- Once fallecidos y 26 positivos en coronavirus se han registrado en la residencia San Prudencio de Gasteiz, en la que hay 131 residentes, desde que comenzó la pandemia del covid-19. A ellos hay que sumar una persona contagiada en las viviendas comunitarias Aurora y ninguna en las de Los Molinos, según los datos facilitados ayer por el edil de Políticas Sociales.
Jon Armentia compareció en sede municipal, a petición de EH Bildu y Elkarrekin, para dar cuenta del medio centenar de medidas adoptadas por su departamento para hacer frente al coronavirus y explicar la situación actual de los servicios y recursos gestionados por el Consistorio gasteiztarra. Además, el concejal anunció que se van a realizar nuevos test a partir de la próxima semana tanto a trabajadores como usuarios del CIAM San Prudencio. El edil destacó "el esfuerzo sin precedentes que estamos haciendo para proteger a toda costa a los colectivos más vulnerables".
Entre las medidas puestas en marcha, destacó Armentia el seguimiento telefónico a diez mil ancianos de Vitoria, cinco mil de ellos usuarios de los centros socioculturales de mayores y otros cinco mil, personas mayores de 70 años que viven solas en sus casas y sin contacto con los servicios sociales, tal y como adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. También flexibilizando los trámites para beneficiarse del servicio de atención a domicilio (SAD) o para acceder a las prestaciones sociales. Y asistiendo de forma telemática a menores en situación de vulnerabilidad y a sus familias. Además, siete mujeres víctimas de violencia machista han sido atendidas durante el estado de alarma. "Para los servicios sociales, cada día es un examen y en ese examen diario estamos demostrando la capacidad de nuestros profesionales", aseguró Armentia.
Y es que, pese al cierre presencial de la mayoría a de los recursos sociales de la ciudad por culpa del coronavirus, muchos de los servicios se siguen prestando de forma telefónica. Un ejemplo es el servicio de comedor, que reparte a domicilio 110 menús diarios a personas mayores. O las visitas a domicilio que los profesionales realizan para controlar que estas personas se toman su medicación o para ayudarles con las tareas de aseo y baño. Fruto del seguimiento telefónico a las personas de la ciudad, los servicios sociales han constatado que, si bien la mayoría de usuarios habituales de los centros socioculturales se vale por sí mismo para sus tareas del día a día, hay un 3% que necesita ayuda. Además, 23 mayores están recibiendo apoyo psicológico y a 250 hogares, el Ayuntamiento ha enviado carpetas con material de entretenimiento, es decir, pasatiempos para soportar mejor las largas horas de confinamiento. Igualmente, 37 educadores ofrecen asistencia telefónica para hacer a conflictos familiares, aunque no se ha detectado ningún caso de violencia filio parental.
Armentia detalló que las últimas nóminas (900.000 euros) de ayudas municipales y ayudas de emergencia social (AES) se han tramitado de manera anticipada a 3.200 familias necesitadas de dinero, y que este mes de abril se procederá de igual manera. Además, las prestaciones se han renovado de forma automática y se resuelven y tramitan nuevas ayudas sujetas únicamente a la valoración profesional. También se está tramitando de forma excepcional la prestación de cobertura básica para personas o familias con dificultades para cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
Sobre la reorganización de los recursos sociales, el concejal de Políticas Sociales insistió en que desde el comienzo de la crisis se han ido facilitando a todos los recursos de inclusión y a las entidades gestoras de los mismos las medidas y recomendaciones pautadas por las autoridades sanitarias y, en el momento en el que fueron decretadas las medidas de confinamiento, se realizaron adecuaciones en los recursos dirigidos a personas en situación de exclusión residencial, con el objetivo de hacer posible el confinamiento. Así, en el CMAS se reservaron 4 habitaciones con baño propio para posibles aislamientos preventivos. El centro de noche Aterpe fue desdoblado en dos recursos: sus 30 plazas se redistribuyeron entre el propio Aterpe (18 plazas) y la antigua residencia de Los Arquillos (12 plazas). El 17 de marzo en colaboración con Cruz Roja se puso en marcha en el antiguo colegio Pío Baroja un centro de acogida con 30 plazas para personas sin hogar que luego se trasladó a los frontones de Lakua, con capacidad para 50 personas. También se llevó a cabo una reorganización del centro municipal de acogida social para evitar la concentración de personas y el riesgo ante eventuales contagios. Para ello se redujo el número de personas acogidas con la reubicación de familias con niños y niñas (17 personas) que ahora están en otros recursos municipales. Otra de las medidas adoptadas ha sido reforzar el personal y hacer turnos evitando las rotaciones de trabajadores. Asimismo, en las últimas fechas se ha puesto en funcionamiento un protocolo de acompañamiento al final de la vida que flexibiliza, sin restricción horaria, la estancia de familiares, debidamente protegidos, con la persona que están a punto de morir.
Y en relación a los apartamentos tutelados, se ha reforzado la atención y el apoyo a las personas residentes mediante la reorganización y recolocación del personal de los servicios de atención diurna de Beato Tomás de Zumárraga y Blas de Otero, cerrados el 14 de marzo. De igual manera se han acondicionado los apartamentos tutelados sin ocupar y equipados para poder dar acogida a posibles situaciones de urgencia social y vulnerabilidad en personas mayores de la ciudad.
De cara al futuro, "cuando regresemos a nuestro ritmo habitual, tocará cerrar la herida que ahora se ha abierto. Tocará remediar y reactivar el tejido social, económico y cultural de Vitoria porque la pandemia habrá dejado huella en todos los sectores", concluyó Armentia. En su intervención, el PNV, socio de gobierno e los socialistas, alabó la labor realizada por el departamento de Políticas Sociales y definió como firme y rápida la respuesta dada.
Por su parte, la oposición manifestó la necesidad de reforzar los servicios sociales. Elkarrekin destacó la necesidad de un nuevo modelo. EH Bildu subrayó que la pandemia ha dejado en evidencia las carencias d los servicios sociales. El PP pidió, por ejemplo, test periódicos a usuarios y empleados de la residencia San Prudencio, la desinfección de las instalaciones y alojamientos alternativos para los trabajadores del centro.