- Las restricciones impuestas por el Gobierno central a los menores de edad durante esta pandemia figuran entre las más estrictas a nivel internacional. España es, de hecho, el único país de Europa en el que las autoridades no permiten salir a los niños de casa, e incluso Italia, que en un primer momento tampoco lo permitió, flexibilizó las salidas de los menores a principios de abril. Sin embargo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez no se ha mostrado partidario hasta ahora de revertir la norma, aunque desde hace unos días el ministro de Sanidad, Salvador Illa, viene apuntando que están "estudiando" la posibilidad. Euskadi no quiere que la decisión se demore sine die, por lo que el lehendakari, Iñigo Urkullu, pedirá a Sánchez que los menores de edad y las personas de colectivos con necesidades especiales puedan salir a la calle desde el día 26, cuando, por ahora, culmina el estado de alarma.

Urkullu anunció ayer que pondrá sobre la mesa esta petición como parte de una batería de medidas que incluyen también permitir a la población que salga a hacer deporte de forma individual y bajo unas condiciones determinadas, además de reclamar al Gobierno central que empiece a preparar la apertura "limitada y escalonada" de comercios y pequeños negocios, si bien en este caso no fijará la petición estrictamente a partir del día 26, como sí hará con las salidas de los menores de edad, para los que pide flexibilizar las restricciones del confinamiento de forma que puedan salir de sus hogares acompañados de un adulto pero con "limitaciones de tiempo, distanciamiento y agrupación de personas".

El lehendakari compareció ante los medios por streaming junto a la consejera de Salud, Nekane Murga, tras presidir la reunión del comité asesor del plan de protección civil de Euskadi, para presentar el que han denominado "plan de transición a la nueva normalidad". Entre otras cuestiones, Urkullu avanzó que, tras unas semanas en las que Osakidetza optó por no recomendar directamente el uso de mascarillas, su utilización de forma generalizada sí pasa ahora a ser una recomendación clara y algo a lo que los ciudadanos deberán acostumbrarse durante un buen tiempo. Para ello, el Gobierno Vasco hará "todo lo que esté en nuestra mano para garantizar el suministro, también con producción local".

Urkullu plantea asimismo activar un plan específico para definir la hoja de ruta en educación y la posibilidad de que las administraciones públicas recuperen poco a poco la normalidad. Sobre la vuelta al trabajo en actividades no esenciales desde principios de esta semana, aseguró que "prácticamente no ha habido denuncias ni incidentes reseñables" en las empresas por incumplimientos de las medidas de seguridad. "Se han respetado los protocolos de seguridad laboral establecidos. Salud y empleo son compatibles", resaltó el lehendakari, que en los próximos días se reunirá tanto con las diputaciones como con los municipios, representados por Eudel, para discernir qué ocurrirá con eventos veraniegos como las fiestas de La Blanca en agosto o festivales como el Azkena, que sigue previsto para junio.

En cuanto a la actualización de los datos, Álava tiene que lamentar un nuevo y duro golpe, con catorce fallecidos más en las últimas 24 horas, tras las 16 muertes de la jornada anterior. El territorio alcanza así los 304 fallecidos y suma 38 nuevos positivos -el 7,7% de las 489 pruebas realizadas-, hasta un total de 3.156 personas infectadas. En el otro lado de la balanza, el número de hospitalizados baja de nuevo hasta las 187 personas.

Murga reconoció que "las muertes siguen siendo un mazazo diario", y avanzó que se seguirán realizando "más pruebas en las residencias de mayores y en quienes trabajan en ese ámbito", además de proceder a ampliar el número de pruebas a los profesionales sanitarios de Osakidetza y a colectivos concretos, como enfermos oncológicos. El objetivo, "diseñar una estrategia para obtener un mapa de la inmunidad en Euskadi", aseveró. Hacer pruebas a toda la población vasca, concluyó Murga, es inviable hoy en día.

El lehendakari aseguró que trabajan con una decena de empresas locales para disponer de mascarillas suficientes para toda la población vasca.

La consejera de Salud insistió en que van ampliar el número de pruebas que se realizan a los profesionales sanitarios de Osakidetza, usuarios y trabajadores de residencias y a colectivos concretos, como los enfermos oncológicos.