- El Ayuntamiento de Vitoria, en base a los decretos emitidos en marzo y abril por la pandemia del coronavirus, ha ampliado el plazo de pago a un total de 549.000 recibos de ciudadanos gasteiztarras ante posibles problemas económicos para hacer frente a sus obligaciones con la Hacienda municipal. Parte de ellos ni tan siquiera se han llegado a emitir, envío que se pospone a más adelante. Se trata de una medida fiscal excepcional adoptada ante la situación derivada de la pandemia y se enmarca en las decisiones adoptadas por el gabinete Urtaran para incentivar la actividad económica en varios campos y en el ámbito fiscal, explican desde la jefatura de recaudación. La medida se ha aplicado de forma automática sobre los recibos sin necesidad de que los contribuyentes lo hayan solicitado. En principio, el pago se aplaza, con carácter general, hasta el 15 de septiembre.

Así, a falta de contabilizar algunos casos aislados, la mayoría de los recibos cuyo pago se ha aplazado corresponde al impuesto de bienes inmuebles (IBI), un total de 257.000 contribuciones. Otros 129.412 son facturas por la recogida de basura y 142.768 hacen referencia al impuesto de vehículos. La mella que ha hecho la crisis también ha llevado al Ayuntamiento a retrasar otros abonos, como cementerios (13.997 facturas), vados (3.171), veladores (951), vertidos industriales (55), concesiones (45), plusvalías (1.954) e impuesto de la construcción (ICIO): 476 recibos.

Lo que se pretende con esta medida el Consistorio es que "familias, empresas y autónomos dispongan de mayor liquidez y más capacidad económica en un momento de suspensión de actividad, pérdida de ingresos o necesidad de hacer frente a gastos extraordinarios", valora la Hacienda municipal.

Esta lectura de cifras es de carácter universal, para todos, no se diferencia por tipología de persona física o jurídica, es decir, si se trata de familias, comercios u otro tipo de negocios. Explica Hacienda que el Ayuntamiento, dentro de su ámbito competencial, ha adoptado estos incentivos fiscales sin perjuicio de medidas más concretas que también se ha tomado, como la suspensión de licencias de hostelería y el no abono de la tasa durante la alerta sanitaria, por ejemplo. De momento, el Ayuntamiento no tiene previsión de habilitar más incentivos fiscales. Incentivos que, por otro lado, tampoco suponen merca de ingresos para las arcas públicas, ya que "son impuestos que se van a percibir, aunque más tarde. Por lo tanto, la decisión no condiciona la situación financiera municipal ni genera una tensión de tesorería significativa", valora la jefatura de recaudación.