vitoria - El alcalde de Iruña Oka, el socialista Javier Martínez, comunicó ayer su dimisión como primer edil y concejal por el "desgobierno que algunos se han empeñado en trasladar a la gestión municipal", lo que, en su opinión, ha provoca una "falta de mayoría estable" para gobernar el Consistorio ubicado en Nanclares.
Martínez compareció en una rueda de prensa en la que no permitió preguntas y tampoco hizo mención a las causas por las que la oposición municipal pidió su dimisión: una sentencia que obliga al Ayuntamiento a pagar 840.000 euros por una operación urbanística, además del accidente de tráfico que protagonizó hace unas semanas, dando positivo en el control de alcoholemia.
Iruña Oka es el único municipio alavés que gobierna el PSE, que accedió a la alcaldía con los cuatro votos de su partido y uno de la edil de Podemos. Los socialistas, en cualquier caso, intentarán mantener la alcaldía, algo que se decidirá en un pleno que podría celebrarse dentro de algo más de un mes.
"No quiero ser un obstáculo que impida llegar a acuerdos para que desde el encuentro se pueda transitar hacia el futuro" del Ayuntamiento, aseguró. Si el PSE logra los apoyos necesarios podría gobernar el concejal socialista Miguel Ángel Montes, al que Javier Martínez, alcalde desde 2004, ha deseado suerte y le ha dicho que siempre le tendrá a su lado.
En la actual legislatura, el ahora dimitido primer edil accedió al cargo con el único apoyo de Podemos, mientras que los concejales del PNV, partido con el que el PSE mantiene acuerdos de coalición en las principales instituciones vascas, no le apoyaron y se abstuvieron, al igual que los del PP, y solo EH Bildu votó en contra.
Martínez confesó que no tiene la "suficiente fuerza" para seguir liderando el proyecto socialista en el municipio y responsabilizó de ello a quienes "han permanecido parapetados y escondidos, y han aprovechado diferentes hechos, incluso al margen de la gestión municipal, para sacar a relucir sus navajas de envidia y de afán por ocupar el sillón".
Sin mencionar ninguna sigla política, acusó de orquestar un "envenenamiento público" para deteriorar su imagen, de tener "falta de ambición, de lealtad y de ideas políticas", además de defender "exclusivamente sus intereses" particulares.
Martínez recordó que la primera vez que se presentó a las elecciones municipales, en 2004, la "violencia de ETA acorralaba a los que pensaban diferente" y subrayó que se marcha con la satisfacción de ver cumplido su compromiso personal de que su hija "pudiera decir libremente lo que pensara sin miedo a represalias de los violentos". "Habré tomado decisiones que no habrán gustado y habrán afectado negativamente a vecinos del municipio, pero siempre ha sido mirando por el interés de todos", concluyó.
El próximo viernes se celebrará el pleno del Consistorio en el que se oficializará la dimisión y en el que, si da tiempo a cumplir los trámites necesarios, tomará posesión el nuevo concejal socialista que le sustituirá. Posteriormente, dentro de un mes se desarrollará la sesión en la que se elegirá al nuevo alcalde de la localidad.
Tras la dimisión, el portavoz de EH Bildu en Iruña Oka, Davide di Paola, considera que la dimisión de Martínez es la "crónica de una muerte anunciada" y pide al exprimer edil que "revise su trayectoria con sus luces y sus sombras". En un comunicado, criticó que en el anuncio de su dimisión Martínez no reconociera sus "errores" y optara por "responsabilizar a la oposición de querer manchar su imagen y su honradez". - Efe
Motivos. Martínez compareció ayer en una rueda de prensa en la que no permitió preguntas y no hizo mención a las causas por las que la oposición municipal pidió su dimisión: una sentencia que obliga al Ayuntamiento a pagar 840.000 euros por una operación urbanística y el accidente de tráfico que protagonizó hace unas semanas, dando positivo en el control de alcoholemia.
Sucesor. Si el PSE logra los apoyos necesarios podría gobernar el municipio el concejal socialista Miguel Ángel Montes.