Laudio - La cuenca alta del río Nervión estará depurada para finales de 2023. Al menos esa es la estimación que se dio ayer en el Casino del parque Lamuza de Llodio, durante la charla abierta a la población que había organizado el PSE-EE de Álava, con el objetivo de informar de las actuaciones que se van a realizar en Aiaraldea para mejorar la gestión y la calidad del agua en sus ríos. La conferencia, que fue secundada por un nutrido grupo de vecinos, entre los que incluso se encontraba el alcalde de Artziniega, Joseba Vivanco, interesado en el saneamiento de su municipio -el plan ahora licitado no le engloba-, fue presentada por la secretaria general de los socialistas alaveses, Cristina González, y tuvo como ponentes a la ministra de Educación y diputada del PSE por Álava, Isabel Celaá, y a Ernesto Martínez de Cabredo, director de la Agencia vasca del agua (URA).
Celaá recordó que, tras tres décadas de "inexplicables retrasos, que han traído en consecuencia que Europa nos saque tarjeta amarilla y penda sobre nosotros una multa de 12 millones de euros, más otra de once millones semestrales hasta solventar el problema", la red de colectores fue adjudicada el pasado mes de abril. Mientras tanto, las depuradoras de Basaurbe y Markijana salieron a licitación en noviembre y diciembre del año pasado, "gracias a la excelente coordinación con el Gobierno Vasco para la puesta a disposición de los terrenos", subrayó.
"Para no dormir" De hecho, Martínez de Cabredo equiparó la situación de la cuenca a una "historia para no dormir", tras desgranar que el tema lleva coleando desde que el Ayuntamiento de Llodio realizase el primer proyecto al respecto allá por 1976, aunque no fue hasta 1994 cuando, con el traspaso de transferencias, el Gobierno Vasco declaró las obras de saneamiento del Alto Nervión de interés general y se asume ejecutarlas. "Desde entonces ha habido 14 proyectos y 16 posibles ubicaciones. Incluso se llegó a aceptar una -la de Anuntzibai en Areta- que se echó para atrás por sus muchos detractores, hasta que en 2014 se terminan de redactar los proyectos definitivos", resumió el director de URA.
Éste también hizo ver que, desde entonces y hasta la adjudicación de la red de colectores, "se ha perdido un tiempo maravilloso, aunque vamos a intentar librarnos de las sanciones de Europa, ahora que las obras ya están licitadas", confió. Respecto a la obra de la red de colectores, explicaron que costará 40,7 millones y que sus dos fases simultáneas darán inicio en mayo de este año, para concluir en 2023. "Se trata de 20,5 kilómetros de tuberías que conducirán las aguas fecales de Saratxo, Murga, Amurrio, Olabezar, Luiaondo, Llodio y Orozko hasta las estaciones depuradoras de Markijana y Basaurbe, lo que implica una población de más de 30.000 habitantes", apuntó Celaá.
Por su parte, la depuradora de Basaurbe tiene un coste estimado de 15.164.299 euros y a ella llegarán dos colectores de Llodio y uno de Orozko; mientras que la de Markijana, a la que llegarán cinco colectores -los de Luiaondo, Murga, Olabezar, Amurrio y Saratxo- tiene un presupuesto base de licitación de 18.806.205,01 euros, ya que en ella se tratarán también los fangos de la de Basaurbe. Ambas estarán dimensionadas para tratar los vertidos de un total de 37.000 habitantes, lo que engloba tanto urbanos como industriales compatibles; y, para dar respuesta a los requisitos del agua tratada y la necesidad de albergar todas las instalaciones en el interior de un edificio para su integración paisajística, arquitectónica y medioambiental, para las dos se ha seleccionado un tratamiento biológico mediante membranas de ultrafiltración, que "garantiza la ausencia de olores", matizaron, visiblemente contentos de que "por fin vayamos a cumplir la promesa que teníamos con esta comarca".
Eso sí, hay que tener en cuenta que la puesta en funcionamiento de estas estaciones depuradoras de aguas residuales traerá otra cuestión de no menor interés: los cuatro millones anuales que costará su mantenimiento y que, con base en la normativa marco europea, deberán revertir en los recibos de los contribuyentes. "El consorcio de aguas de Ayala, Kantauriko Urkidetza, ya hizo hace unos años un estudio previendo esta situación que estimaba que tendría que quintuplicar las tarifas actuales para poder cubrir el coste integral del agua que requiere Europa", indicó Martínez de Cabredo.
En este sentido, la charla culminó instando a la reflexión y a la necesidad de sumar fuerzas. "El Caku es un ente pequeño, que no aglutina ni a la totalidad de municipios del Alto Nervión en materia de ciclo integral del agua, por lo que ahora es el momento de reflexionar sinceramente si se es o no capaz de liderar este asunto con fortaleza", sentenció el director de URA, en una clara invitación a que el consorcio ayalés entre a formar parte del consorcio alavés puesto en marcha por Diputación con la intención de crear una entidad única para toda Álava en esta materia. El tiempo dirá qué pasa.
"Inexplicables retrasos". Tras tres décadas de "inexplicables retrasos", según denunció ayer la ministra y diputada por Álava, Isabel Celaá, la red de colectores fue adjudicada el pasado mes de abril, mientras que las depuradoras de Basaurbe y Markijana salieron a licitación en noviembre y diciembre del año pasado. Celaá confió en que estas actuaciones, tras recibir "tarjeta amarilla" de Europa, permitan evitar una multa de 12 millones de euros, más otra de once millones semestrales hasta solventar el problema.