es muy difícil de describir" matizan desde el Ayuntamiento. Según explicó el primer edil de la villa, "hemos tomado esta decisión con el convencimiento de que es lo más sensato. Se ha tomado por responsabilidad, poniendo por encima de todo la seguridad y la salud de los aguraindarras, y ante el riesgo de contagio y de propagación del virus que podría provocar una concentración no controlada de personas".

Durante la jornada de ayer los aguraindarras pudieron disfrutar desde sus ventanas o a pie de calle de la kalejira realizada por las principales vías de la localidad. Un vehículo municipal trasladó a los cabezudos en su recorrido por la villa y tras él varias carrozas, tan típicas del día de San Juan. En una de ellas, denominada Txopomovil, podía verse el típico árbol que se elevaba y se bajaba a través de un sistema hidráulico. En otra los vecinos del barrio de San Martín apelaron por los derechos humanos. En un tercera, los jóvenes rodeaban al chopo sanjuanero emulando a las tradicionales meriendas vespertinas.

Sea como fuere, la localidad amaneció el pasado martes con un buen número de pintadas en diferentes zonas del Casco Histórico y sus aledaños. Birusa=kapitalismoa, Gazte antolakuntza salto, Ke lo paguen los ricos o Gazteok salto son algunos de los lemas de las pintadas. Además, un grupo de personas intentó romper, porras en mano, el cordón de soldadura que fija la tapa del agujero donde todos los años se coloca el chopo en la plaza de San Juan. "El cordón de soldadura se mandó poner expresamente para la ocasión. Es evidente que quienes han intentado romper la soldadura tenían algo preparado" para la noche de San Juan. "No podemos echar por tierra los esfuerzos individuales y colectivos de estos últimos meses. No podemos, ni queremos, ni debemos dar un paso atrás. Habrá otros años para celebrar San Juan como se merece", explican desde la localidad.

Además un grupo de jóvenes de la localidad intentó en la víspera de San Juan emular la tradicional plantada del chopo. Durante el acto no se cumplieron las medidas de seguridad para evitar la propagación del virus del coronavirus. En torno a las cinco de la madrugada, la Ertzain-tza se personó en la calle Zapatari por una denuncia y se produjeron cargas policiales. Un vecino denunció que durante estos enfrentamientos un artefacto impactó contra su ventana. Estos hechos han provocado malestar en la localidad.