- Los voluntarios de la comunidad maker de Euskadi contra el coronavirus han puesto fin a la recogida de material para imprimir viseras 3D en Álava al considerar que ya hay empresas que han tomado el relevo en su fabricación y sus productos están homologados por Sanidad. "Nosotros servimos de avanzadilla para que las compañías e instituciones se pusieran las pilas", sostiene el coordinador de la iniciativa en territorio alavés, Iker Martínez. Su labor desinteresada concluye con un total 7.000 viseras protectoras fabricadas en sus casas y donadas para su posterior distribución entre personal sanitario, personas mayores, policías o empleados con trabajos de atención al público. A partir de ahora, si alguna persona quiere seguir con esta tarea será ya a título individual, no de comunidad maker, que sí sigue actuando en Bizkaia.
"Estamos satisfechos con nuestro trabajo y también con la solidaridad ciudadana", valora Martínez. "No sabes qué grado satisfacción se siente cuando, por ejemplo, los sanitarios nos envían fotos de agradecimiento con las viseras puestas; eso no está pagado". Más crítico se muestra con la respuesta de empresas e instituciones ante la falta de iniciativas para dotar a la sociedad del equipamiento necesario contra el coronavirus. En su opinión, una vez más ha quedado demostrado que los ciudadanos van por delante de las empresas, instituciones y políticos. "Muy por delante", manifiesta.
"Al final, que un número determinado de particulares haga algo por su cuenta, en este caso fabricar viseras protectoras y lo haga dos y tres semanas antes de que las empresas e instituciones se pongan a ello, pues es mucho tiempo de demora el suyo", piensa. "Quizá si se hubieran puesto las pilas antes se habrían evitado muchas de las cosas que han ocurrido", lamenta el coordinador de la comunidad maker en Álava. Sin embargo, ahora," todas las alabanzas y méritos se los llevan las empresas, hasta el lehendakari les da las gracias públicamente, cosa que no ha hecho con otros ciudadanos que hemos arrimado el hombro desde el principio; no me parece justo", indica. Y es que, la comunidad maker de Euskadi contra el coronavirus comenzó a recoger material para fabricar y donar viseras impresas en 3D desde que el gobierno de Pedro Sánchez puso en marcha el estado de alarma por la covid-19. Fue la propia Osakidetza quien les pidió ayuda ante la falta de equipos de protección para sus trabajadores, antes de que el Gobierno Vasco solicitara a las empresas su fabricación. En dos o tres semanas, la labor de estos trescientos voluntarios (1.600 en Euskadi) ha servido para donar 7.000 viseras contra el virus en Vitoria y la zona rural alavesa, salvo en Labastida y Oion donde, por cercanía, se encargaron desde La Rioja. "Sobre todo hemos repartido por la zona de Legutio y Aramaio", confirma Iker. También han fabricado salva orejas, a petición de Osakidetza, para proteger a los sanitarios de las heridas que deja el uso durante ocho o más horas seguidas de las mascarillas.
Nada más comenzar la crisis del coronavirus, la gente "se volcó" con esta iniciativa. El colectivo dejó claro desde el principio que no recogía dinero, sólo material para imprimir las viseras y, así, ha logrado hacerse con 280 kilos de filamento que, primero almacenaron en casa y luego en un local de la plaza Simón Bolívar cedido por el Ayuntamiento. "Es un virus solidario", agradece Iker, quien espera que la pandemia vaya a menos, pero no se resiste a decir que "ya pueden apretar los políticos".