- Recientemente el Instituto Vasco de la Mujer Emakunde dio a conocer nuevos datos estadísticos en los que se reflejaba una disminución de hasta el 50% en las denuncias recogidas por la lacra machista. Tras estos datos argumentaron varias posibles razones, entre ellas la imposibilidad de la mujer en denunciar y facilitaron y divulgaron los números de teléfono de atención a la víctima maltratada. Sin embargo, tajante y sin dudas, Blanca Estrella Ruiz, presidenta de la Asociación Clara Campoamor, asegura que ni las agresiones están bajando ni las mujeres están suficientemente protegidas de sus maridos, mucho menos en este confinamiento, por lo que, desde la Asociación, exigen que el juzgado y la Ertzaintza tomen nuevas medidas, como la de visitar a todas las mujeres que con anterioridad ya habían interpuesto alguna denuncia por violencia de género.
El pasado lunes en Vitoria una mujer denunció a su marido por malos tratos; una de las primeras mujeres que han salido en este confinamiento para ser capaces de denunciar.
-La primera mujer valiente. Pero esto no significa que haya menos casos. Estos días se ha dicho que la violencia de género está disminuyendo. A mi me parece que esto es no conocer al colectivo, ni tan siquiera conocer al maltratador. ¿Cómo alguien puede pensar que una mujer víctima de violencia de género confinada con su maltratador va a denunciar? Un caso en Álava, una valiente, que a pesar de todo ha corrido el riesgo de denunciar. No ha bajado la violencia de género. Tenemos que seguir pensando en todas estas mujeres. Me estoy imaginando estos días a niños felices que están jugando, compartiendo juegos con su madre, con su padre, y estos niños y niñas de padres maltratadores, ¿con quién están compartiendo? Si además, estarán temblando y tendrán miedo por si se les cae un juguete o meten más ruido de lo normal y molestan a su padre mientras ve la tele. Hay niños y mujeres que viven encerrados con esa bestia y no pueden hacer otra cosa. Estos niños lo tienen que estar pasando psicológicamente mal, atemorizados, con miedo a equivocarse, a cometer un error.
Este es uno de los perfiles de la violencia de género que a veces pasa desapercibido.
-Es el perfil que no solemos tener en cuenta. A petición de la Asociación durante 11 años, hasta que lo conseguimos, los hijos e hijas de mujeres maltratadas también son víctimas y están considerados con pleno derecho en la Ley de Violencia de Género. El cambio se hizo en 2015. Como Institución sabiendo que solo hay una denuncia, me pongo a pensar que qué barbaridad estará pasando. ¿Una sola denuncia? ¿Y nadie reflexiona?
Para usted, ¿qué medidas cree que serían las apropiadas para paliar ese miedo y esa angustia en mujeres y niños estos días?
-Esta idea lo he dicho desde el primer día: Lo que exijo y la única manera de paliar esto es que la Ertzaintza o el Juzgado de Violencia, saquen el listado de víctimas que ya han denunciado y, con esa lista en la mano, la Ertzaintza realice un barrido por las viviendas para que la víctima vea que no está sola, que alguien se preocupa por ellas y que el maltratador sea consciente de que no puede hacer lo que le de la gana porque ahí está la Ertzaintza visitando día a día. Esta es la única posibilidad que tienen las mujeres de poder quitarse un poco la angustia. Los pobres niños y niñas psicológicamente también sería un alivio. Esto lo dije el primer día. Esta es la propuesta y no hay otra posible. El juzgado tiene que dar ese listado y desde las diferentes comisarías tienen que preocuparse de estas mujeres, niños y niñas. Cuando lo propuse, alguien me dijo: la Ertzaintza tiene mucho trabajo. Pero, es que, perdona, este también es su trabajo: la vida de las mujeres, el equilibrio psicológico de esos niños y niñas es una prioridad para los vascos y las vascas y estamos pensando en ellos mucha gente.
Entre las medidas que ya se han tomado está, por ejemplo, el dar fuerza y divulgar los números de teléfono de ayuda para las mujeres víctimas de la lacra machista.
-Es una medida insuficiente. Es útil para la vecindad solidaria que sabe que pasa algo en esa casa y llama para decir que arriba se están escuchando gritos y pasa algo. Pero es necesario que la Ertzaintza vaya y les de seguridad, porque igual cuando ellos van la mujer se puede envalentonar un poco y confesar, me ha pegado ayer. Aquí si hay un medida buena, que la ha hecho la comunidad de Madrid y creo que lo va a hacer Euskadi, y es que si no hay plaza en las casas de acogida se habilitarán plazas en los hoteles. Esa medida vendría seguida de la primera. Pero mientras eso no ocurra, las mujeres de violencia de género siguen abandonadas. Ellas son las que verdaderamente están viviendo está doble pandemia. De hecho, puede estar pasando que haya mujeres que nunca han sido víctimas de violencia de género, aunque su marido fuera más violento pero no fuera más allá en las discusiones, y ahora estos maridos estén revolucionados y den su primer golpe a las mujeres. De este confinamiento, saldrán nuevas mujeres víctimas de violencia de género. Estas son las nuevas víctimas pero no sabemos cuántas serán.
