nte la situación provocada por la actual crisis del coronavirus, el instituto para la inclusión social Irse Araba ha suscrito junto a otras organizaciones del Estado que forman parte de Dynamika -plataforma de educadores de calle a nivel estatal en la que participan educadoras a nivel personal y entidades- un documento con reflexiones y propuestas para atender a los niños y adolescentes ahora y cuando pase esta crisis.
En él, contemplan algunas de sus preocupaciones, además de agradecer al personal sanitario su labor y explicar que entienden que "la situación es muy grave, y lo primero es vencer a la pandemia y evitar más contagios". Entre ellas se encuentran, por ejemplo, los riesgos para la salud, los posibles riesgos de violencia y la brecha digital. "Algunos están en riesgo por cómo están en casa, sin luz en algunos casos, sin ventanas, en pisos pequeños", introduce Idoia Martínez de Lahidalga, portavoz de Irse en Dynamika y Dynamo Internacional -la plataforma a nivel mundial-, donde comparte espacio y debates con portavoces de otros puntos del globo.
También les produce preocupación el riesgo de violencia, ya que "este confinamiento tan largo puede generar violencias intrafamiliares de todo tipo. No hay contraste con el exterior, no se oxigenan las relaciones, no hay testigos ni adultos de referencia. La presión, la desesperación y la contención pueden desencadenar violencia o abandono, y en los menores, fugas y comportamientos de riesgo", analizan.
En estos momentos, y aunque desde asociaciones como Irse Araba siguen adelante con sus responsabilidades en la gestión de servicios y programas para la inclusión social, sienten que el teletrabajo les está dificultando el acceso a las familias para conocer la situación que están viviendo realmente. "Entendemos que está complicado el poder ir a verles ahora mismo", concede Martínez de Lahidalga.
También destacan en su escrito la brecha digital, ya que en estos momentos de confinamiento, los niños y adolescentes tienen que continuar con sus clases desde casa, y no todos tienen un ordenador con el que poder hacer esos trabajos. "Yo trabajo en Sansomendi y al alumnado se le está dotando de tarjetas para que tengan datos y ordenadores de la escuela, pero en otros institutos no sé. Ya no es solo para hacer los deberes, sino también para socializar", incide Martínez de Lahidalga.
Por todo ello, y teniendo en cuenta que "aunque las medidas más rígidas finalicen, habrá un periodo de transición que habrá que gestionar", desde las organizaciones del Estado que conforman Dynamika lanzan también una serie de propuestas en ese mismo comunicado. Entre ellas, destacan por ejemplo, la de crear canales de participación o debatir la paulatina incorporación de la infancia al espacio público. Respecto a la primera de ellas, "aunque la situación de alarma diezme algunos derechos de manera justificada, deberíamos ser capaces de mantener el máximo de derechos, entre ellos, el de la participación de la población menor de 18 años. Como sujetos, deberíamos escucharles y canalizar su voz", inciden.
Este documento ha sido firmado a través de la web www.irsearaba.org por particulares, asociaciones vecinales, y otras entidades de Araba, además de las pertenecientes al resto de territorios. Una de ellas ha sido Astrid Oster, de 21 Kolore, madre, arteterapeuta y pedagoga. Ella cree que es "importante" tener en cuenta como sociedad a los niños. "Hay que pensar en los derechos y las necesidades de todos ellos", asegura, al tiempo que añade que es "esencial" preocuparse por lo que les ocurra.
Dynamika. Es una plataforma de educadores de calle a nivel estatal en la que participan educadoras a nivel personal y entidades como Irse Araba.
Dynamo Internacional. Coordina la red internacional de educadores de calle que trabajan sobre el terreno con poblaciones variadas que trabajan y/o viven en la calle, o que ocupan el espacio público.
Esta arteterapeuta asegura que, como sociedad, es "importante" tener en cuenta a los niños y pensar en sus derechos.
Portavoz de Irse Araba en Dynamika, recuerda que hay factores de riesgo para los niños y adolescentes con el confinamiento, como los relativos a la salud.