No es el más antiguo ni tradicional ni está lleno de simbolismos ancestrales el Carnaval de Vitoria, pero sí de coloridos trajes y de gloriosos superhérores de películas, cuentos y videojuegos. También de tenebrosas máscaras que descubren el lado oscuro.
El desfile de ayer fue diurno a diferencia del sábado, lo que para el espectador proporciona otra visión del ambiente. Ane camina hacia la calle Prado admirando y -por qué no- criticando los disfraces elaborados o comprados. Este año no ha rebuscado en el fondo del armario ropajes y pelucas con las que lucir en Carnaval, y ahora le da pena porque en el fondo le encanta casi todo lo que la fiesta pagana representa. Ha quedado a tomar unos zuritos con amigos y amigas que el sábado se bebieron todos los rincones del Casco Viejo, así que ya le contarán...
Cruza las vías del tranvía y recuerda disfraces de su pasado: mexicana, bruja, sol, la Casa de la pradera, hippy, punki, japonesa, india y cat woman. Ése sí que fue bueno pese a la incomodidad de la máscara. Y sonríe. Le gusta la parte del Carnaval que conlleva la deshinibición, el hecho de perder el miedo al ridículo propio y ajeno que ya nos acompaña el resto del año, como la cuadrilla de personajes de madames y galans que se acaba de cruzar a las puertas de la Virgen Blanca. "Vaya juerga que llevan. ¡Que envidia!", piensa.
Por Mateo Moraza se cruza con vampiros, dragones y lagartos. Un poco más adelante con Mulán y esqueletos andantes. Los seres de ultratumba no le gustan nada, más bien le causan una especie de inquietante cosquilleo en el estómago, así que cruza los dedos y susurrea "Yuyu".
El último desfile del Carnaval gasteiztarra ya ha concluido y los comparseros comienzan a abarrotar el centro para prorrogar un poco más la diversión antes de recogerse bajo la manta del sofá a la espera de otro lunes más. La marcha partió a las doce del mediodía de Portal de Legutiano y concluyó en Florida. A lo largo del trayecto desfilaron harry potters, mimos, egipcios, bufones y un sin fin de personajes, algunos imposibles de definir.
Ane piensa mientras camina en lo poco o nada que tienen que ver los carnavales de Gasteiz con los carnavales rurales de Álava plagados de míticos personajes, leyendas y simbolismo. Sin embargo, la esencia es la misma porque el Carnaval es un paréntesis de alegría y diversión, un tiempo para quemar todo lo malo que nos ha atormentado durante los últimos meses. Y hasta que las agujas del reloj vuelvan a ponerse en hora, máscaras, pelucas, volantes y sombreros ponen color y gloria al Carnaval gasteiztarra.
la cifra
26
comparsas
Desfilan este año en el Carnaval de Vitoria. Las integran 7.162 personas que continuarán celebrándolo hasta la quema de la sardina del martes.