Hablaba antes de los vecinos y la solidaridad. ¿Les animaría a que llamen para denunciar en el nombre de las mujeres y niños maltratados?
-Yo llamo a la solidaridad de cada vecino y vecina. Que llamen al 112. Si quieren a ese 900 que han puesto, aunque el numerito no es tan fácil. Que llamen y que cuenten que en el piso de arriba se oyen gritos o que oyen gritar a los niños. Porque si los niños gritan es que algo pasa, no es una broma. Puede ser que no hay una mujer víctima de violencia de género pero que haya un padre superado con la situación pegando a sus hijos.
Sino lo hacen, tal vez sea por miedo, ¿no?
-Por no meterse en jaleos. De hecho, llevamos años exigiendo que aquel vecino o profesor del colegio de los niños o compañeros de trabajo que denuncian sean testigos protegidos. Así estos vecinos se preocuparán de las mujeres que ahora están solas en casa. La propuesta sigue ahí. Que todas estas personas sean testigos protegidos. Que nunca sepa el maltratador quién ha sido. para que el maltratador y su abogado, que tienen los datos de todo el mundo, no sepan quién ha denunciado. Para que la sociedad vasca se sienta libre de denunciar. Ser solidario pero con garantías. Y eso es lo que pido yo. En el parte todavía siguen poniendo todos los datos de las personas que han llamado para denunciar. Siempre que haya gente solidaria, tiene que haber testigo protegido. Cuántos vecinos me han llamado para decirme que les han pinchado las ruedas del coche. Esto es consecuencia de que no protegemos la solidaridad vasca. Este es otro de los pasos que tenemos que dar.
¿Esto lograría defender más a nuestras vecinas y a las mujeres?
-Totalmente. Si la gente se sintiera protegida a la hora de denunciar, se dispararían las denuncias por violencia de género. Pero igual es que no queremos que se disparen las denuncias. Igual es lo que pretendemos. Así seguimos diciendo que en Álava sólo una mujer ha denunciado. Qué falta de criterio. Si la sociedad no se siente protegida, hay menos denuncias, claro que sí.
¿El vecino que llama no puede pedir voluntariamente ser testigo protegido?
-Sí, y lo hacen. Pero no les sirve para nada. Si no das los datos, no hay denuncia.
Usted ha denunciado que en Bizkaia se están dando muchos casos de madres que han denunciado y en este confinamiento se les ha alejado de sus hijos y ha ganado esa batalla el maltratador. ¿A qué se refiere?
-En Bizkaia se están dando muchísimos casos de esos. Madres que denuncian y a él le condenan por violencia de género. Este paso se da. Pero luego el hijo o la hija no quieren ir con el padre por miedo, y él asegura que es porque la madre es muy mala y le mete cosas en la cabeza a los hijos. Vamos a ver, es un maltratador. Y el pacto de Estado, a propuesta mía, les dije que en violencia de género ni hay régimen de visitas, ni hay custodia compartida. Pero siguen utilizando esto, echando la culpa a las madres de que los hijos de maltratadores no quieren porque la madre manipula. Y claro, la jueza inmediatamente quita los hijos. Utilizando un término ilegal que está prohibido por las Naciones Unidas. Prohibido por el Convenio de Estambul, por el Consejo General del Poder Judicial. Está prohibido que los jueces están determinando quitar a la madre sus hijos en contra del Consejo General del poder Judicial. Y esto ya es el colmo. ¿Qué narices está haciendo el Gobierno?
¿Hace cuánto se aprobó ese pacto?
-Hace cuatro años. Desde mayo del 2016 que se aprobó este pacto, está aprobado por unanimidad en el Congreso de los Diputados y está en la mesa del Gobierno. ¿Qué están haciendo que han dejado de lado a las víctimas de violencia de género? No podemos esperar ni un minuto más. Con esto del coronavirus hay madres que llevan sin ver a sus hijos y sin saber de ellos. Se nos olvida que es un maltratador el que tiene a esos hijos. Y se les ha prohibido hasta el derecho de llamarles. Pero esas madres, en la mayoría, han criado en solitario a esos hijos, y ahora no saben nada de sus hijos, ni si están sanos, ni si están enfermos. Esto es una crueldad e inmoralidad que está cometiendo la justicia con nuestras mujeres.
"La única manera de paliar esto es que la Ertzaintza realice un barrido por las viviendas de mujeres que ya han denunciado"
"Llamo a la solidaridad de cada vecino para que llame al 112 y cuenten que en el piso de arriba se oyen gritos o que oyen gritar a niños"
"Decir que está disminuyendo la violencia de género es no conocer al colectivo, ni tan siquiera conocer al maltratador"