- La pandemia del coronavirus está teniendo un impacto negativo en toda la sociedad vitoriana, en general, pero de forma más incisiva en la población más vulnerable económica y socialmente. Cada vez son más las familias que necesitan y van a necesitar más recursos asistenciales que nunca para superar las tres patas de esta crisis: social, económica y sanitaria. Y todo ello ocurre justo cuando el Ayuntamiento de Vitoria dispone de menos dinero debido a la bajada de ingresos, sobre todo los procedentes de la Diputación a través del Fondo de financiación de las entidades locales (Fofel). Por ello, el gabinete Urtaran está revisando el presupuesto de 2020, reteniendo unas partidas económicas y priorizando otras para adaptarse a la nueva situación, pero todavía no puede concretar los efectos de estos recortes, que es la información que solicitan los partidos de la oposición, más allá de lo que ya anunció la semana pasada, esto es, que se van a a dar en materia social, sanitaria y de promoción económica.
"La covid-19 va a afectar a todas las áreas municipales, hay programas y servicios que se pospondrán a 2021 porque el Ayuntamiento tiene menos dinero", señaló ayer la concejala responsable de los servicios de Juventud, Igualdad, Convivencia y diversidad y Zona rural, Miren Fernández de Landa. Para su compañero de gobierno, el edil de Políticas Sociales, Jon Armentia, aún es pronto para realizar dicho análisis económico. "No es el momento porque ni tan siquiera se ha acabado el estado de alarma; en septiembre u octubre, probablemente ya se podrá concretar", manifestó. Una respuesta, vaga para la oposición. "No vemos las líneas excepcionales reales de ayuda que nos anunciaron. Pueden hablar de reordenar, rediseñar o reorganizar, pero le llamen como le llamen son recortes, que seguimos sin saber a qué programas y servicios municipales van a afectar. Pueden ser medidas adecuadas, pero no excepcionales", indicó la edil de EH Bildu Rocío Vitero.
Los servicios sociales municipales ya han detectado durante el estado de alarma que la situación de crisis en Gasteiz va a peor, no a mejor. Así lo confirmó Armentia al señalar que son más las familias en riesgo de pobreza, que han crecido las peticiones de RGI y ayudas sociales municipales y que el Ayuntamiento ya dispone de indicadores para afirmar que cada vez más ciudadanos necesitan ayuda para cubrir sus necesidades básicas y para mantener el pago de sus viviendas porque se han quedado en paro. También que empeora la salud, la situación de los niños y aumentan los problemas de convivencia en muchos de estos hogares. Todo ello sin, de momento, disponer de los datos de pobreza infantil en Gasteiz.
Armentia explicó de nuevo algunos cambios en las líneas de atención social que su departamento va a adoptar como consecuencia de la pandemia, medidas encaminadas, por ejemplo, a potenciar las pequeñas viviendas comunitarias para personas mayores en detrimento de las grandes residencias, como el CIAM San Prudencio, uno de los centros que más ha sufrido la crisis del covid-19, con el fallecimiento de 14 ancianos. Otra política de actuación de cara al futuro va a ser incrementar los servicios de atención a domicilio (SAD), un recurso "clave" para el concejal. En este sentido, repitió que en la plaza del Renacimiento abrirá un nuevo recurso de atención diurna que se sumará a los apartamentos tutelados de Blas de Otero y Beato Tomás de Zumárraga.
Asimismo, se reorganizará la residencia San Prudencio, de tal forma que las plantas 4ª y 5ª dejarán de ser plazas residenciales para mayores una vez desocupadas y se transformarán en algo similar a las viviendas comunitarias, de menor tamaño y con atención más personalizada, ya que si algo ha dejado claro la pandemia es el fracaso de las grandes residencias de mayores. Igualmente, el gabinete Urtaran tiene previsto desarrollar el nuevo comedor social de Los Arquillos y mejorar la atención invernal a personas en exclusión que viven en la calle. Informaciones que para EH Bildu no son nuevas, ya que las anunció el Ayuntamiento hace dos semanas. "Más de lo mismo", dijo el edil Alberto Porras. "Su política es reactiva, no proactiva; esperan a que pasen las cosas para solucionarlas y eso en políticas sociales no sirve", criticó.
Elkarrekin, por su parte, propuso continuar con los programas de atención psicológica a los ciudadanos, como el iniciado el 2 de abril con la creación de un grupo de apoyo psicológico para el covid-19 en el que han participado 28 profesionales del Colegio de Psicólogos de Álava y que concluyó el pasado día 15. Armentia confirmó que a raíz de este servicio se han registrado 17 derivaciones de personas para ser tratadas. El edil indicó, además, que el Gobierno Vasco va a disponer de un servicio de apoyo psicológico para situaciones de vulnerabilidad. "No tenemos ninguna nueva propuesta de colaboración por parte del Colegio de Psicólogos, pero si la hubiera la estudiaríamos, ya que seguimos pensando que es importante mantener un servicio de atención psicológica", dijo recordando que en el Ayuntamiento también hay profesionales que prestan este servicio.
Y EH Bildu hizo referencia a la necesidad de introducir políticas de género en la atención social, ya que según la edil Amancay Villalba, el impacto de la crisis del covid-19 es mayor en las mujeres, que son quienes por regla general realizan las tareas de cuidados, ya sea en el ámbito socio sanitario, como en el cuidado de niños y mayores. También son más en sectores feminizados como las trabajadoras del hogar y sexuales y el comercio y la hostelería. "Esta crisis afecta de forma más incisiva a las mujeres", aseguró, un discurso en el que coincide la edil del gobierno Fernández de Landa.
El edil de Políticas Sociales del Ayuntamiento de Gasteiz se refirió de esta manera a la cuantía de la merma económica que van a padecer las arcas municipales este año.
La concejal delegada de las áreas de Igualdad, Convivencia y diversidad y Zona rural explicó de esta forma las afecciones que va a sufrir la gestión municipal debido a la merma presupuestaria provocada por la crisis ligada al coronavirus.
60
Millones de euros. Desde el Ayuntamiento se estima que los ingresos en las arcas municipales sufrirán esa merma debido a la menor contribución del Fofel (Fondo foral de financiación de las entidades locales), cuya dotación caerá alrededor de 45 millones, y a la disminución de los ingresos por los impuestos municipales. Bajo esa perspectiva, el Consistorio tendrá que reordenar el gasto previsto para 2020.