vitoria - Foronda está de celebración. El aeropuerto alavés cumple hoy cuarenta años con la vista puesta en un futuro esperanzador tras una época complicada, en la que la sombra del cierre llegó a planear sobre su icónica torre. En estas cuatro décadas que han pasado desde que despegara el primer vuelo comercial, rumbo a Mallorca, Foronda ha sido parte de la vida de muchas personas, tanto profesional como personalmente. Seis de ellas narran a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA qué les une al aeropuerto en un día idóneo para echar la vista atrás, pero también hacia delante.
una vida en foronda Alex Bastida lleva trabajando en Foronda más años de los que tiene el aeropuerto. Aunque la inauguración oficial se produjo el 16 de febrero de 1980, él fue uno de los 25 primeros empleados que dieron el pistoletazo de salida a la terminal alavesa el 31 de diciembre de 1979 con los preparativos previos a las primeras operativas. Por eso su primer recuerdo fue "conocer a los compañeros que empezamos con antelación a la apertura a formarnos profesionalmente, en un campo totalmente desconocido para la mayoría y curiosamente en el aeródromo General Mola, convertido actualmente en el parque de Salburua".
Para Bastida, "todo empezó de forma ilusionante, con apoyo de todas las instituciones, pero duró poco la alegría en la casa del pobre puesto que políticamente se decidió que el desarrollo de Foronda perjudicaba a no se sabe quién, dejando de lado una visión de país que actualmente se está tratando de encauzar".
Para él, el peor momento llegó "en 2012, con el recorte de horario operativo y de personal", un tiempo en el que "estaba convencido de que la voluntad de Aena, pensando en la posterior privatización, era quitarse de en medio a todos los aeropuertos que no fuesen rentables". "Hoy en día lo sigo pensando. La línea roja de los 500.000 pasajeros anuales que Aena aplicó para ejecutar el recorte sigue volando sobre mi cabeza". Eso sí, "desearía borrar de mi memoria el periodo comprendido entre junio de 2012 y diciembre de 2016", señala, puesto que "siendo miembro del comité de centro del aeropuerto la presión durante este periodo fue brutal". "Nos intentaban involucrar constantemente en precarizar las condiciones laborales de los trabajadores. Especialmente dura fue la huelga indefinida que convocamos de abril a diciembre de 2016. La presión se convirtió en amenazas, incluso por parte de algunos trabajadores que no entendían que el futuro de Foronda pasaba por plantarse". Sobre el futuro, quiere ser optimista, "pero no puedo". "Aena no tiene ninguna intención de mantener aeropuertos deficitarios en su red, así que o conseguimos cuanto antes los 500.000 pasajeros o algún día no muy lejano caerá la torre de control", augura.
la pasión de un spotter Samu Muñoz, miembro de BasqueSpotting, aúna en Foronda dos de sus grandes pasiones: la aviación y la fotografía. "Mi primer recuerdo se remonta a cuando vinimos a vivir a Vitoria, allá por 2001. La primera visita la recuerdo muy bien, ya que mis aitas eran amigos de Manolo, el antiguo controlador ya retirado de la torre de Foronda, y tuve la oportunidad de visitarla aun no siendo spotter", recuerda. Cada vez que se acerca una operativa especial o un avión que está deseando inmortalizar, Samu Muñoz se planta en Foronda con su réflex: "Las fotos las suelo hacer desde tres o cuatro puntos, dependiendo de la operativa. Uno es Estarrona, por la colina en la que está enclavado el pueblo, y el otro Antezana de Foronda, pegado al propio aeropuerto. Los otros dos se sitúan al otro lado del aeródromo. Nos solemos acercar poca gente. Como mucho he llegado a ver tres o cuatro personas más, contándome a mí".
