Nanclares de la oca - El socialista Javier Martínez formalizó ayer su dimisión como alcalde y como concejal de Iruña Oka en el transcurso de un breve Pleno extraordinario, oficializando lo que ya anunciara en una rueda de prensa el pasado viernes, tras conocerse una sentencia por la que el Ayuntamiento deberá pagar una importante cantidad de dinero por una operación urbanística, y también a causa de un accidente de tráfico, ocasionado por él el pasado 2 de enero, y del que marchó para no tener que someterse a una prueba de alcoholemia.
El que hasta ahora era el único alcalde socialista de Álava abrió ayer la sesión con una breve intervención, justificando el carácter extraordinario de la reunión convocada para "dar cuenta de mi dimisión tanto como concejal como de alcalde, que adopté el pasado viernes y para agradeceros las muestras de cariño que me habéis dado estos días que, sin duda, son lo mejor que puede tener una persona cuando deja un cargo público", dijo.
Martínez agradeció públicamente "a todas las personas que han estado a mi lado, muchas vecinas y vecinos, durante 16 años, que han ido viendo como ha ido cambiando su pueblo, como ha ido cambiando el municipio" y reconoció que "este trabajo no lo he hecho solo, lo he realizado con un gran equipo que ha estado detrás, con representantes de otros partidos, como gente del PP que me ha apoyado durante estos años, porque entre todos hemos puesto muy alta la agenda para que, hoy, todos nos sintamos orgullosos de vivir en el municipio de Iruña Oka", subrayó.
También dijo al resto del Consistorio que "tiene una buena oportunidad para seguir trabajando y desarrollando este pueblo donde también ellas y ellos viven y, sobre todo, pensando en las ciudadanas y ciudadanos que, al final, son quienes nos han puesto aquí y que, de alguna forma, son los que en otro momento también te quitan".
Reconoció que "ése ha sido mi caso, pero me siento orgulloso de todo lo que he hecho hasta ahora y me siento orgulloso de todas las personas que han compartido conmigo tantos años de trabajo y de esfuerzo sin los cuales no hubiéramos podido llegar a los niveles que hemos alcanzado", indicó.
En su despedida, Javier Martínez declaró que "allá por el año 2004, cuando asumí este cargo, no sabía a qué reto me enfrentaba, pero sí contaba con la ilusión que me ha llevado a transformar el pueblo. Me gustaría que siguierais en esta línea, con ambición de hacer y construir un municipio importante en Álava y, sobre todo, con el apoyo y la unión. Yo, muchas veces he dicho que me sentía orgulloso de que me hubieran nombrado alcalde y de que la gente confiara en mí, pero no quiero ser una carga para impedir acuerdos y que el municipio siga hacia adelante. Ése fue mi objetivo antes y lo sigue siendo ahora". Por eso, "sin más discursos, me gustaría que se adoptaran los acuerdos de mi dimisión primero como alcalde y luego como concejal e instaros a todos a buscar los acuerdos necesarios para seguir con la transformación del pueblo". Y, en su última intervención, instó a los concejales "a caminar en esta línea apasionante, como lo han sido estos años pasados, porque mientras más juntos estéis todos, mejor para construir este pueblo en el que vecinos y vecinas estén orgullosos de vivir".
El pasado viernes, el alcalde de Iruña Oka anunció su dimisión como primer edil y concejal por el "desgobierno que algunos se han empeñado en trasladar a la gestión municipal", lo que, en su opinión, ha provocado una "falta de mayoría estable" para gobernar el Consistorio.
Martínez compareció en una rueda de prensa en la que no permitió preguntas y tampoco hizo mención a las causas por las que la oposición municipal pidió su dimisión: una sentencia que obliga al Ayuntamiento a pagar 840.000 euros por una operación urbanística en torno al solar donde se construyó el colegio, además del accidente de tráfico que protagonizó hace unas semanas dando positivo en alcoholemia.
El hasta ahora alcalde confesó que no tiene la "suficiente fuerza" para seguir liderando el proyecto socialista en el municipio y responsabilizó de ello a quienes "han permanecido parapetados y escondidos, y han aprovechado diferentes hechos para sacar a relucir sus navajas de envidia y de afán por ocupar el sillón", acusó. Martínez recordó que la primera vez que se presentó a las elecciones municipales, en 2004, la "violencia de ETA acorralaba a los que pensaban diferente" y subrayó que se marcha con la satisfacción de ver cumplido su compromiso personal de que su hija "pudiera decir libremente lo que piensa sin miedo a represalias de los violentos".
Iruña Oka es el único municipio alavés que gobierna el PSE, que accedió a la alcaldía con los cuatro votos de su partido y uno de la edil de Podemos. Los socialistas, en cualquier caso, intentarán mantener la alcaldía, algo que se decidirá en un pleno que deberá celebrarse en un plazo de diez días. En él tomará posesión como concejala la siguiente persona de la lista y posteriormente se elegirá alcalde que, previsiblemente será, si se mantienen los actuales acuerdos, el concejal socialista Miguel Ángel Montes.
En la actual legislatura, el ahora dimitido primer edil accedió al cargo con el único apoyo de Podemos, mientras que los concejales del PNV, partido con el que el PSE mantiene acuerdos de coalición en las principales instituciones vascas, no le apoyaron y se abstuvieron, al igual que los del PP, y solo EH Bildu votó en contra.