Los alaveses parece que se han acostumbrado a convivir con el coronavirus y ni siquiera la víspera de San Prudencio es motivo para hacer cambios en las rutinas adquiridas para tratar de minimizar los efectos del covid-19. Ayer, como un día más en las últimas semanas, con la salvedad de la presencia de niños en las calles por segundo día consecutivo, la gente salió de sus confinamientos para llenar los carritos de la compra, ya que esta semana es especial por la concatenación de varios días de fiesta.
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