Para este spotter, su momento más especial en el aeropuerto fue "la llegada del Antonov AN-124 que vino en julio de 2016 para traer piezas de Talgo" o "el Boeing 747-400 de Cargolux que vino hace un par de años en plena madrugada. También tengo marcadas las fotos de los Antonov AN-12 que vinieron en verano del año pasado trayendo piezas para la Renault de Valladolid", apunta. ¿Y cómo ve el futuro de Foronda? "Dubitativo. Es cierto que se ha recuperado el tan ansiado H24 hace no mucho y que las cifras de pasajeros empiezan a repuntar, pero no hay que olvidar que este aeropuerto se dedica casi en su total exclusiva a la carga y se debería seguir apostando fuerte por ella".
el deseo de volar desde casa Desde su agencia Viajes Irache, Meltxor Valle, ha gestionado los viajes y vacaciones de miles de alaveses, que incluso en los peores tiempos del aeropuerto han priorizado "salir desde Foronda". "La mayoría lo pide porque es muy cómodo, aunque algunos clientes dan prioridad al precio o al destino y no les importa salir de Madrid o Bilbao si sale más barato", admite. Para Valle, su relación con Foronda arrancó "cuando empecé a trabajar en agencias de viajes y salían los vuelos semanales chárter en verano, allá por los años 90, con la desaparecida compañía Nort Jet, a Atenas y Estambul". En estos años ha vivido multitud de anécdotas, como la vez que él mismo se fue de vacaciones desde Foronda en un vuelo a Grecia "y el avión llegó con retraso a Vitoria, que no tenía el H24, por lo que me fui con todo el pasaje de guía hasta Barajas a coger el avión con cuatro autobuses de noche con todos los demás clientes".
También recuerda "aquellos vuelos de Aviaco tres días a la semana a Barcelona, los vuelos de Air Nostrum a Madrid, los chárter semanales a Canarias de Futura, un vuelo a Londres que duró muy poco con la compañía European Regional Airlines...". Valle ve complicado, sin embargo, que Foronda alcance a corto o medio plazo los 500.000 pasajeros anuales con los que algunos sueñan. "Me parecen muchos con aeropuertos tan cercanos como el de Bilbao, pero sí se podían potenciar los chárter en Foronda para atraer a clientes de provincias limítrofes y complementar los destinos de Loiu y Santander".
marcado en la piel Impulsor de la asociación Foronda international airport, Daniel Castro tiene al aeropuerto alavés marcado en la piel, literalmente, con un tatuaje de la torre de control en su pierna derecha. "El tatuaje surgió porque necesitaba dar un paso más. Quería tener un recuerdo de este gran aeropuerto ya que quién sabe qué pasará en un futuro", explica. Su primer recuerdo de Foronda fue "una operativa de coches de Jaguar, con especialistas británicos para probarlos", y desde entonces, poco a poco su pasión por el aeropuerto fue creciendo hasta que decidió crear la asociación "a raíz de la impotencia que veía, ya que por parte de las instituciones no veo avances y así poder presionar".
Durante estos años ha vivido también mil y un anécdotas: "Una tarde de verano nos avisaron de que llegaba un Boeing 747, un Jumbo de Atlas Air, y decidimos ir a verlo. Una vez allí comenzó a llover con mucha fuerza pero aún así nos quedamos. Yo tenía un receptor con el que oíamos a la piloto rusa, que solicitó que saliera el coche guía para estacionar el avión pero desde la torre de control le dijeron que no había. Ella se echó a reír y dijo '¿pero qué aeropuerto es éste que no tiene ni coche guía?' Gracias a esa tarde también conocimos a un gran amigo que nos ayuda a día de hoy".
Para Castro, "es una lástima que desde hace unos años Foronda ya no reciba grandes aviones, pero no perdemos la esperanza. El aeropuerto no ha llegado a ofrecer todo su potencial en carga, ya que según Aena en 2015 debía estar moviendo 150.000 toneladas y por ahora el máximo histórico está en torno a 64.000. Se ha visto muy perjudicado por muchas decisiones, como por ejemplo cuando Inditex quiso operar aquí y no se le puso facilidades. La eliminación del H24, el PIF... Se han dejado escapar muchas oportunidades y eso se nota", lamenta Castro, que tampoco es muy optimista de cara al futuro.
