Si las ganas de pasarlo bien se juntan con una buena dosis de imaginación, la fiesta en este Carnaval está asegurada. Sobre todo para las comparsas que desde hace meses trabajan con ilusión para sorprender a todos los ciudadanos en el desfile y, cómo no, para disfrutar de estos días que se acercan como auténticos niños. De hecho, la comparsa Errekatxiki-Santa Lucía tiene un lema y es que para ellos juntos la vida es un Carnaval. Y no lo dicen por decir ya que de las cerca de 80 personas que participaron el pasado año en esta comparsa este año se ha triplicado aumentando hasta casi las 280 personas. ¿El motivo? Las ganas de fiesta. "Tenemos muchísimas ganas del desfile, desde enero estamos haciendo ya los ensayos para que todo salga bien aunque confieso que ahora que se acerca el día me estoy empezando a poner nervioso", dice entre risas Yeray Morán, coordinador de la comparsa, en uno de los que serán los últimos ensayos antes del desfile. Este año, de los participantes en esta comparsa 124 son niños y niñas por lo que el disfraz tenía que estar acorde con ellos: "Iremos vestidos de Toy Story y Buzz Lightyear nos parece un disfraz original y bonito para los niños también y además lo vamos a ambientar un montón para que los que nos vean en el desfile puedan revivir y recrear todo a la perfección", explica un Yeray cargado de ilusión y energía.

Abocada a su desaparición, esta carroza estaba en sus últimas, tal y como lo anunciaron sus vecinos, cuando Yeray y unos comparseros más decidieron rescatarla: "Errekatxiki-Santa Lucía cumple su 30 aniversario este año, es una de las carrozas más antiguas y las personas que la habían disfrutado hasta entonces ya eran personas mayores y estaban cansadas? Como no se animaba más gente joven tenían intención de retirarla y entonces fuimos donde ellos y nos acogieron con los brazos abiertos", rememora. Y gracias a ese encuentro ahora la carroza vuelve a recobrar fuerza con los 273 niños y adultos que bailaran y reirán alrededor de ella. De hecho, de construir la carroza, también se encargan ellos: "Es la parte más difícil, sin duda, no sabría decir las horas y horas que hemos invertido en ella, queremos escenificar el jardín donde se ambienta la película Toy Story y es complicado", dice Yeray. Aunque cada día que pasa se superan y plasman en ella toda su fantasía: "Nuestra carroza va a ser muy especial. Eider nos ha diseñado los murales de la carroza y los hace a mano. Esto es algo muy nuestro, porque pocas carrozas tendrán un diseño propio y pintado a mano. Amador también está haciendo una labor muy importante porque nos están creando unas figuras con poliespán súperbonitas que mueven la cabeza e incluso hay una que se eleva cuatro metros", asevera.

Meses de trabajo Esta comparsa empezó sus primeras reuniones tras el verano para elegir disfraz y comenzar con su campaña empapelando varios barrios para animar a las familias a participar juntos. Después, fue el turno de diseñar el disfraz, encargarlo a una empresa para que lo fabriquen, pensar en las canciones e inventarse los bailes. Trabajan tanto en estos preparativos que cuando pasa el desfile incluso tienen el bajón de la resaca posterior, "me salen hasta las lagrimitas", dice Yeray. Y añade: "Recomiendo a todo el mundo participar porque ver desde dentro y de esta manera el Carnaval es lo más, disfrutarlo con una comparsa, con su desfile, con todos los preparativos? No tiene comparación con nada es muy bonito, muy intenso".

Junto a esta comparsa, el próximo sábado 22 y el domingo, saldrán otras 25 comparsas y más de 7.000 comparseros que animarán la ciudad con un colorido inusual de ratas, brujas, leones y hasta dibujos animados que transportarán la ciudad hasta el infinito y más allá.