"Ojalá se despeje, pero creo sinceramente que vienen nubarrones. Cada día vemos cómo en otros aeropuertos se potencian sus lados fuertes mediante inversiones. Un ejemplo es Zaragoza: 26 millones de euros para aumentar su capacidad carguera con una nueva nave para la carga y ampliación de plataformas, y mientras tanto aquí el VIAP sin dar señales de vida, el PIF sin uso y qué decir del famoso estudio de la zona franca, que se puso en marcha hace casi un año y que nos convertiría en el primer aeropuerto español en tenerla, o a inversiones que se iban a hacer y al final nada. Nos da vergüenza ver cómo en otras comunidades todas las fuerzas políticas reman juntas para potenciar sus aeropuertos y mientras tanto aquí Foronda sólo existe en elecciones. Si el aeropuerto mueve la carga que mueve es gracias especialmente a DHL, UPS y FedEx, sin olvidarnos de los magníficos trabajadores del aeropuerto que hacen posible que Foronda esté hoy donde está", incide.
la punta de lanza Si algo está claro en la historia reciente de Foronda es que nada sería lo mismo sin DHL. La compañía alemana mueve más del 90% de la carga que pasa por una infraestructura a la que llegaron en 1995 por ser "un aeropuerto muy cómodo para operar, con excelente ubicación, sin problemas de congestión aérea (slots), sin problemas de estacionamiento de aeronaves, sin retrasos derivados de repostajes y con recorridos desde estacionamientos a cabecera de pista muy inferiores a otros aeropuertos", asegura Tomás Holgado, director de operaciones de DHL.
¿Sería la historia reciente de Foronda la misma sin la empresa de aviones amarillos? "No, desde luego. Con la crisis y la no disponibilidad de H24, la reducción horaria de apertura del aeropuerto hubiera sido mucho más amplia, al igual que en otros aeropuertos con escasas operaciones regulares. Esa regularidad diaria que aporta DHL supuso poder mantener el aeropuerto abierto todos los días, y permitir que otros operadores pudieran comprobar que el funcionamiento de Foronda era el idóneo para poder operar en Vitoria", asevera Holgado, que sobre el futuro de la compañía anticipa que "dependerá de que sigamos ofreciendo un servicio a nuestra red con coste competitivo y sin interrupciones por cualquier causa". "Un día sin poder operar en Vitoria haría mucho daño a nuestro servicio global", sentencia el hub manager de DHL, para quien "un aeropuerto de las características de Foronda permite conectar Vitoria con el mundo".
"En el nuevo mapa de la globalización, derivado en gran parte del e-commerce, donde cada vez más se demanda inmediatez, poder disponer de un aeropuerto a escasos diez minutos de tu ciudad permite distribuir los productos alaveses a cualquier parte del mundo en pocas horas después de la compra", resalta.
los "aerotrastornados" Los 55 socios del aeroclub Heraclio Alfaro han vivido los últimos años mil y un altibajos, con la posibilidad de abandonar Foronda e instalarse en otro lugar siempre sobre la mesa. "Todavía no lo hemos descartado. En su momento buscamos alguna parcela en la Llanada Alavesa, pero necesitamos al menos mil metros de terreno y no es fácil encontrarlo", explica Eduardo Zapatería, actual presidente del aeroclub, que hoy tiene además una doble celebración: el 40º aniversario de Foronda y su propio cumpleaños. "Desde que nací me han apasionado los aviones. Es herencia de mi padre, al que le gustaba mucho el tema, y la apertura de Foronda fue una grandísima noticia en su día. Desde crío he estado soñando con el aeropuerto y cada vez que podía iba a ver despegar aviones", rememora.
Para este piloto aficionado, uno de los "aerotrastornados", como él mismo se define, la experiencia de "volar por primera vez, cuando eres alumno y estás a los mandos" de la avioneta despegando desde la pista de Foronda" es indescriptible, única en la vida". En el aeroclub, sin embargo, saben lo que es sufrir.
"Empezamos en 2011 con el reasfaltado de la pista, teniendo la capacidad de operación muy limitada. Cuando terminamos nos encontramos con la desagradable sorpresa de que se cerraba de día, que es cuando nosotros volamos más, pero desde abril del año pasado, con el H24, ya tenemos a nuestra disposición el aeropuerto cuando queremos", explica Zapatería. Sin embargo, como bien apunta, la actividad del aeropuerto sigue siendo durante el día poco fructífera, más allá de los vuelos de Ryanair: "Lo que más pena me da es ver el aeropuerto completamente vacío la mayor parte del día, porque casi todo el movimiento es por la noche. Es desolador, con un silencio sepulcral, como si fuera una película de Mad Max". De momento, la película de Foronda continúa rodándose día a día y queda mucho metraje por filmar.